lunes, 29 de mayo de 2017

Antonio José, el "pupas".

Mejor empezar con un lamentable sarcasmo, que con un lamento puro y duro. Antonio José Martínez Palacios es un hombre sin buena suerte y ayer pude volverlo a ver.
Se celebraba un concierto monográfico en Ávila. Era a la una de la tarde y además costaba cinco euros entrar. Mal asunto, si el 50% de los aficionados a la música coral en Ávila  van a misa de doce, y el otro cincuenta, a misa de una. Además, por la tarde había otro espectáculo, este gratuito, en el mismo lugar. Estamos a final de mes y, vete tú a saber si también influyó.
Yo avisé a tres personas, dos de ellos miembros de un coro, para que no se lo perdieran, pero había comuniones;  también, he visto, una manifestación para protestar por los ciclistas atropellados -yo que sé-; el caso es que no vino ninguno. No quise llamar a más gente, por si iban por compromiso conmigo y no podía atenderlos a todos.
Volviendo a Antonio José el desafortunado, si lo teclean en Youtube ahora les saldrá un cantante de moda. Su peor fortuna es que le mataron por nada cuando tenía 33 años. En Burgos donde nació y donde le fusilaron, no había sucedido nada de "terror rojo". Él tampoco se había metido en nada más que en la música clásica y en el folclore. Su hermano era maestro y miembro de la federación de enseñanza de la UGT, esas dos circunstancias -juntas o separadas- ya son "algo" por lo que se mató a mucha gente en la zona nacional. Pero el pobre Antonio José no tenía nada más que el ser músico, y por eso no es reivindicado por nadie, salvo por los músicos. Ni por los gays, ni por los poetas, ni por los andaluces, (los castellanos somos de poco o nada reivindicar).
Muy buenos músicos le han estado reivindicando este año con un excelentísmo trabajo. El coro "Ars Nova" de Salamanca está compuesto por músicos profesionales con el empeño de aficionados, es decir que sacrifican parte de su vida en estudiar y ensayar exclusivamente porque tienen mucho amor al arte, pero todos son gente muy ocupada, con apretadas agendas musicales desde la más glamurosa, de un elegantísimo director de orquesta sinfónica, hasta docentes varios que ahora tienen sus exámenes finales, sus audiciones y también sus "bolos" (Supongo que, por la cita de ayer, alguno de ellos tuvo que rechazar algún suplemento alimenticio de los que se ganan en las primeras comuniones).
El  trabajo de temporada de estos treinta músicos se concretaba o culminaba en dos conciertos para dos ciudades, Ávila el domingo, donde había tanta gente arriba como abajo, y para eso, muchos eran amigos o familiares de los de arriba del escenario, y el día anterior, en Salamanca donde hay más gente, más cultura, pero costaba ocho euros (el sábado también estábamos a fin de mes) y competía con la final de la copa del rey de Fútbol. No quiero pensarlo, por si acaso.
Pero ¡Viva la música!  (que es la frase que atribuyen a Antonio José en los últimos segundos de su corta vida antes o después de estallar el más horrible ruido que se puede escuchar: disparos y lamentos de gente que se retuerce por efecto de los balazos). Viva la música, ese espíritu efímero de sonidos ordenados que nos hace vivir a todos los de arriba y a algunos de los de abajo. Yo gocé como siempre que me dan buen arte: más, porque lloré, no sé si solo por emoción musical o gravitaba demasiado la rabia porque nos mataran a ese artista, parte de cuyo repertorio ahora descubría gloriosamente en las voces de aquellos musicazos, creo que los treinta tocan el piano -aparte de otros instrumentos-, y además de eso tienen voces, (no solo saben cantar, que tienen voces) maravillosas.
Y la música de Antonio José se sostiene por sí misma, es de una extraordinaria calidad, elegancia, viveza, a veces dificultad, (virtuosismo coral diría yo), hondura... no necesita que uno vaya a escuchar un concierto como éste, por militancia contra el olvido de las víctimas de la guerra civil. Lo que allí sucedió fue solo música y arte admirable, de raíz popular, y además nuestra; salí más castellano de lo que entré, con legitimo orgullo.

