lunes, 30 de septiembre de 2024

Huelva Liverpool

 Creo que una de las compañías mineras que más actuó en esta provincia y capital era de Liverpool.

Ya dije ayer que los onubenses no tienen recelo hacia aquellos amos. Por ejemplo, el fundador y primer presidente del recreativo de Huelva, que es el club decano del fútbol español es un inglés y aquí lo tenemos sin que sufra ningún tipo de violencia ni contestación, lo cual me parece estupendo, porque es estúpido negar la historia; sencillamente pasó.







Fotos del colorido barrio inglés de Bellavista, ahora en pleno centro de la ciudad.



Además tienen avenidas con nombre de personas inglesas. Yo creo que hay que estar agradecido a quien vino a construir con amor, aunque fuera para explotar minerales y enriquecerse. Hay lugares donde nos la tienen guardada a los españoles y eso que nos echaron hace doscientos años aprovechando lo debilitados que quedamos tras la invasión napoleónica.

domingo, 29 de septiembre de 2024

Gritos, amenazas, insultos...

 Un viaje presenta aventuras. Esa tarde de sábado habíamos estado de playas, salinas y horizontes claros. Yo llegué cansado y no me da vergüenza acostarme a las diez si puedo hacerlo, pero mi cónyuge y compañera de viaje no estaba dispuesta a permitirme ese relajo. No habíamos visto la catedral, que estaba a diez minutos del hotel, ni la plaza de toros que está cinco minutos más allá. Así que me cambié de camiseta y salimos.

Venían en dirección contraria muchas mujeres enmantilladas y hombres de chaqué con cirios, bastones ceremoniales y gomina los que su pelo podía permitírselo, ellas con tacones, que maldecirían a la hora de llegar a casa.

¡La catedral! y abierta, y además iluminada. Entramos sin demora, eran los estertores de una especie de vísperas. El templo no merece el nombre de catedral, será la más pequeña de España y probablemente del mundo, yo creo que la románica de Jaca es más grande; esta está pintada por dentro de blanco quizás para dar sensación de una amplitud que, en objetivos metros cúbicos, no tiene. Pero alberga a la virgen de Cinta, patrona de la ciudad, con una devoción muy andaluza. (Aunque claro, en la provincia está la del Rocío, que eso es marca mayor)







Parece más grande de lo que es. Tengo una foto de día que pondré después.


                                                    Cúpula principal del templo.

                    Quedaba muy poca gente y aprovechaban la imagen de la virgencita.

               Ya nos cerraban la catedral, así que hubimos de partir a la plaza de toros.






La plaza, al contrario que la catedral, es uno de los cosos mayores de España. Tiene adosados bares que extendían su terraza aquella noche. Las tomas nocturnas tienen el problema de que la máquina para que  no salgan oscuras calcula y aplica una velocidad de toma inferior, con lo que hay que asegurar el pulso para que no salgan corridas. Yo opté por apoyarme en el saliente de un tercio de circulo de uno de los bancos de ladrillo que se ven a la derecha.


Estaba yo haciendo la toma del ambiente de este bar sobre el banco público donde se encontradas tres niñas sentadas cuando alguien debió gritarme.

Una niña se levantó (fue esta que está pixelada: es la primera vez que pixelo una foto) y hacia mí venía un energúmeno gritándome de todo, amenazándome por viejo verde ¿Qué haces tú fotografiando a las niñas? Amenazas era un hombre joven y musculado. Le invité a que viera mis fotos, y se las enseñé. Siguió sin dar marcha atrás, (detrás curiosamente está el cuartel provincial de la Guardia Civil) y me amenazó con ir: a lo que dije que encantado; vamos a aclararlo. Pero se echó atrás. No quiso oír mis explicaciones fotográficas y se marchó refunfuñando. Después vino mi mujer y ya lo aclaró todo, enfrentando al grupo y enseñando sus fotos y las mías a ese grupo familiar que se iba. 
Varios minutos después, yo no quería irme vergonzantemente de allí sino permanecer para que se viera que yo había venido a hacer fotos de la plaza y no tenía que ocultar nada. Entonces decidimos dar la vuelta completa a todo el recinto taurino por si valía la pena, y al concluirla volví a apoyar mi cámara en un coche para hacer esta foto.
que no os mostraría porque como se ve no retrata nada interesante, neomudejar taurino, pero lo hago porque entonces salieron un par de guardias civiles a interrogarme. (el coche estaba aparcado a la puerta del cuartel) Yo temí ahora que me tomaran por un terrorista, y expliqué. Lo habían visto todo, (el cuartel posee cámaras exteriores) pero entiendo que no quisieron salir, no tienen competencia en las capitales, y tampoco parece que quieran más trabajo que el suyo. Uno de ellos me advirtió con tonillo recriminante que hay que tener cuidado con las fotos a menores, pero después de mostrarle las fotos y la explicación, me invitó a que siguiera disfrutando de la ciudad.

