miércoles, 28 de marzo de 2018

Cubanos

Uno pensaba, hace tiempo, (y así seguía lo que pregona el régimen apellidado Castro que va a cumplir 60 años mandando en Cuba), que los cubanos eran los que vivían en Cuba, como suelen ser los españoles los que viven en España, o los franceses en Francia, etc. El régimen dice de sí mismo "Cuba piensa" o "Cuba defiende" o "Cuba sufre", pero Cuba es muchísimo más que ese régimen que tampoco se atreve a dar voz libre a los que viven allí para decidir quién les manda, o qué leyes se ponen, se quitan o se cambian; seguramente sospecha que perdería o se vería gravísimamente cuestionado también por los que se han quedado.
Por otro lado, no creo que ese régimen ni nadie, tenga ninguna duda de que el 95% de los que se han ido, querrían otra política -más libre- que la impuesta por la fuerza de las armas en 1959.

Antes de dispersarme más, quiero decir que escribo este artículo porque he oído cómo coreaba el público las canciones de Joaquín Sabina en Miami, y no se diferencia en nada de ninguna otra capital hispanoamericana. Miami ya no es el lugar donde acaba la película  Some Like it not (Con faldas y a lo Loco, en España), ni Las chicas de Oro, ni Corrupción en Miami. Es un sitio donde se oye hablar en español constantemente, y se siente.

Las estadísticas dicen que viven un millón y pico de cubanos. Pero son muchos más, porque la mayoría, los que puedan, en cuanto puedan, tomarán el pasaporte estadounidense (renunciando a la nacionalidad cubana, porque es obligatorio hacerlo para obtener la otra nacionalidad)  porque es lo más práctico, y también por agradecimiento. Pero muchos de los que tienen ese pasaporte siguen siendo cubanos, en alma,  idioma, cantos, bailes y otras querencias. Así que hay más, muchos más: desde 1959 muchos vinieron y tuvieron hijos ya norteamericanos, (todo el que nace allí lo es) pero que han mamado de tetas cubanas, música, juegos, nostalgias de Cuba, y "hasta" nostalgias de España.

Ejercen de cubanos, y esto del ejercicio del alma es importante.
Yo me siento orgulloso de ellos y siento que, de lo que ellos quieren a Sabina, también me quieren a mí y yo les correspondo en ese amor. Y los quiero, lo he descubierto ahora, hasta más que a los cubanos que viven en Cuba, porque los de Miami nos quieren libremente y por puro amor, nunca por conveniencia.

lunes, 26 de marzo de 2018

Voluntarios

En cualquier país, por culto que sea, no suele faltar gente que se apunte a un linchamiento. Y parece que el ejemplo bíblico de manipulación de las masas "crucificalé, crucificalé", sigue cundiendo.
Recalentada una cuestión hacia alguien, saldrán decenas de voluntarios para tirar la primera piedra, cientos, para tirar la segunda, y miles para las sucesivas.
A mi madre le han mandado varios guasap contra la negra-madrastra- presunta-asesina del niño Gabriel el Pescaíto. ¿Es eso importante: pasar la bola?, ¿para qué, si ya está detenida, rodeada, escrutado todo su pasado...?
La gente no se apiada de los débiles, se apunta a machacar. Celebra. Se sienten "pueblo" o "nación" participando en un tumulto; pasó en la guerra civil, en los dos bandos. ¡Qué cómodo es tener un enemigo identificado al que despellejar! Qué cómodo ha sido, toda la vida, para todos los nacionalismos, tener judíos a mano. Los Reyes Católicos, en 1492, para afirmar la unidad de España expulsaron a los judíos.
Ahora estoy leyendo una biografía del General Mola, un antisemita de tomo y lomo; no conocía judíos, muy pocos podía haber entonces en España en loa años 20 o 30 del siglo pasado, si es que había. Pero él escribía contra ellos, "porque, sin duda, están detrás de los masones".

La cuestión está en que buscar enemigos, a ser posible inofensivos, es la torpe manera de que algunas personas se relacionen en sociedad; como apuntarse en cualquier pequeña reunión a los cotilleos, más exitosos, cuanto más dolorosos sean: el que una casada sea promiscua en lo sexual cotiza diez veces más que el qué lo sea una soltera y los detalles de sus amantes son tanto más valiosos.

