jueves, 27 de octubre de 2016

Defensa de la ilusión de la belleza.

Precisamente son los documentales y las fotografías, que debieran ser reales, los que usan la mentira de embellecer la realidad. Nunca vi en un documental a un animal cagando, cuando la realidad de mi experiencia con vacas, cerdos y perros, es que esta faceta ocupa parte no pequeña de su vida. También sucede con la fotografía, con cualquiera de  Cartier Bresson, Salgado o de Anie Leivobitz o yo mismo. (No digamos Robert Doissenau).
 Mi viaje andando a Candelario no es en todas las visiones tan hermoso como esta ventana vegetal que muestra, a un kilómetro, este bello prado con un árbol en el centro.





Toda esta introducción  es para mostraros este hermoso soneto de Lupercio Leonardo de Argensola, un oscense del siglo de oro.


Yo os quiero confesar,don Juan, primer
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,...
que el haberle costado su dinero.

Pero tras esto confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.
Más ¿qué mucho perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?
Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul.¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!

lunes, 24 de octubre de 2016

La crítica.

Aquí he criticado elogiosamente muchas obras y eso, aunque yo no sea nadie, ha gustado mucho a bastante gente y se han regodeado de ello. Pero también puedo ser un impertinente, otras críticas mías no han sido elogios: también he mostrado mi decepción o mi crítica negativa. Y eso a los criticados les ha dolido, seguro.
Creo que una crítica negativa corroe al creador, le ruboriza, le pone en evidencia. Es como tirarle su mierda a la cara; eso es más que indigesto, da arcadas, violenta, y si no se tapa con olvido puede que hasta le mediatice el futuro. Cuando encuentro un libro o una película mala no lo acabo, y no lo critico. ¿Para qué hacer daño?
Aunque creo que una crítica útil debiera, a la vez que animar a lo mejor, sobre todas las cosas, ahorrar el tiempo y el dinero de los libros, de las películas y obras de teatro malas, a quienes decidan fiarse de su criterio.
Pero no es justo que confiemos tanto en alguien.

No sé cómo los grandes que pueden recibir críticas ante tanto público. Deben tener la costra necesaria para asimilar que le han sacado las vergüenzas y le han rebuscado y encontrado lo peor del libro en sus particularidades y en su generalidad y aceptar que eso es así: como cuando una mujer sale de la peluquería y se pone a llover. Una mala crítica bien hecha hasta puede hacerles una vía de agua en la línea de flotación de la imaginación y va a influir en abortar brotes, en  quitarle potencia creadora. Porque  un creador siempre duda y siempre tiene que elegir.
Seguramente hay momentos en que lo tiraría todo, por sí mismo, porque no está seguro de que valga.

Después de esta perorata vengo a manifestar que hoy me acaba de mediatizar una mala crítica, pero como lector:
Tenía yo buen concepto, sin haberla leído, de Rosa Chacel. Supongo que por alguna entrevista o por otras críticas. La tenía pendiente porque cayó en mis manos este libro de hermoso al tacto, holgada grafía y sugerente portada.

Es un diario que cuenta, con corrección  y verdad, la vida de una mujer de más de 80 años que ha vuelto del exilio sin demasiado dinero, con su correpondiente voracidad  está omnipresente su agente Carmen Balcells que le busca o le liquida derechos, están presentes los gastos de viaje, las conferencias y presentaciones, los encargos, los compromisos mejor y peor remunerados, las audiencias con políticos, (habla muy bien de los reyes)  pero también muchas miserias, dudas, medicinas, pequeñas cirugías y la desazón de los fallos domésticos de una octogenaria.
El libro habla más de gente poco conocida o de su familia, que de famosos que es lo que uno buscaría.
Rosa Chacel estaba esperando que le dieran el Cervantes por el dinero y por la reactivación de la venta de su obra nuevas ediciones y más dinero. Como perdí la paciencia quería saber si estaba leyendo las cotidianeidades de alguien importante, busqué su referencia en el único libro que tenía a mano sobre literatos del siglo XX: era Las palabras de la tribu de Francisco Umbral, hipercrítico categórico, sarcástico de casi todos sus coetáneos y de los anteriores, empezando por Galdós.