Y vuelvo a los lamentos, que  la gente que pudo/quiso disfrutarla fue demasiado poca que el trabajo el arte y el entusiasmo  y que no hay más conciertos de esta maravilla que presencié -en principio-, porque el curso que viene este coro tomará otro proyecto artístico, y que, definitivamente, Antonio José, salvo su sonata de guitarra desde los años 80 ( ya está bien: 50 años después de su muerte) no tiene suerte de la buena.  De la mala el hombre y su obra tuvieron toda la posible en 1936.

Pobre Antonio José: nació en un país donde no se presta atención a los músicos, y fueron a fijarse en él.

http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2012/02/memoria-historica-para-antonio-jose.html

PD.  Siguiendo con lo lamentable del asunto: estoy buscando por Youtube, y a nadie parece que se le ha ocurrido grabar nada de ninguno de los conciertos y soltarlo en la red, con la de tonterías que se cuelgan por segundo. ¡oh!

sábado, 27 de mayo de 2017

Geopolítica

Geo es tierra y política no sabemos bien qué es en la geopolítica. Sería una estrategia de "altos vuelos" que la gente corriente no alcanzamos a comprender; un agujero negro para la razón.
Geopolítica es lo que hacen los portaviones de Trump. Ahora han mandado uno al mar de China para pasar cerca de una isla artificial que está construyendo la superpotencia asiática para hacerse con un pedazo de soberanía. Hace un mes Estados Unidos hacía geopolítica mandando otro (o el mismo, no lo sigo con demasiado interés) al mar de Japón para intimidar a Corea del Norte que preparaba pruebas de misiles balísticos.
Geopolítica puede ser como el guarda jurado del supermercado que hace acto de presencia y marca cuando entra allí alguna etnia sospechosa de hurtos.

Fuera de tonterías. Estoy pensando en las niñas de Manchester, en todo el terrorismo, auténtico, indiscriminado, imparable, que ha sido promovido, activado o alentado por la geopolítica. Por muchos años tendremos un problema de seguridad con el mundo musulmán, a consecuencia de entrar en geopolíticas con ellos. El 11 de marzo de 2004 en España hicieron el mayor atentado de la historia de Europa, porque  habíamos entrado a jugar a la geopolítica en Iraq, (aunque el Gobernador de Florida y hermano del presidente de Estados Unidos vino a decirnos que había muchas oportunidades de negocio).
La geopolítica es, muchas veces, negocio; seguro.
Tenemos un problema con los países musulmanes porque queremos hacer negocios y geopolítica y (los occidentales) nos metimos en Irak y en Siria como elefantes en cacharrería. Ahora tenemos al ISIS que es el pretexto para que cualquier muchacho organice una matanza, con pocos medios al alcance de cualquiera o clandestinos, propios o robados.
¿Tiene que ver que Gran Bretaña junto con Estados Unidos invadiera Iraq en 2004 con el atentado de anteayer en Manchester?
No puedo asegurarlo, pero probablemente sí. ¿Quién sabe la basura argumental que circulaba por la cabeza del joven de 22 años que se puso una faja de explosivos para causar la mayor cantidad de muertos posible? Puede ser esto concreto británico o genéricamente contra los occidentales. Todo vale y en cualquier parte para esas cabezas enfermas de venganza
Nosotros fomentamos o hacemos la guerra en sus países con máquinas contra las que "ellos" son impotentes. Si estamos en guerra y matamos a gente de los suyos, (porque de los "nuestros" caen pocos) a mansalva y con víctimas colaterales, "ellos" no tienen arma mejor que golpear brutalmente ya sea, dentro de un pacífico concierto para adolescentes o en los fuegos artificiales de Niza, o en un concierto para gays de Florida.
Nosotros, el pueblo llano, no entendemos nada, porque todo esto de la guerra y el terrorismo es geopolítica. Solo que nos pueden asesinar "a lo tonto". Tenemos que tener cuidado, porque los que jugaron a la geopolítica no lo tuvieron.

miércoles, 24 de mayo de 2017

LANGUIDECER O MORIR

Esta empresa, Blogger, no resulta tan atractiva como Facebook. La razón es muy sencilla: una se basa en los escritos y la otra, en las caras de la gente. Lo que más interesa al público mayoritario son las caras, no las palabras, ni las ideas; por eso se ve más la televisión que se escucha la radio; por eso la gente que escribe mensajes por el móvil, -que parecía un triunfo póstumo de lo escrito-, pone muchas caritas, emoticonos, y también, como hace mi madre, manda fotos.

