También puede ser llamado método de avance y resistencia numérica.
Ingredientes.
1.- Una báscula digital. Imprescindible para anotar los avances y retrocesos, estas básculas, (la mía por lo menos) miden cada 100 gramos y a diferencia de las anteriores de aguja, no se les puede hacer trampa ladeando la cabeza para un lado según conviniera.
2.- Un cuaderno o una agenda, que será nuestro norte y nuestra guía de avances y retrocesos (porque siempre los habrá), comentarios, reflexiones y propósitos. Cuando tengamos dudas su lectura nos dará moral.
3.- Voluntad, que eso ni se compra ni se vende, pero con ayuda de las reflexiones que iremos escribiendo en el cuaderno, la domesticaremos.
4.- Tiempo (para hacer ejercicio).
Escribo este método el 22 de agosto de 2021 después de haber adelgazado personalmente 9 kilos y medio desde el pasado 4 de junio. Quizá sea necesaria una motivación, la mía fue bien grande: tras los primeros análisis de sangre "poscovid" me afloró una glucemia de 240, con lo que mi médica me recetó insulina imperdonable a partir de mañana. Yo le supliqué un mes y ella me concedió hasta el 29 de junio, que se iba de vacaciones. Conseguí parar el penalti ese día (107)y ahora busco librarme de las pastillas y también del adjetivo "diabético".
Todo el mundo ha de tener motivación, estética o médica, porque sin motivación no hay voluntad. Debemos fijar objetivos razonables, por ejemplo bajar un kilo a la semana o cuatro kilos al mes.
PRIMERO Comenzaremos por anotar en el cuaderno nuestro peso de partida,; como al principio se es muy capaz de hacer deporte o cesar de comer, conseguiremos un avance numérico con relativa facilidad, restringiendo cualquier alimento o incrementando el deporte.
Esta anotación nos dará ánimos, estamos en camino. Un estímulo adicional interesante puede ser una foto de cuando éramos adolescentes, o un pantalón que se nos ha quedado pequeño; o mejor, un pantalón que compremos pequeño para un día poder entrar en él.
SEGUNDO.- hay que seguir porque lo importante es mantenerse, el hecho de hacer deporte nos dará resistencia para comer menos, por aprovechar el tiempo invertido y porque proporciona saciedad.
TERCERO.- Pero habrá noches en las que nos levantemos y saqueemos el frigorífico. Será un retroceso que nos recriminaremos por escrito, si lo remontamos el ejemplo de nuestra voluntad triunfadora nos servirá para cuando vuelva a suceder, (que volverá a suceder)
Si no desmayamos siempre remontaremos porque sabemos que hemos podido hacerlo.
CUARTO.- Hay que disfrutar de la comida, hacerlo sentado y paladear cada bocado a sabiendas de que es valioso, no hay que engullir nunca, nuestra masticación debe ser consciente, y hemos de buscar el éxtasis, si es posible, valorando la experiencia. Nunca debemos ser esclavos de lo que hay en el plato como nos decían nuestras madres: debemos ser capaces de dejar comida, de meterla en el frigorífico para otro día, pero ¡cuidado! nunca es algo que nos debemos y podemos saquearlo en cualquier momento, sino una nueva comida ahorrada para disfrutarla y alimentarnos cuando toque.
QUINTO.- Luchemos contra el pan. Es un alimento que no es inocuo porque esté en la Biblia, o porque sea barato y nos haya (acompañado como a mí) toda la vida. Es un peligro y hay que administrárnoslo con prudencia.
SEXTO.- Otro truco es no abrir el frigorífico más que para las comidas tasadas. Es interesante tener una botella de agua fuera como cancerbera o tomar agua directamente del grifo para no enfrentarnos al escaparate de tentaciones que es un frigorífico abierto.
SÉPTIMO.- Intentar vaciarse todo lo posible al cagar. Nos sentiremos más limpios y ligeros, y con el vientre más liso. Si vamos a hacer deporte después, también es mejor hacerlo con 100 gramos de menos.
OCTAVO.- Corramos o andemos, (es posible volver a correr a partir de los 55 años) es importante con la práctica exigirnos un poco más, por ejemplo alargar un poco la zancada al correr. Si andamos deberíamos intentar andar conscientemente sintiendo los músculos abdominales de vez en cuando. Esto es más cansado, lo sé bien. También podemos cambiar el braceo, yo lo he hecho más circular, y de paso andar más erguidos, nos dará autoestima.
NOVENO.- No debe darnos vergüenza practicar un "trote cochinero" ni que nos miren con pena o incluso que nos "animen" irónicamente. En este terreno siempre es mejor hacer por poco que sea, que desear. Podemos pensar que quien da pena son los obesos mórbidos, y nosotros estamos huyendo de eso.
DÉCIMO.- Nunca llevarse helado, tartas, o platos para picar al sitio donde vemos la televisión. Acabaremos con ello sin darnos cuenta y además, de muy mal humor.
El cuaderno será nuestro confidente, le contaremos nuestras alegrías y penas; en pocas semanas nos daremos cuenta de que, a pesar de los retrocesos, van bajando los números, y al leer nuestra historia valoraremos y defenderemos nuestros progresos (como las naciones hacen con su historia).
Confieso que yo quisiera llegar a estar por debajo de los 80, para defender esa cifra carismática ya renunciando a bajar más, porque una cifra redonda nos va a ayudar en la referencia. Creo que si al final me quedo en 82, pronto estaré flotando en los 85 como cifra de referencia.
En cualquier caso es importante no rendirse nunca, aunque volviera a pesar 91 kilos sé que puedo volver a bajarlos. Gracias al cuaderno siempre podré comprobar que en dos meses y medio es posible perder 10 kilos.
(Dos garrafas de agua de cinco litros cada una).