Hay muchos así en Francia, alguno de nombre muy parecido (Salignac) está detrás en este viaje, no muy lejos geográficamente tenemos a Conques, a Rocamadour, y arriba en el canal de la Mancha, al inolvidable Mont Sant Michel, el lugar más turístico de Francia después de París.
Francia es rica y ha sido muy rica en espíritu. Los revolucionarios de 1789 se preocuparon mucho de demoler la abadía de Cluny, sería por ese poder que aún podemos sentir; y disfrutar, porque siendo ateos, el 90% de nuestro viaje ya veis que gira en torno a monumentos religiosos. Pero es la obra del hombre lo que buscamos, el arte, el trabajo, la conformación de nuestra cultura europea, cuya planificación urbanística se forjó en torno a los templos. No nos conmueve la religión, no se nos aparece Dios; aunque alguna ceremonia sí, por cómo cantan, por cómo se entregan. Una vez entramos en una iglesia de Carcassonne y nos detuvimos un poco a escuchar cánticos y llegó ese momento de "daros fraternalmente la paz" se la di a un francés que andaba por allí cerca, y me gustó el gesto, la mirada, la humanidad.
La abadía de Solignac parecía cerrada, no había nadie por allí aquella tarde, y daba la impresión de que si empujábamos la puerta, esta no cedería, pero lo hizo. Impresiona un sitio así para nosotros solos, parece que podría aparecer un cadáver. Hay muchas películas y series en nuestra retina; además, suelen pasar por las televisiones de vez en cuando "El nombre de la Rosa" que nosotros vimos en cine cuando la estrenaron (de las pocas).
Impone contemplar solos y casi furtivos un templo así:
Antes de empujar la puerta capturé el escorzo de las flores. Los franceses no dan una puntada sin hilo de flores. Estas son de otoño.
Un cedro enorme bien resguardado por una sólida reja.
Venga, entremos ya, que lo estábamos deseando.
El sonido del eco de nuestros pasos, ese olor húmedo, a cera, a frescura, a mucho aire aprisionado en las gruesas paredes.
un fres supongo que descubierto, o revelado hace no demasiado tiempo, resulta arcaico y más misterioso que otras imágenes. Lamento no haber tenido el mejor pulso en esta toma.
Una Santa Teresa, con un par de agradecimientos. Puede ser que sea la de Lisieux, por lo joven que está, y no la de Ávila, que suele representarse más madura.
Las vidrieras son contemporáneas según mi criterio.














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