Es el mundo así: si la gente fuera feliz y le gustara el buen arte, la buena literatura... todas estas mandangas no le harían perder voluntariamente ni un segundo.

domingo, 18 de marzo de 2018

Iluminado por las Luces de Bohemia.

Otro jalón de lectura obligatoria del instituto que incumplí y que ahora me han puesto en pie, definitivamente.
Gracias a la compañía de teatro clásico de Sevilla he disfrutado, comprendido, y hasta me he rendido al magisterio de esta obra tan citada. La vida me va pagando deudas y lo hace regalándome ayer un placer virgen, porque, a pesar de que la medioleí, y que la debo de haber visto por la televisión, necesité que me la enseñaran por teatro.
Magnífico montaje, y vestuario, y actores, y actualización, y retoques y también los trastoques en la versión, (esto lo sé por mi hija que la tiene leída recientemente). Yo la recibí como obra maestra que hubiera sido creada ayer para mí; ésta ya es la que quiero para siempre y no la que esté escrita en el libro de la colección de Espasa Calpe, con el que no pude, seguramente por abordarlo en mal momento, o  sin la necesaria convicción.
Estoy en paz y satisfecho gracias a unos valientes artistas sevillanos, porque creo que es un soberbio reto abordar este clásico de frente, sin adulterarlo, ni facilitarlo, ni rezarlo, ni despacharlo; porque lo han hecho con actual visión, garbo, música, baile, y cajones (no me he confundido de letra)... arte teatral del mayor al que, ni quisiera, ni puedo poner medio pero (aunque no me gusta respirar el humo en el escenario, -que últimamente me han castigado con bastante y ayer no fue una excepción-).
Los actores desconocidos, creo que no los he visto en series, ni en películas, muy bien puestos cada uno en sus diversos papeles, aunque Max Estrella se parecía a Javier Krahe, otro hubiera jurado que se apellidaba Caffarell, por el parecido, pero salió Motilla; y otros que no recuerdo pero sonaban a tan buenos actores... Cada actor o actriz estuvieron soberbios en sus personajes, muy bien repartidos además. De quien más me enamoré es de la prostituta joven que me encantó enamorándose ingenuamente del protagonista. ¡qué hermosa lucecita de esperanza! Pero, todos todos, todos, sobrecumplieron su esperpéntico papel. Sin duda, cuando un  equipo funciona tan bien, el protagonista debe ser el director y así lo reconozco escribiendo su nombre, Alfonso Zurro, y así cumplo con todos. Si se hubiera podido robar fotografías de altísimo contenido estético, habrían sido cientos; solo tenía mis ojos, como cuando uno no tiene una cámara a mano, abrí, fijé, succioné, las imágenes. Tuve que disfrutarlas ansiosamente de manera personal e intransferible; como la mejor vida.
Aprendida la lección de Max Estrella -extralúcido como el Quijote de la segunda parte- rodeado de real pillería, brutalidad y banalidad; oponiendo humanidad y pulso ingenioso, que, al final, nos brinda una apoteosis de culminación de amarguras que resultó muy nutritiva y oportuna para un tipo con más de medio siglo, como yo, que se la debía. Agradecido por la misión cumplida.

viernes, 16 de marzo de 2018

No me gusta escribir de las obras culturales que no me gustan.

Pero hoy haré una excepción.
Estoy poniendo nuevas estanterías en casa, reorganizando mi biblioteca, porque hay demasiados libros aparcados en segunda fila y resulta que encontré un título mágico para mí, es mi último amor de verano: Burdeos. http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2017/08/jaime-la-france-1.html 
Inmediatamente lo puse en mi mesilla de espera, y apuré la conclusión de Archipiélago Gulag.
El libro al principio me gustaba: sí, discurre una parte en Burdeos, por lo menos yo me he trasladado mentalmente a algunas de sus calles, pero tiene demasiados personajes. Hice un esfuerzo por acompañar a todos, por memorizarlos, porque pensaba que reaparecerían en algún momento y me abrocharían el relato.
Pues nada de eso: la autora Soledad Puértolas, que escribe bien -además, es de la Real Academia- pasa desde ahora a formar parte de mi lista negra de escritores que no van a robarme tiempo para leer a otros. La novela no tiene ni pies ni cabeza, son tres partes con una mínima conexión, esbozos de personajes que te hacen comenzar un camino; y al final del corto libro has comenzado quince o veinte vidas que no fueron a ninguna parte. Y te ha robado toda tu atención para nada, cuando estás llegando al final dices: esto es una estafa literaria.
Debía ser un valor seguro, la de una autora con fama, (y ese prestigio añadido de la Academia) y, sobre todo, que es una novela reeditada para una colección popular. No lo entiendo; a lo mejor me ha pillado en un mal momento, pero por si acaso me quedo con la enseñanza. Si vivo 83 años y medio, no pienso perder ni un solo minuto más con esta señora habiendo tanto que ver, escuchar, tocar, escribir o leer.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Archipiélago Gulag La mili más larga del siglo XX.


