sábado, 30 de abril de 2022

Cifuentes y unas salinas manchegas.

 Continuamos nuestro viaje hacia el Mediterráneo, aproximadamente por el camino más corto según nuestro viejo plano de carreteras y el aliento del amor a las sorpresas que nos deparan las carreteras secundarias y terciarias. 

Era media tarde del domingo cuando se nos apareció Cifuentes, apellido corriente por las fuentes, y famoso por llevarlo de segundo nuestro admirado Eusebio Mayalde, pero también un locutor de Jazz muy famoso, ya fallecido, y también el líder del grupo Celtas Cortos que una noche tocó a cincuenta metros de nuestra casa en Béjar. Pero nosotros nos guiamos por la estética que es la que nos convenció de parar.


Dos torreones de una antigua muralla de esta histórica villa, que tiene, a lo lejos se veía, un castillo con el nombre del famoso literato Don Juan Manuel. No nos enredamos a subir porque la tarde caía y el castillo se veía reformado estrepitosamente y con todo el aspecto de ser propiedad privada y vivienda de algún caprichoso.


Ermita de nuestra señora del Remedio, con ua grácil arcada, que podría ser, y a lo mejor lo sea, logo de algún diseño, por la gracia del mismo.


Plaza mayor de Cifuentes. El ayuntamiento estaba en obras así que lo evité en la foto.


Soberbio pórtico lateral de un convento barroco o neoclásico, que tuvo mala fortuna arquitectónica desde el principio según explicaba un cartelón adjunto.

 

Fachada del fallido edificio, que junto con la imponente iglesia de detrás fue el gancho que nos detuvo a esta pequeña excursión. 

Despidámonos de Cifuentes con su imponente iglesia parroquial. Pillamos el pueblo semivacío a excepción de un establecimiento donde prolongaba la sobremesa un nutrido y ruidoso grupo de vecinos y visitantes ocasionales muy contentos de reconocerse en esta luminosa tarde de domingo de Ramos.


Después de mucho paisaje vacío de gasolineras y con la semiangustia de ver aparecer el piloto de la reserva volvimos a parar en Saelices de la Sal donde hay estanques para separar la susodicha. No sé si este será el rio Salado, que conocimos en otro viaje más al norte de esta misma provincia, de famosa batalla. La curiosidad y el ánimo de documentarla fotográficamente nos hizo volver a parar.

Dejamos el coche en lo que parece ser una Ermita Humilladero, que bendice el lugar.

En la puerta de la instalación puede verse el "prohibido el paso", que esta vez no me salté
Paisaje salado
esta ventana azul nos despide hasta la próxima entrada.



viernes, 29 de abril de 2022

Cívica.

Este extraño paraje nos salió al pie de la carretera. Se trata de unas cuevas o pasadizos excavados en esta piedra áspera que un día debieron ser un pequeño atractivo turístico. Hoy están clausuradas, supongo que porque no reunen las medidas de seguridas admisibles en el siglo XXI. No se permite el paso, pero sí es obligatorio para nosotros curiosear y retratar. La incívica actitud de otros curiosos dejó entreabierta una puerta por donde yo me colé como en la fiesta de Mecano a curiosear un poco más.




A veces me digo si el niño intrépido que me guía recibira alguna dura lección a los 57 años
Porque altura había suficiente para romperme más que una pierna, a poca trampa que hubiera



Ahí, a la izquierda de la puerta se vislumbra una señal de "prohibido el paso", pero yo ya estaba de vuelta, habiendo levantado impunemente, para mí y para vosotros, las faldas del misterio.


Al lado del merendero rupestre de Cívica tenemos esta pintoresca cascada, que supongo que no funcionará en verano, así que damos gracias por la visión primaveral y nosotros, que pudimos escucharlo, ese ruidillo tan agradable para los que, como yo, nacieron en secano.


 
 

miércoles, 27 de abril de 2022

Brihuega la tierra de las aguas

 Brihuega a pesar de su pasado bélico y sus emplazamientos militares no está en una meseta alta, sino en una ladera, y la razón no puede ser otra que en los altos hay poca agua porque el agua corre hacia abajo. Así que a medio camino decidieron hacer esta población y la razón tuvo que ser acuática. 

Generosa fuente en su rumboso parque, con espléndidos árboles. Cultura tan poco española.
 
una fuente de doce caños para que los aguadores no tuvieran mucho que esperar

Blasones contundentes

más agua, con dos caños, a pares en la plaza mayor

                                                   otro parque de opulentas aguas

                     La arbolfilia que tanto admiramos en Francia


otra fuente más
El hermoso cementerio viejo




un toro trotando placidamente, lo que no es tan taurino como acostumbramos.