De esta mujer, que es paisana suya de Valladolid, no habla nada bien: la mete en un saco que él llama de sobrevalorados que se creen que por haber estado en el exilio hasta la muerte de Franco ya eran sublimes, y que España les esperaba para agasajos múltiples y todos los premios posibles.
Y ya no sé si acabaré este diario. Aunque está bien conocer los ruidos y pulsiones que puede tener un octogenario culto por si alguna vez lo puedo ser.
Creo que la crítica me ha mediatizado.

sábado, 22 de octubre de 2016

El ordenador limita la memoria.

Casi toda la memoria y todo el conocimiento del mundo generado en el siglo XXI se aloja en estas esponjas de memoria, que son lo que tú y yo estamos mirando ahora. A mi edad, que ya sobrepasa la cincuentena, la memoria inmediata falla constantemente. La remota tampoco va bien. A veces vuelvo a entrar en Facebook pensando que hace mucho tiempo que no entro en ese lugar (que tanto denosté, sí;  no he perdido hasta ese punto la memoria) cuando no hará ni dos minutos que lo estuve mirando hasta el punto de que no hay novedad.

(Mientras escribo esto me estoy concentrando en que el chupamemorias éste no me robe la idea que me impulsó a escribir este artículo. Me ha pasado más veces y varias buenas ideas se quedaron varadas en forma de borrador, sin llegar a su puerto)

Yo no tengo teléfono con internet, me conectaré como tres veces al día, así que me da tiempo a pensar.
A veces en la cama pienso que debo preguntarle a Google por alguna duda que me interesa, pero cuando abro el aparato debo pasar por la laguna Estigia, que se me olvida y no lo miro, no solvento la duda. Eso me ha pasado ayer. Ahora ya no sé qué quería buscar. La gran herramienta de conocimiento casi únicamente me sirve otra vez para ver el Facebook, el Gmail, el Blog y los siete u ocho correos que suelo mirar, aparte de la predicción del tiempo.

Cuando estoy frente al ordenador, tengo que tener muy claro lo que voy a hacer, de lo contrario no hago nada más que curiosear y dar vueltas a la noria de mis lugares y periódicos, es por eso que creo que este aparato que tenemos enfrente interfiere de alguna manera física o psicológica en la función de mi memoria cerebral, que la anula e intimida, es decir, que los desarrollos que hubiera podido realizar de una idea se ven constreñidos, ¿o es que por haber pasado de la cincuentena estoy buscando pretextos para no cumplir lo que me prometo cada vez que resuelvo que debería intentar ser escritor?

viernes, 14 de octubre de 2016

Otro recuerdo de Antonio José

Creo que es un hombre y un artista que merece mejor suerte. La biografía más completa que he encontrado en Internet es  https://burgospedia1.wordpress.com/2015/01/07/9942/ En ella no queda nada claro qué razón o pretexto sirvió para  matar a este músico el día 9 de octubre de hace 80 años, tampoco a su hermano el día 12, aunque este último tenía dos papeletas: era maestro y militante de la UGT.
Cuando uno ve la obra de Lorca o de Schubert (para mí el talento más malogrado de la historia) se pregunta y ¿por qué no vivió un par de años más, por qué no vivieron  hasta los 50 o los sesenta años iluminándonos con su luz?

Pero siempre es peor, y da más rabia, cuando alguien lo mató deliberadamente, como al granadino. Pero el caso de Antonio José es más estúpido. Estuvo encarcelado dos meses sin que nadie fuera a salvarlo. A Lorca puede que fuera un calentón de alguien, estuvo un par de días encarcelado a lo sumo, no dio tiempo a salvarle. En dos meses en una pequeña ciudad como Burgos tuvo que dar tiempo a que todo el mundo se enterara. Y en Burgos no había sangre cercana, como en Granada que hubo choques en el Albaícin o en el Sacromonte y en esta provincia mataron a un centenar de curas, cuando en la de Burgos no mataron a ninguno. (Hay curas burgaleses asesinados en lugares como Madrid, Barcelona o Santander, nadie puede hablar de la irracional excitación de la sangre). Puede ser (no lo sé) consecuencia de algún bombardeo aéreo que sufriera la capital del Arlanzón y que entonces algunos exaltados fueran a sacar gente de las cárceles para vengarse en ellos.