Yo no hice la mili, pero, antes de no hacerla,  escuché con interés muchas milis que me contaron. Las brutalidades e irracionalidades de los soldados y de los mandos, los abusos de todo tipo y el gran tiempo perdido resultaban temibles y anacrónicas. Algo parecido en mínima escala al Gulag, que venía a ser un pretexto para “domar” gente y para explotarlos vilmente, y digo vilmente porque a pesar de todo el esfuerzo en sangre, salud, tiempo, abstinencias y vidas heladas,  la mayor parte de las obras o servicios que se hicieron en aquellos trabajos forzados fueron fallidas o de escasísimo rendimiento; derroche, inutilidad, ruedas cuadradas: una vengativa locura, un desprecio casi absoluto por el género humano.
Y las causas para haber entrado como sujeto pasivo en todo aquello eran muchas veces por haber caído presos de a los alemanes, por sugerir que los nazis comían mejor o tenían artillería de más alcance. O simplemente, por quejarse. Solschemitjin estuvo una década en el Gulag por escribir una carta privada en la que criticaba la mala dirección de la guerra.
Un mundo aplastante, de esclavitud, abusos, soplonería, cavilaciones y temores, del que dudo mucho que se hayan librado las mentes de los rusos hoy, en 2018. Anteayer envenenaron a un ruso y a su hija en Londres.
La omnipotencia del estado en un territorio que era casi medio mundo, de los representantes de aquel pueblo que había sufrido la terrible ocupación y finalmente había derrotado a la bestia nazi, imponían su fuerza y cobraban por aquel sacrificio. Como cuentan algunas violadas, “hicieron lo que quisieron conmigo”
Así se “pasó por la piedra” al pueblo ruso, y con los que cayeron bajo su dominio. Lo hicieron los bolcheviques, que eran minoritarios pero más audaces en la revolución , y de los que sabemos bien no eran mucho peores los estalinistas que los lenininistas o que los troskistas, solo que Stalin duró mucho en el tiempo y se notó más.  Todo aquello fue una lucha paranoica por domeñar al pueblo, por aplastar toda disidencia con el mayor peso que fueron capaces de poner sobre los que identificaron como sus enemigos.  El sueño de la razón engendra monstruos.
Como en todas las narraciones de la mili, habrá exageraciones, fantasías infladas, pues casi todo es tradición oral recogida por alguien que vivió una pequeña parte, pero sustancialmente es verdad, y la  lectura del Archipiélago Gulag es muy enriquecedora  pues ahonda en lo más íntimo del ser humano: lo más admirable y lo más despreciable, lo más valiente y lo más cobarde, lo más edificante y lo más rechazable. Todo aparece en este obra-aluvión que está incompleta, porque es imposible meterlo en un solo libro por largo que sea. 

Viví más próxima la lectura de Ardor Guerrero de Muñoz Molina, es normal, los rusos emplean una violencia ilimitada y esa exageración siempre parece increíble, por real que, no lo dudo, fue. 

jueves, 8 de marzo de 2018

Hoy he escrito por primera vez tu nombre, Harvey Wenstein

La radio de música clásica que escucho todos los días me está castigando hoy ocho de marzo con "música de ascensor" ¿Por qué no me ponen la Pasión según San Mateo o las 32 sonatas para piano de Beethoven?
No entiendo, Harvey, por qué tengo que tragar hilo musical, ¿para, en la maldición, vislumbrar tu gruesa carota corriéndote en la cara de alguna actriz de las que cobra un millón de dólares por película? Acabo de escribir tu apellido en Google y aún no sé si estás acusado, o si has comparecido ante algún juez, lo que se me escapa es que si las cosas son como las cuentan¿por qué no estás en prisión preventiva?