                          Los altos árboles, todavía brotando primavera, permiten ver esta alta iglesia.

lunes, 25 de abril de 2022

Brihuega, mucho más que una victoria y contraataque republicano.


 Sabido debe ser por mis lectores la afición que tengo desde la adolescencia por la Guerra Civil. En este libro de grandes batallas de la susodicha contienda aparece como única ganada por el ejército republicano: la de Brihuega, también llamada batalla de Guadalajara. En ella, los italianos que ayudaban a Franco, mediante el CTV( Corpo Truppe Volontarie), crecidos en su moral porque habían llevado el peso y el gato al agua en la conquista de Málaga, decidieron abordar otra iniciativa con un audaz avance por la provincia de Guadalajara que tenía el objetivo, ni más ni menos, que entrar por la Puerta de Alcalá de Madrid. Los italianos, tan chuletas e inconsistentes en su historia bélica del siglo XX, rompieron las líneas y avanzaron mucho y rápido hasta que llegaron refuerzos republicanos, Cipriano Mera (con quien iba un padre de un primo segundo mío, natural de Fontiveros, llamado Pablo Fernández,  que fue herido de metralla en Grajanejos, operado, y vuelto al frente de Teruel siguió perdiendo batallas hasta acabar la guerra en Madrid apoyando la sublevación de Casado. Sobrevivió con buena salud y mejor cabeza hasta los 103 años que  le entrevisté antes de que se lo llevara el bicho), (Quería hacer un juego de palabras: sobrevivió al CTV, pero no al COVID)


También del lado republicano estuvo en esa batalla el famoso Líster con su XI división y Brigadas Internacionales con componentes italianos etc., que pararon a los pintureros Italianos en Brihuega y luego contraatacaron capturando mucho material bélico transalpino y dándoles a sus generales tal lección que ya nunca más ejecutaron iniciativas propias y se acoplaron a la estrategia general del bando franquista. He repasado por encima aquella información del libro de grandes batallas y resulta que dos siglos antes en la guerra de Sucesión Española, las tropas del Borbón Felipe V, situadas en las alturas del valle del Tajuña, vencieron a otro bando multinacional que apoyaba a los Austrias.


Maravillosa vista de la plaza de toros,  y el hermoso valle del Tajuña


                                                           Arco de Cozagón
                      Entrada al recinto amurallado


Esta cruz de hierro del cementerio me gustó, pero quiero llamar la atención que a su lado derecho hay unas fotos pegadas en el frente de una tumba: pues la de arriba es de un soldado republicano con su gorra de plato, el de abajo tiene boina.

 
Es difícil conquistar el cementerio viniendo del Tajuña
Esto es parte del castillo bermejo, hay de sobra de lugares para defenderse en esta localidad




pues seguiré más con este precioso e histórico pueblo otro día.

sábado, 23 de abril de 2022

Torija en día de torrijas

 El Domingo de Ramos hacia el mediodía abandonamos Alcalá, no sin antes visitar la Villa de Hippolitus que era una especie de colegio mayor de los estudiantes romanos, cuya visita, que es gratuita, es recomendable, porque enseña mucho y bien.


Lo que no es recomendable es ver la ciudad de Complutum que fue descubierta y destruida por las excavadoras que ensanchaban esta ciudad, lo que hay no merece la pena ni encontrarlo, que buenas vueltas nos costó, salvo que la "Casa de los Grifos", que estaba cerrada, valga algo la pena. Lo mejor que pudimos hacer después de ver la mansión de Hippolitus es haber echado a correr como este grupo de patinadores de velocidad que nos paramos a ver.

Torija fue otra parada insoslayable, teniendo tiempo y ganas porque se nos ofrece así de esbelta a los automovilistas de la A 2. 


Yo creo que es el castillo más larguirucho que he visto, y también uno de los que menos piedras le faltan. Dentro hay un edificio moderno que, será todo lo útil que sea, pero desencanta al viajero. 

"El viajero" por antonomasia de esta zona es Camilo José Cela, que en su libro Viaje a la Alcarria pasa por aquí. Es un libro extraño porque no cuenta nada, pero si os gusta leer, es de lo mejor que se ha escrito en el siglo XX. No sabría explicar por qué, es el garbo de su lenguaje,  pero la última vez que tuve un ejemplar en las manos me puse a leerlo otra vez y era incapaz de dejarlo.


Torija también tiene una esbelta iglesia. No encontramos mucho más.