Por supuesto hube de hacerlo, y dimos más vueltas e hicimos más fotos, esperando que se me normalizara el pulso cardiaco sin duda (aunque quizá no tanto) alterado por los gritos las amenazas y la tensión de estar a punto de aprestarme a defender mi integridad física.




viernes, 27 de septiembre de 2024

Huelva desarrollista

 Huelva no tiene un cogollo histórico de mérito, esa falta de imagen de conjunto hace que los viajeros turistas vayamos poco por allí, aparte de lo a trasmano que queda. Así que, sin nada que proteger, se fueron urbanísticamente a lo práctico, o a lo especulativo para que los que se compraran pisos altos pudieran ver las marismas y hasta el mar, esto estéticamente no hay por donde agarrarlo, para este recolector de fotos.


Aparcamientos escondidos para nativos conocedores a cinco minutos del Ayuntamiento.



El hotel NH con estas terrazas circulares.

Todo esto está a cien metros del ayuntamiento
                                         Este es un palacio de congresos

                           Una de las calles principales: la Martín Alonso Pinzón


                                   Estas casas colgantes tienen un "algo".


Marismas del Odiel camino al puerto.



 Después de la pequeña decepción de la playa de Punta Umbría, que se unió a que había que pagar un euro por cada hora que estuviera el coche aparcado allí, (yo soy un tacaño y a mí esas cosas me influyen, solo eché un euro y paseamos la playa mirando el reloj, lo cual sin duda estropeó los diálogos que debería haber mantenido con aquel viejo mar)

Pero a la vuelta vimos algo como marismas, en un cartel marrón de los que llaman la atención de nuestra clase de viajero. También ponía algo así como Puente Juan Carlos I, y aventurarnos nos gusta aunque sean las 7 de la tarde. Era una carretera por donde volvía muy poca gente, lo cual nos agrada pero también nos da algo de prevención.


De aquí no pasamos, palabra
Además había como torretas de vigilancia
Por si fuera poco aquí hubo, según dice este cartel, un campo de concentración, (me parece un poco severa la palabra, porque solemos identificarlo con Trebliinka Auchsvitz Matahusen... yo hubiera escrito un campo de trabajos forzados a comienzo del franquismo -ellos lo llamaban de redención de penas por el trabajo)


A la vuelta pudimos recrearnos en estas instalaciones salineras
                                           ¿Este será el puente Juan Carlos I?, que fotografiamos en marcha.

En esta foto paramos para mejor fotografiarle; por supuesto que lo cruzamos, pero estaba prohibido parar sobre él.


jueves, 26 de septiembre de 2024

LOS SESENTA

Nací a mediados de los sesenta y acabo de cumplir sesenta. Ha sido una cifra muy carismática: entro en la tercera edad, una edad provecta. La verdad es que, a pesar de que no celebro mis cumpleaños, tenía cierta ansiedad por cumplirlos. Así mi madre, -que no mi padre- podrá decir que hizo algo bien duradero, que llegó a viejo. Por el camino se ha quedado mucha gente conocida sin cumplirlos: Alfonsito amigo de la infancia; José María Morales, amigo de la adolescencia; dos primos segundos: Roberto Sáez y Teodosio Sánchez Sáez, que fue muy buen amigo de la madurez; José Javier Herrero Fernández compañero de piso y también amigo; ....Velayos, hermano de Feliciano Velayos que se suicidó a los veinticinco, (pobre madre la suya), ni recuerdo su nombre pero compañero de mus. Bautista y su hermano, vecinos, que tenían un problema congénito de corazón... 