A mí me pareces feo y gordo, pero hay cientos de mujeres de las más hermosas e interesantes del mundo, que han aparecido abrazadas a tí durante años. Y sonreían; claro que eran buenas actrices, es su oficio. Supongo que eras/eres, te creíste/ te creyeron, muy culto e interesante, no tienes por qué haber dejado de serlo, (bueno, a lo mejor sí). Puede que exista la erótica del poder, o eras solamente un aprovechado sobón que se arrima y mete mano en el momento más inesperado a sabiendas de que la actriz de turno no gritará, ni se revolverá dándote un bofetón.
¿Eres un caradura que no se arredra? ¿Es posible que nadie te haya dado un escarmiento? ¿Por qué nadie te acusó nunca de violación o de abusos deshonestos?
Yo siempre he respetado a las mujeres. Con los conocimientos que después he tenido, a veces repaso mi adolescencia y me doy cuenta de que tuve bastantes oportunidades de alguna relación que hubiera calmado mis pulsiones y habría afianzado mi autoestima. Pero siempre me dio miedo abalanzarme, o proponer, o sugerir. Me lo tuvieron que poner muy claro. Sin embargo, otros, que se lanzaban sobre seguro y sobre probable, me contaban sus hazañas y yo no podía replicar, porque fui un pánfilo, por eso tengo poca historia.


El problema de las relaciones sexuales es que no se conciertan ante notario, alguien ataca, hace un gesto, lo dice, se deja, se pone ofrecida, que diría José Mota. Cuando se tiene experiencia se reconoce la situación, antes no.

Supongo que tú, Harvey, ligaste mucho en tu adolescencia, atacaste y conquistaste, supongo también que seguiste haciéndolo en tu madurez, cuando ya objetivamente eras feo y gordo, pero pensarías en que poseías la erótica del poder, la conversación, la sabiduría, la experiencia y que las mujeres aceptaban.Parece que no

Pero cayeron, por la fuerza, por la semifuerza, por la convicción, aunque se hiciera increíble que esas bellezas copularan contigo. Supongo que muchas te lloraron después, se sintieron sucias o violentadas, pero ninguna fue a denunciarte: te tuvieron miedo "procesal" o en el fondo no sabían si querían tanto el resultado o estaban dispuestas a pagar y este era el precio de lo que podías conseguirles. Como a los cazadores que matan elefantes que les escogen, luego se fotografían con la pieza, el síndrome de verse todopoderoso.

Creo que las actrices que consintieron o soportaron sin denunciar no son las principales víctimas de esta historia. ¿Por qué pueden denunciar hoy (y las han escuchado los principales medios de comunicación) las que se llevaron el papel, el Oscar, los millones, los siguientes papeles, la carrera, el glamour de la alfombra roja?
¿Por qué no denuncian las decentes, las que no alquilaron su cuerpo a la gloria, las que solo querían negociar con su arte? Esas que, por decencia, renunciaron a seguir su carrera.

Yo no he tratado ni de lejos con actrices de cine; creo que no he visto en persona a ninguna, ni de lejos, ni nadie me ha contado nada directo de ninguna. Pero aquí en Béjar hay mucha afición al ciclismo, y me contaron de alguien que al llegar a cierto nivel, le sugirieron que para pasar de ahí había que hacer trampas: eso se llama dopaje, peligroso para la salud, además de inmoral . Hay gente que acepta y sigue, puede que haya gente que no acepta y sigue (puede ser), pero también hay gente que dice: hasta aquí llegué y no estoy dispuesto a pagar el precio oscuro. Esos son deportistas.
Me gustaría escuchar a actrices que rechazaron pasar por esas camas y que pudieron obtener los papeles, a lo mejor están en pequeños teatros o son cajeras de supermercado, o limpiadoras en algún hospital.


Si es justo, que te lleven a la cárcel, para eso está la justicia, y si no deberíamos cambiarla. Si no vas a la cárcel ni cambiamos la justicia, todo esto de hoy es un paripé, (y menos mal que tenía un CD y he prescindido todo este rato del hilo musical "Harvey Wenstein").