Hay mucha gente que, hace unos años, tenía un blog y se ha pasado a las caritas, o ha desistido. Yo no pienso hacerlo, aunque sí me desanime cuando pasan unos cuantos artículos y no he conseguido buenas audiencias.

Hoy algo me ha dolido y voy a verter críticas a un funcionario. Hay gente así. Todos nos los hemos encontrado como sujetos pasivos. Hasta hoy pensaba "pero cada vez menos"; sin embargo me lo he encontrado como sujeto "compañero", telefonicamente.

Ya que esto no lo lee mucha gente y no hay peligro de que lo haga el aludido. Voy a exponer el tema, aunque sin demasiados datos. Yo trabajo en la administración de justicia en una oficina fija que está en Candelario (Sur de Salamanca) y también soy oficina móvil: en mi misión de acercar la justicia a los justiciados, viajo a unos quince pueblos. Uno de los más lejanos es Lagunilla; actualmente es todavía más lejano, porque su carretera está cortada por obras y hay que dar un rodeo que, además, tiene tramos infernales con enormes baches.
Allí me tenía que desplazar yo la pasada semana, a citar a una persona para que sea testigo de un juicio que se celebrará en Salamanca en octubre. Como hablara antes por teléfono con esa persona a quien, a la vez que  tenía que entregar la citación y realizar los apercibimientos (multa de 500 a 2.500 euros por no asistir la primera vez, y advertencia de que podría incluso, si hubiera de repetirse el juicio, ser conducido por la fuerza) me comentó:
-"¿Yo, testigo de un juicio penal de Salamanca? pero si llevo muchos años casi sin ir"
Se lo comenté por teléfono al compañero del juzgado de Salamanca.
 "¿De qué va esto, porque en la documentación que me mandas, no hay ningún dato y la persona me dice que no va casi nunca a Salamanca?
El compañero me dijo que permaneciera al teléfono, que iba a mirar el expediente y, después me contestó.
Este señor es titular del vehículo marca X matrícula XXXX y, en un caso de daños a otros vehículos sucedido en Salamanca en el año 2015, alguien apuntó el número de esta matrícula, así que tiene que acudir como testigo; lo cita el Fiscal para ver qué ha visto.
Mucha gente trata de eludir su colaboración con la justicia. Más aún con la justicia penal. Para evitarlo (entre otras cosas) estoy yo, apercibiéndolos de aquella manera tan contundente.





Hice mis 27 kilómetros infernales de ida  hasta Lagunilla, (de Salamanca a Lagunilla hay 95) y el señor me volvió a repetir lo mismo, y esta vez lo ilustró con datos.
Mi madre, que murió el año pasado, estaba impedida desde hace tiempo y yo la he cuidado. Solo he ido a Salamanca una vez en estos años. Además, me mostró el contrato que había comprado el coche de segunda mano a alguien de Salamanca el 29 de abril de 2015. 
-Bueno, le dije yo- pues si el hecho sucedió antes de abril, que es lo más probable, por el número que tiene el procedimiento , usted no tiene que preocuparse, ahora los compañeros de Salamanca deberán citar al anterior dueño que figura en este contrato,y que reside en Salamanca,  pues es él quien habrá presenciado el delito, y a nosotros mandarnos una anulación de la citación. Pero si no nos dicen nada, yo le apercibo de que tiene que ir allí el día y a la hora indicada, porque le puede caer esta multa y lo demás.

Toda la cuestión de la compra del coche la consigné en el documento que elaboré par citarle. No contento con ello le pedí al señor que me dejara su documento de compraventa donde aparece la fecha y el nombre del anterior comprador, y me desplacé al Ayuntamiento de Lagunilla  para hacer una fotocopia y adjuntarla a mi diligencia. Después volví a su casa para devolvérselo al "testigo".