Copio un fragmento de un blog que da unos datos un poco confusamente expresadoshttp://burgos-dijital.blogspot.com.es/2015/08/antonio-jose-martinez-palacios-federico.html

"La vida oficial burguesa y el hecho monstruoso del cura violador de Estépar que había abusado de varias niñas de cuatro y cinco años, condenado a doce de prisión. Hecho ocultado por la prensa y aireado por unas coplas que la gente ansiosa recogía de los voceros de prensa. El autor y repartidores fueron detenidos. Burgos Gráfico, el periódico dirigido por Antonio Pardo Casas aireó el asunto. Fue fusilado junto a Antonio José ( su hermano, muy anciano ya, estuvo esta Semana Santa en Estépar ante los 29 asesinados que afloramos y exhumamos. Fue estremecedor verle llorar ante el genocidio y las osamentas en las que, tal vez, estuviera alguno de los componentes de aquellas sacas ).

"Bueno, humano, hasta en aquel momento su corazón de artista fue cordial en aquel instante dramático y solicitó ser esposado, para morir, con un pobre muchacho, casi un niño, aprendiz de la imprenta donde se hacía la revista."

No sabía que se hubieran buscado/hallado sus restos en el monte Estépar, no existe la misma repercusión para conocer los nombres de los 23 con quienes fue fusilado; los compañeros de saca de Lorca están plenamente (supuestamente) el maestro Dióscoro Galindo y los dos banderilleros identificados, creí que nadie lo buscaba, nadie se acordaba de él, ahora va a subvencionar los gastos de ADN la universidad del País Vasco)
Es una injusticia que le ocurre por ser castellano, y porque esta tierra sea así de conservadora, de gentes apuntaladoras del autoritarismo, "algo habrá hecho" supongo que dicen los de esta región.
Ian Gibson, inténtalo por favor.

Maurice Ravel llegó a decir de él: "Antonio José llegará a ser el gran músico español de nuestro siglo".https://www.youtube.com/watch?v=qnyb2jlftT8

martes, 11 de octubre de 2016

ESTÉTICA, ÉTICA Y SUSTANTIVOS

Estoy contra el maltrato animal. Es una expresión que podemos decir todos, aunque propiamente solo podrían afirmarla con coherencia personas que no tengan animales encerrados en casa y que se alimenten como veganos -es indudable maltrato robar a las gallinas sus huevos para comérnoslos-. No digamos comer carne que incita la cría de animales para que los maten y destacen para nosotros. La pesca es otro grandísimo maltrato: por lo que se vé debe ser terrible morir de asfixia.

Hasta es un maltrato animal la pesca "sin muerte". Esto es, para los que no lo sepáis, pescar con caña por deporte, por el gusto de vencer con paciencia al animal y sacarlo del agua, aunque se haga  con un anzuelo especial para poder devolver sin graves lesiones el pez al río.

Yo soy carnívoro y también me gusta comer pescado. Aunque creo que todavía puedo afirmar que estoy contra el maltrato animal.

Vamos un poco más lejos.¿No es maltrato animal montar a caballo? Los partidarios de la equitación me dirán, como dicen los toristas, que está en su naturaleza, que es un animal noble. "Noble bruto" lo han llamado muchos poetas. Pero un caballo que se deja montar es un esclavo, tiene que pasar por el trámite forzoso de "la doma".
¿Es estética una estatua ecuestre pienso en la de Miguel Ángel Buonarroti del Campidoglio. Representa la esclavitud animal.

Hay muchas personas que tienen perros en casa. Yo creo que es un maltrato: la prueba es lo felices que se ponen cuando les sacan de su cárcel a pasear o a defecar, aunque los saquen con un collar.  El perro, representante de la obediencia, de la fidelidad, -así figuran al pie del muchos monumentos funerarios-, es el esclavo por antonomasia.

Voy a definirme: estoy en contra de las latas en el rabo de los perros, de las peleas incitadas -de las naturales no, que siempre han servido para hacer la selección natural del más fuerte-. Me parecen fatal los ahorcamientos de galgos porque quienes lo vieron en directo me han contado que es horrible la agonía.

Si hay que matar a un animal porque no sirva o no se quiera  o pueda mantener, hay que hacerlo de la manera más sencilla y rápida, que necesariamente no ha de ser pagando una inyección letal. Creo que es justo hacerse uno mismo cargo de la ejecución de la muerte del animal que nos estorba, me parece más moral que pagar un sicario, que es como actúan los veterinarios. Pero tienen mi peor opinión los que no se hacen cargo de la muerte y los abandonan al lado de una carretera para que otros los atropellemos o mueran de hambre.