Yo he alcanzado esta cifra y ya moriré con una edad respetable. La he cumplido con limitaciones: me dio un tirón en el gemelo de la pierna izquierda y llevo casi una semana sin hacer el deporte que necesito, física y moralmente; hoy mismo tengo pensado salir con la bicicleta para hacerme mis veintidós kilómetros ahora que se ha ido la borrasca y que he guardado ese razonable reposo muscular, aunque no estoy exento de miedo: quizá deba cuidarme más a partir de ahora, que soy viejo.

Me viene a la cabeza un runrún de la parábola de los talentos, que escucharía en alguna catequesis o en algún sermón del cura de mi pueblo Don Macario. Es algo así como un balance, ¿he hecho todo lo que debía? ¿he trabajado, he acrecido los talentos que pusieron en mis manos de salida? la impresión nocturna, me he levantado a las cuatro y media a desahogarla, es que NO: que debía haber hecho más. Las comparaciones son odiosas con mucha tente, y por eso he tenido que llamar a todos esos muertos para que me ayudaran a flotar. En una canción de Silvio habla de los muertos de mi felicidad.

Tengo un montón de partituras de guitarra que compré o fotocopié y que debería haber tocado, y tocado bien. Hubiera podido hacerlo, pero ahí están muertas de risa, y yo defraudando mis anhelos de dominarlas y hacerlas sonar: hacer justicia al día que las conseguí. En cuarenta años no he sido infiel a esta novia que la vida me regaló, he desperdiciado unas cuantas ocasiones placenteras por tener esta convicción de que yo debía ser fiel. Pero también he dejado de vivir esas experiencias, no dejo de sentirlo como algo perdido para mi vida.

No sé si volaré más, me entran unos sudores y un tremendo malestar cuando el avión comienza a perder altura, me ha pasado en dos de mis cuatro viajes aéreos. Quizá tenía en la cabeza que si moríamos, moriríamos los tres: toda mi familia; y solo por el empeño de conocer Roma o París, que no se nos había perdido nada allí. Quizá cuando vuelva a montar solo con mi mujer y sabiendo que mi hija está a salvo en tierra no me vuelva a pasar, pero no tengo prisa por comprobarlo. He perdido la cuenta de los viajes en avión que ha hecho ya mi hija sin nosotros.

Me basta el continente europeo para viajar y me sobra con lo que alcance con mi coche: creo que he probado aquí que soy buen viajero. Es la mejor manera, para mí, de estar vivo en la actualidad. lo otro es sobrevivir, que tampoco es poco.

Me vuelvo a ver si me duermo, que son las 5,17 de la mañana. Este blog es un bálsamo para mí.

Salinas del Odiel

 Cuando vas a un sitio lo pones definitivamente en tu mapa. Ahora veo en los mapas del tiempo los dos entrantes que se producen alrededor de Huelva capital, son las marismas de los ríos Odiel y Tinto que han confundido el mar con la tierra o la labranza de sus corrientes hizo que el mar se colara por ahí. Desconocía que la del río Odiel fuera reserva de la biosfera parque natural o algo así. No lo supe hasta que vi su belleza, o sea, que entramos por pura curiosidad y se nos apareció. Luego ya leímos que lo era.


Es preciosa pues está a poniente y el crepúsculo realza sus cada vez más rosadas salinas. La sal del Mercadona se obtiene y envasa ahí. 


Una excavadora y grandes aves
hay aves pastando en esta salmuera.





Es una paciente labor, el sol va evaporando agua, y se va haciendo más salina, se va llevando de un sitio a otro mediante compuertas y al final ya se ha secado y se retira por medios mecánicos.







un kilo de sal cuesta poco más de veinte céntimos a la puerta de mi casa, y envasada. Supongo que a estos señores les saldrá a poco más de un céntimo si es que llega, claro que tratan con miles de toneladas. Yo no termino de ver el negocio.