Como soy perro viejo, no me conformé con eso, al mandarlo le puse al compañero un "posit" amarillo con ojo que este tío, tiene razón,  no era el dueño del coche hasta abril, mirad el documento.
Pero como soy perro más viejo todavía, he llamado unos días después cuando había calculado que habían recibido mi envío postal.
Respuesta de mi compañero:
-Sí, he visto que me habías puesto un posit, pero no te he entendido bien lo que querías decir.
-Que miréis la fecha del delito, que si fue antes del 29 de abril, el testigo es la persona que vendió el coche, no éste de Lagunilla.
-A mí me lo ha pedido expresamente el Fiscal y ese hombre está citado:   (...)
Discutimos un poco, educadamente, por teléfono, trabajamos para la justicia, nuestro trabajo ha de ser para que la justicia funcione bien... le puse claros ejemplos de desprecio por la gente y por la justicia  que había padecido antes, pero la conclusión con la que se quedó mi compañero es esa: mi trabajo está hecho y el tuyo también. No sé si mis argumentos debilitarían a posteriori su determinación pero... así quedó. El hombre tendrá que hacer sus 95+95 kilómetros, perderá una mañana y pedirá una indemnización por los gastos que acredite (yo siempre explico que se tiene que solicitar para que se abone la indemnización). Puede que, incluso tenga que repetirse el juicio, porque faltará el testimonio de la persona que lo vio y cuyo nombre está en el contrato de compraventa que yo fotocopié y habrán grapado en el expediente. Todo el trabajo funcionarial y las molestias de mucha gente "civil" tiradas por la borda, porque mi "compañero" de Salamanca, a quien nunca he visto conscientemente, no quiere trabajar con cabeza por la justicia y se limita a cumplir órdenes.

Un blog, aunque lo lea poca gente, sirve también para desahogarse. En el fondo, estas y otras cosas dan relieve a mi vida laboral, y  animan este blog languideciente.

viernes, 19 de mayo de 2017

QUE OTROS APRENDAN, PERO NOSOTROS TAMBIÉN

El viernes y el sábado pasado otro fantasma recorría Europa. Unos bandidos muy listos han aprendido a echar candados en los datos de las grandes empresas e instituciones públicas. A cambio de liberar de nuevo la información, quieren hacerse ricos extorsionando a sus propietarios.
Ya ninguna persona de la calle sabe todo lo que hay dentro de un ordenador, pero todos nos fiamos de que habrá personas buenas que lo sabrán y que, además, cuidarán de nosotros. Pero sí sabemos o debemos enterarnos de que hay malos que ponen en jaque todo lo que, como sociedad, tenemos almacenado en estos sitios.
Somos vulnerables y,  por ignorantes, nos pueden "comer la merienda". Ahora todo- y todo es demasiado- lo fiamos a ordenadores conectados: nuestro dinero, nuestra salud, nuestra comida... un supermercado o una gran superficie comercial tiene que cerrar si se estropea o les estropean el ordenador.

Se puede aumentar la seguridad, pero la lección es que tenemos que tener un salvavidas, llámense copias de seguridad o incluso, papeles. No podemos fiarlo todo a algo que no comprendemos, al éter. Mucha gente no sabe cómo vuelan los aviones, pero líbremente puede elegir no montarse en ellos, sin embargo a todos nos han montado en la informática. Tienen que ser cuidadosos de ello, y nosotros también.

martes, 16 de mayo de 2017

Europa frente al Brexit.


Aclararé que no veo ni tampoco vi el pasado sábado el festival de Eurovisión, pero me gustó mucho lo que sucedió. Desde hace treinta o cuarenta años, que triunfó el modelo Abba, -un fantasma recorrió Europa- fue invadiendo el idioma inglés todas las canciones festivaleras, cuya música también era “internacional” sin que hubiera diferencia Israel de Holanda o Turquía de Finlandia. Había excepciones, pero cada vez menos y siempre sin éxito.
El pasado sábado Portugal se atrevió a cantar en portugués una música que podría andar  entre un fado y una bossa nova. Triunfó, por calidad, pero más bien por la afirmación que suponía.
Los europeos no vamos a consentir que los ingleses sigan extendiendo su férula cultural, a la vez que nos aborrecen. Desde luego que todo esto no es práctico, -con tanto el trabajo que está hecho a favor de lo anglo-, y tampoco será inmediato, pero el camino más largo también se empieza dando un paso. Hace unos meses algún intelectual italiano ya propuso que el idioma de la Unión Europea fuera el latín. A mí me convendría mucho más; me cuesta menos entenderlo que el idioma de aquella isla aislada.
Todo esto parece un brindis al sol, pero recordemos que el latín ha sido el idioma de la iglesia católica hasta 1968 y que todavía en lo lapidario, todavía hoy se sigue escribiendo y aumentando la distancia entre la lengua de Cicerón y de San Jerónimo y todas las demás.
Dicen que en el siglo XVI el lenguaje dominante fue el español. Después fue sustituido por el francés que durante tres siglos ha sido la lengua franca de Europa; por ejemplo en la corte de los zares rusos se hablaba francés en vez de ruso.
Hace no muchos años el idioma ruso se imponía con el respaldo de los tanques en media Europa, y, aunque tampoco sea práctico, se está olvidando; actualmente un húngaro y un polaco seguramente se entienden en inglés, porque quieren olvidar el antipático idioma de la opresión.  Precisamente es una prueba de que todo puede cambiar.
Los ingleses se quisieron ir y lo hicieron por cabezonería y por antipatía.  A lo mejor ¿quién sabe? empezamos a irnos nosotros de ellos.