La última ¿Por qué moviliza más  este presunto abusón que el que otros se meta en un instituto o en un concierto  con un fusil ametrallador a matar gente indiscriminadamente?

miércoles, 7 de marzo de 2018

Aguedas internacional.

Mañana muchas mujeres de lugares civilizados donde se les escucha van a hacer un paripé en honor al ego del productor más citado en toda la historia de las entregas de los Oscar. Un aprovechado que, como trataba con actrices de altísimo copete, las metía mano o las convencía para que se metieran en la cama con él (no he perdido el tiempo en leer la historia, pero me la imagino).
 "Eso" ha sido desde siempre el papel que se reservaba al productor, que como subproducto de su trabajo obtenía ese rendimiento sexual de tantas que nunca fueron actrices, y de algunas que consiguieron serlo.

La indignación ha recorrido el mundo desde las grandes alturas de Hollywood. Nunca importaron tanto las afganas, ni las saudíes, ni las niñas de Boko Haram, n todas las suramericanas, rumanas, o rusas que vienen a servir y terminan bajo unos barrotes, soportando solteros y casados. O las estúpidas nigerianas que creen en el Vudú y se prostituyen para que no les hagan daño esos maleficios (¿inventados por un hombre ancestral? Aprovechados por los hombres actuales)
Ni en Nigeria, ni en Afganistan, ni las blancas de los prostíbulos, ni las saudíes, ni las de Boko Haram harán huelga mañana. Tan solo algunas funcionarias, (las cajeras de los supermercados, seguro que tampoco) todas contra el monstruo que osó meter mano a Angelina Jolie. Es repugnante ese tipo. Puede que tan repugnante como sería un treinta por ciento de hombres que tuvieran su poder.
¿Es justo que nos juzguen a todos los hombres por un treinta por ciento? ¿Es justo que nos juzguen a todos los hombres por uno?
Pues eso, que estos brindis al sol dan para muchas chanzas, y algún chiste bueno, pero logran muy poco de los brutos y abusones. Al contrario, estas jornadas desprestigian a todo el género que las convoca, (aunque solo las siga un pequeño porcentaje de privilegiadas) porque terminamos riéndonos de todas.

jueves, 1 de marzo de 2018

EL LENGUAJE OFICIAL ES PARA COMUNICAR


 No debe servir para crucificar a la mitad de la población, ni tampoco para “dar visibilidad” o publicitar espureamente  el lamento por una situación injusta (por ejemplo, que cada año en España mueran más de cincuenta mujeres a manos de sus parejas o exparejas).

Si lo que se escribe se escribe para leerse y la lectura sirve para recibir ideas  que se transmiten mediante la escritura, lamento como secretario tener que haber escrito en el margen del libro de matrimonios:
“por sentencia del juzgado de violencia sobre la mujer nº 1 de Torrejón de Ardoz se decreta el divorcio de …”


 Mi registro civil es pequeño y creo que es la primera vez que tengo que anotar la referencia de una sentencia de divorcio dictada por un juzgado con este violento nombre.
Cualquier persona ajena, no a la cultura, ni al derecho, sino a la burocracia judicial actual de España -porque espero que este injusto nombre se cambie-, interpretará que “alguna violencia habrá ejercido el  marido de este matrimonio” cuando le ha juzgado un juzgado de violencia sobre la mujer.

Yo creo que llamar a un órgano judicial con este énfasis y luego atribuirle también estos asuntos, meramente civiles, raya en la injuria hacia el hombre, - además el de la sentencia que anoté hoy se había divorciado por mutuo acuerdo-.
Si en algún momento algún descendiente estudia su árbol genealógico, cosa que suele hacerse consultando registros civiles, se llevará la triste idea que he dicho de su antepasado. También si hoy lo traduce un extranjero se llevará idéntica idea.

Alguien debería explicar en qué contexto estamos, imprimirse un manual para desmontar la desfachatez.
¿Y no es mejor no montarla? llamarlos juzgados de asuntos familiares, de conflictos familiares, o juzgados de familia, como se han llamado siempre.






 P.D.  No sé donde llegaremos por este extremo pero estoy completamente seguro de que con estos nombres ruidosos no vamos a salvar a ninguna mujer de ninguna violencia.