Estamos llegando al punto crucial así que voy a precisar: afirmo que también estoy contra el maltrato animal porque condeno, de lejos, no lo he visto nunca, solo me lo imagino: el Toro de la Vega,  y otras decenas de toros embolados que ha habido o hay , en Coria, en Medinaceli... Y las vaquillas populares. Un maltrato tumultuoso es (para mí) antiestético. Vamos, que no tiene un pase.  Si me consultan votaría que se prohibieran todos estos festejos.

España, Francia y un grupo de países de Hispanoamérica conservan, además de el gusto casi universal por esclavizar perros y caballos, el de criar unos animales para un espectáculo relacionado con la muerte. Portugal también, aunque no los mata con una espada. Me parece una fiesta que, dentro y fuera, siempre se ha sentido identitaria: recordemos el Guernica.

Creo que hay un grupo de personas que se sienten españoles, y que quieren luchar contra el atraso cañí, contra la idea de España este país sureño que les avergüenza por este espectáculo y que querrían mejorar, pero lo focalizan en la fiesta de los toros. Hay luchadores en nuestro país que quieren tener pasaporte propio, que lo hacen por puro antiespañolismo pretendiendo extirpar las manifestaciones comunes, para significarlo dentro y fuera. Aunque también hay sinceros contrarios al maltrato animal aunque no abominen de la carne ni el pescado, ni las estatuas ecuestres, ni los perros antidroga.
Los respeto a todos.
Pero no a los que engañan.
Una corrida de toros es la matanza estética de un toro, pero no es una tortura. Muchos detractores quieren ensuciarlo aplicando esa palabra. Yo entiendo por tortura es sujetar a una persona o un animal e infligirle dolor para destruirle, humillarle, desactivarle, desahogarse o gozar viéndole sufrir, sin darle la menor oportunidad de respuesta, porque está sujeto. También -y sobre todo- se tortura para que el torturado revele secretos que no quiere decir.

Para algunas personas esta ceremonia es un arte: sería el arte de dominar el miedo y jugarse la vida o la salud hábilmente. Lo hacen escaladores y gentes que andan por la cuerda floja. Para unos es un arte y para otros no. En los toros, el broche final, la culminación de la faena artística llega cuando el torero mata de frente al toro con una espada, pero vale la pena recordar que siempre lo hace buscando que muera lo más rápidamente posible. Un torturador buscaría que muriera lo más lento posible.

Como las procesiones de Semana Santa, en las que tampoco participo, me gustaría que quienes mantienen estas tradiciones pudieran seguir haciéndolo. Hay una parte española dentro de mí que siempre va a rebelarse contra los ataques (especialmente si lo atacan por ser español).

martes, 4 de octubre de 2016

Democracia es democracia

Nos guste o no es el poder del pueblo que directamente expresa metiendo el voto que le da la gana a cada ciudadano en una urna. (Las formas indirectas no son lo mismo, no es lo mismo que te den un beso o que te den un beso de parte de alguien).

El principal problema es que los pueblos están muy hartos de gobiernos mentirosos, de razones de estado, de inmunidades, de paraísos fiscales, de sueldos, de arriba y abajo, y de trágalas. En los últimos tiempos cuando le dan a la gente una oportunidad, le plantan a los gobernantes un no en toda la cara.
En Colombia acaba de pasar. Seguramente muchas víctimas dicen "no nos vale eso de aquí no ha pasado nada" que alguien pague el sufrimiento causado, dicen que el Brexit vino a ser lo mismo; dicen que querían dar un bofetón. (algunos). Otros querían salir. Pero unos y otros coincidieron en el no, como habrán coincidido muchos colombianos de pensamientos totalmente divergentes.
Cada cual vota por la razón que le da la gana y nos han maleducado o nos hemos dejado maleducar, y votamos con la tripa, con los genitales, con los codos o con el culo.
Se creen que porque en las elecciones elijamos el menos malo y generalmente votemos contra los que no queremos que salgan, que nuestro voto es afirmativo hacia ellos. De eso hay muy poco.

Yo creo que nosotros no somos inocentes  pero ellos si son culpables.