lunes, 8 de mayo de 2017

¡VIVE LA FRANCE!

Será porque los parisinos más estirados estaban de vacaciones en la semana de agosto que estuve allí, pero me sentí muy bien tratado; rodeado, además, de franceses, de varios colores, que sabían español y querían demostrarme así su aprecio. La cuestión es que volvimos mucho más francófilos de lo que fuimos.
Yo admiro culturalmente a Francia: toco música de Satie, de Debussy, de Francis Lai y otros, su literatura, su cine, su derecho... En España hemos sido muy seguidistas de los vecinos ricos de arriba: son parte de nosotros y, por la emigración y la fascinación, también somos parte de ellos. La principal ópera francesa es Carmen y los músicos franceses: Ravel, Debussy, Chabrier... están enamorados de España.
Industrialmente también tengo aprecio por lo francés. Mi primer teléfono móvil fue Alcatel, (era el más barato que ofrecían) me salió bueno y mi segundo también lo está siendo con satisfacción. Mi primer y segundo coches de segunda mano fueron Renault y mi actual coche -un Dacia- también lo es en gran medida, es del grupo Renault, de hecho lo compré en ese concesionario, y el diseño y muchos componentes son Renault..
Me sentí muy conmovido por los crímenes del Bataclán (cuando has estado allí te duelen las cosas de otra manera) y de Niza.
Confiaba en los franceses, pero tenía detrás de la oreja la mosca de Trump. Al final no me defraudaron.
La Unión Europea se refuerza frente al onanismo, al trumpismo, al putinismo. Seguiremos siendo un grupo, que podrá plantarse ante el Reino Unido autista y decirlos ¡que os vaya bien, majetes!
Por cierto en nuestro viaje a París entramos en un rutilante centro comercial en La Defense, y allí había un supermercado inglés, sus productos eran raros, -supongo que para los británicos nostálgicos que vivan allí y para los aventureros del estómago-. Nosotros dimos una vuelta, los precios eran bastante más caros y no nos picó la curiosidad por picotear nada de allí. Aquí en España tenemos cadenas de supermercados francesas y alemanas pero no británicas, supongo que no son competitivas.
Ayer me puse de buen humor;  me gusta que cerremos filas frente a los que quieren disgregarnos. Ya sabéis, que quisiera fundar un partido mundial progresista.

  

sábado, 6 de mayo de 2017

Venezuela

Mi amigo internáutico Luis Pancorbo lo clavó en este programa de imágenes viejas pero  de una idea imperecedera:  el país de Eldorado. http://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-pueblos/otros-pueblos-venezolanos/1923845/
Así me creo yo Venezuela, aunque no haya ido nunca, aunque nunca vaya a ir a pesar de ser un lugar de tan espectacular naturaleza y la patria de uno de los compositores-guitarristas que más he tocado: Antonio Lauro.
Hablé un poco con un joven venezolano cuyo padre era de mi pueblo. Estaba en 2006 en Cardeñosa viviendo con su abuela nonagenaria y buscándose la vida en un lugar de tan pocos y malos trabajos como Ávila. Cuando nos vimos  coincidió que yo estaba preguntando a un viejo sobre la guerra civil, y a este venezolano no le gustaba que siempre los españoles estuviéramos con esta “murga” de la memoria histórica, (creo que oía emisoras de radio de derechas). Venía muy rebotado de su país y, aunque no le estaba yendo nada bien en Ávila, no pensaba en volver.
Una conocida venezolana, también en la pasada década, me dijo que tenía precaución por su hermana; que no hablaba francamente de política con ella, porque acababa de entrar en una administración pública de allí. Creía que estaban intervenidas las comunicaciones.
Me hizo este planteamiento: “Fíjate tú qué país más avanzado es Venezuela, que va a implantar antes que nadie en el mundo el voto informático. Ni Japón, ni Inglaterra, ni Suiza, ni  Estados Unidos: Venezuela. Pero ¿Quién va a votar pensando que un estado totalitario pueda controlar de alguna manera tu voto secreto? O ¿qué interés puedes tener en votar para sacar a los que hay, -y jugártela- si pueden hacer un pucherazo electrónico? Hay que ser muy valiente”.
Creo, sinceramente, que la oposición venezolana es muy valiente. Lo está pagando con muertos y con cárcel.

Venezuela vende petróleo y no fabrica nada. Esto es tradicional. Hace poco hubo una crisis de papel higiénico, una cosa -creo yo- tan sencilla de hacer, que importan: un país con tanta madera. Así cientos de cosas más.
Mande quien mande allí, se enfrentará al país de Eldorado, acostumbrado a gasolina más barata que el agua embotellada, y a toda clase de subvenciones, que dan para el lujo cuando el petróleo está caro, y para malvivir y protestar, cuando el petróleo está en su precio.

Durante la época de Chávez, por eso es incluso para una parte de la oposición como un hombre venerable al lado de Maduro, había dinero hasta para permitirse la chulería de enviar ayuda económica a los pobres de Estados Unidos, para que no sufrieran pagando calefacción. Por supuesto, había más ayudas sin tasa a los “hermanos cubanos”, petróleo gratis y un cable marítimo para -romper el “bloqueo”-  y que tuvieran internet. Por cierto, no sé si le funciona a la gente común de Cuba.

Políticos machotes que, con voces altisonantes, apuestan, presumen, gallean..., en mi cultura -o puede ser porque les tenga un poco mal vistos-, nos resultan empalagosos, desagradables. Pero si lo hacen así será porque allí gusta.
Lo peor no es que se salgan de las organizaciones internacionales. Lo peor, lo horriblemente peor, es que, metido en una vorágine de protestas de la derecha y el centro, frente a la que es impotente, Maduro prometió hace poco entregar un millón de armas a los de su partido, para que estuvieran preparados para “defender la revolución”.

Armas para el pueblo y cientos de asesinatos en las cunetas viene a ser lo mismo. O preparación de una guerra civil. Ojalá me equivoque.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Angustias de la paternidad.

Solo tengo una hija que tiene ya 16 años y medio.
Tuve la "suerte" de estar sin trabajo sus tres primeros años de vida, y fue un gran regalo para mí el criarla. Hace tiempo que ella quiere ser, en lo emocional, todo lo  independiente que pueda de nosotros, por ejemplo no se deja besar sino en grandes ocasiones: cuando se va de excursión a un crucero, cuando saca buenas notas, por mí. Es normal a su edad.
Yo debería haber sido más padre porque me gusta.
Suplo mi paternidad en el huerto: es sacrificado y trabajoso, y también da muchas satisfacciones. Soy feliz entregándole con generosidad mi tiempo y mi dedicación; como la paternidad, tampoco podría explicarlo racionalmente.
Voy aprendiendo.
Por ejemplo, este año decidí hacer un semillero. Para ello escogí los mejores tomates maduros de las tres clases que tuve el año pasado. Hay gente que se dedica a plantar semillas y vender plantones, pero yo quiero ser independiente, maduro, responsable, hortelano...para ello sequé y guardé las semillas para este año. También reservé un lugar en el huerto donde podría poner unos cristales que tengo (las pasadas navidades me encontré al lado de un contenedor unos cristales curvos de una mampara de baño y me los traje). También elegí buena tierra con complemento de abono orgánico. Así pasó el invierno y parte de la primavera. Esperando.
El día 31 de mayo me di cuenta que me había pillado el toro y me apresuré a sembrar las tres clases de tomates.
Primer error de padre primerizo: no hice un plano escrito de qué semillas había en ese metro cuadrado (me fié de mi memoria). Y ahora no lo sé.
Segundo error de padre primerizo: me agobié porque no veía más que malas hierbas, que fueron muchas porque laboreé la tierra todo lo que debía en el invierno, y además salieron antes que los tomates. Algo había hecho mal.  Se confirmó mi idea de que "me había pillado el toro" y fui corriendo a comprar plantones al mercadillo en cuanto otros hortelanos comentaron que ellos ya estaban sembrando los tomates.
Puse las plantitas compradas, -por cierto, bastantes se me han helado- hace semana y media. Ahora compruebo que los tomates del semillero han nacido con mucha generosidad y prosperan entre las malas hierbas (que escardo pacientemente).
Entre las malas hierbas también ha nacido una planta de lechuga, esa sí la trasplantaré.

Resulta que tengo sitio, -además de que debo reemplazar las plantas que se helaron- y quisiera plantar de todas clases. Con una paleta penetro en la tierra para sacar los plantones y  salen muchos. Los he cogido como de dos sitios pero no sé si serán de la misma clase, entonces me acerco a los surcos y los  voy sembrando. Mi corta experiencia hortelánica me enseñó que los tomates necesitan bastante espacio vital, para prosperar para que se los pueda podar y meter los brazos para recogerlos sin romper las ramas.

Me encanta trasplantar los plantones: lo hago con verdadero cariño paternal y maternal, con un palo que clavo en el surco y mojo, preparo un pequeño cilindro que ya tiene su humedad, entonces lo saco e introduzco la raicilla, después, con mis manos, aprieto la tierra y hago una "cunita" para el agua con la que la asistiré los primeros días.
!Oh, qué angustia!

¡Ay! Había tomado del semillero más plantitas de las que iba a sembrar, y me iban a sobrar. No iba a tener ningún sentido replantarlas otra vez en el semillero, teniendo en cuenta la cantidad que tengo. Como padre/madre me encontraba en la angustiosa situación de elegir, -después de tantos desvelos por traer al mundo- qué plantas iban a sobrevivir y prosperar y puede que después servirme las semillas para el año que viene, y cuáles no. La tentación de un padrazo es habilitar más tierra para sembrar más tomates, pero ya son muchos y cuando todos maduren -casi a la vez- no sabré qué hacer con tantos, (también he tenido la tentación de apretar el espacio vital) Pero no; al final me he mantenido firme y responsable.
Miraba entre mis dedos las plantitas que iban a morir. Mis hijitos, tan anhelados, se habían comportado tan bien, creciendo hasta hacerse un plantón viable y ahora yo tenía -peor que abortarlos...- tenía que matarlos viéndolos, como a santos inocentes.
He dudado unos segundos sobre cómo salvarlos, pero al final he actuado -juro que no he mirado- he cerrado los ojos y he tirado las plantitas al talud del bancal.
Y no he vuelto mi vista atrás.
Me ha dolido mi paternidad y me ha recordado algo. Cuando vivíamos en el pueblo periódicamente la perra se quedaba preñada y paría cuatro o cinco cachorros. Cuando la perra amamantaba en el pajar, los perrillos encantadores, con su ojillos, cerrados nos maravillaban, pero en casa solo había sobras y no suficientes, -que también se buscaba la vida libre por ahí- para nuestra perra Lucera. Si a mi padre alguien le pedía un perrillo, se lo criábamos. Pero tenía que elegir él, nosotros éramos incapaces, cuál iba a ser el más guapo, fuerte, viable... ¡Pero si todos eran preciosos!
Al final, mi padre elegía, se los llevaba en un saco a las afueras del pueblo y los daba un "cacharrazo" contra una piedra. ¡Qué duro!, eso mismo acababa de hacer yo. Seguro que mi padre también cerraba los ojos al deshacerse de ellos.

Había terminado mi faena y sabía que iba a escribir este artículo, así que decidí documentarlo con fotos y, al volver con la cámara, subí de nuevo a regar cariñosamente a los tomates elegidos. Esta mañana antes de venir al trabajo también he ido a ver cómo habían pasado su primera noche a la intemperie. Bien.

Ya estoy buscando a quien regalar plantones. Me va a saber muy mal arrancarlos del semillero, cuando haya completado la siembra, o cavar directamente en el semillero. ¡Qué dolor! las plantas trituradas y quebradas por el implacable azadón.

Ser padre y no poder mantener a todos los hijos que has traído al mundo es muy angustioso. Ya lo sabía, pero ayer lo viví.

vista de la zona de cultivo principal del huerto este año.