jueves, 30 de mayo de 2019

El arte de compadecer

Leo Sefarad y afirmo que este libro no es una novela, acaso un mapa histórico de dispersos derroteros de la derrota. Antonio Muñoz Molina nos hace palpar con sus palabras sentimientos que creíamos sabernos hasta el fondo, pero él los da nombre y forma porque es un artista de precisión, de sensibilidad.

Muñoz Molina y Sabina nacieron en Úbeda: el reflexivo gordito y el visceral anguloso (uno siempre sera gordito y otro flaco, se pongan, como se pongan) tienen parecidos puntos de vista; no sé muy bien hasta dónde se copian en esta captación de imágenes de perdedores, pero hay conexión entre ellos, porque los dos se leen y escuchan desde el principio, y muestran públicamente la mutua admiración.

Volviendo al libro Sefarad, aunque todo es bueno, hay historias que casan y hay historias que se quedan solteras.
Para mí todo ha sido bastante provechoso porque conozco como admirador y lector la biografía de Antonio y de su mujer Elvira, y también estuve cuatro días en Úbeda paseando literariamente tratando de descubrir los sitios de El Jinete Polaco, los lugares de Plenilunio y del Viento de la luna.

En esos cuatro días me aprendí el mapa de esa ciudad que está tan presente otra vez en mis pasos lectores de ahora en Sefarad, tanto que no sé si me imagino las calles o es que hice esos mismos recorridos.

Haber ido a Úbeda está bien en sí mismo por todo lo que tiene, pero de la mano de Muñoz Molina es un plus, y ser lector de Muñoz Molina se enriquece mucho con una visita a Úbeda, ésto lo digo por los que lo seáis y no hayáis ido.

En cuanto al libro decir una vez más que eran cosas ya escritas casi todas las que él recrea, de diversos personajes históricos y literarios, y añade a este gazpacho (aclaro que a mí me gusta el gazpacho con los trozos enteros, no pasado por batidora) fragmentos de la vivencia suya y de su mujer y conversaciones con gente que le ha contado su vida. (Ya lo destripé)

Yo lo he disfrutado, pero el que busque una novela no la encontrará, y será lícito que se sienta defraudado.
El arte es vibración y hay mucha vibración en este libro.

sábado, 18 de mayo de 2019

Estafa, cáculo y euroilusión

El festival de Eurovisión se pierde en mí (voy a escribir un topicazo) en la noche de los tiempos. Mi infancia más infantil, sin radio pero con televisión, está marcada por esas canciones de Peret, Mocedades, Micky, José Vélez... y por estas noches europeas con votación guayomini (que es como decían Reino Unido los franceses).
En aquellos tiempos de mi niñez esta música era esa reiteración de nuestra apuesta nacional, omnipresente, que intercalaban en los anuncios de la única televisión a todas horas, por eso nos sabemos esas canciones con estribillo.
Creo yo que Eurovisión tuvo mucho éxito porque era una manera de sentirse europeos, pero también porque era una ventana a los cuerpos que se movían libremente con atuendos más atrevidos de los que se podían ver en la España franquista, supongo que también lo era en ese aspecto para Portugal, Grecia y otros países: escotes, piernas, movimientos; libertad que por aquí no había y gracias a esa ventana a la europeidad nos surtía de imágenes. Fue bonito mientras duró, como todo lo de la infancia.

En mí apareció la radio, los casetes, mi guitarra, la música clásica, el rock duro, el flamenco, el jazz, la música hispanoamericana, la bossa nova... Yo nunca he vuelto a Eurovisión, a veces con mi madre y con mi hija, (que era eurofan -creo que lo sigue siendo-) aguantaba un poco viendo la tele y queriendo compartir la emoción; pero no, la música con mayúsculas se hizo demasiado importante para mí como para perderme seriamente en estas frivolidades.

Sé que ha vuelto un macroespectáculo regional al que añadimos recientemente a Australia, -Israel está hace muchos años-, y, sobre todo, toda la pléyade de repúblicas soviéticas y ex telón de acero, que lo asumieron en su día como conquista de europeidad. También los movimientos gay lo han adoptado como muy propio: encontraron una manera de imponer su estética y su presencia haciendo piña en las votaciones telefónicas.
No me parecía mal Eurovisión, pero esta noche ya me he motivado a aborrecerlo.

Sí, otra vez el interés económico, el vil metal. Encontré la noticia en los telediarios de que el favorito en las apuestas era Holanda, y ha ganado. No sé, ni me importa demasiado cómo es la canción, si los intérpretes son más o menos gays, la coreografía llamativa, o los etcéteras artísticos que pueda haber, pero la suciedad de la profecía autocumplida por el dinero de las apuestas profesionales lo enmierda todo de tal manera que me he levantado a escribirlo.

Por una parte está la financiación del evento, que en parte se hace con las llamadas telefónicas de los votantes. Eso me parece relativamente bien: es una manera de financiarse más o menos "deportiva".

El problema es el cálculo. Yo apuesto por un lado y voto por otro para reforzar mi apuesta. Hay un favorito que ha sido señalado, entonces cargo la suerte y por otra parte meto dinero para ganar a los "pringaos" que votan con ilusión. Dinero, dinero, dinero-

En el fondo me da igual, no es mi guerra. Lo que me subleva es que fue parte de mi niñez, que es decir parte de lo más bonito de mi vida. Nunca hay nada totalmente limpio y siempre habrá habido manipulaciones, conveniencias políticas. Ceo que para España fue muy importante que en el 68 ganara Massiel supongo que nos metió mentalmente un poco más en Europa. Habrá habido amaños. Estoy seguro de que a los países del Este, a Israel, etc. le ha venido bien también esa Euroilusión, pero ahora, esta noche, se sabe palmariamente que los reyes son los padres DINERO, DINERO, DINERO y me duele, como me dolió siempre, descubrirlo y saber que otros perdían la inocencia descubriéndolo.
Me he levantado a las 6,30 de la mañana de un domingo para escribir esto, así que un poco rabioso sí que estoy.

lunes, 13 de mayo de 2019

Descubrimiento primaveral de Medellín

Medellín es un pueblo en el noreste de la provincia de Badajoz, que no tiene cártel, pero yo fotografié su cartel o escudo que encontré en el suelo grabado en una tapa de alcantarilla.

Tenemos en el escudo el puente sobre el río Guadiana, en el centro del cual hay restos de una construcción donde, en tiempos, se cobraba peaje por pasar. A continuación os muestro una vista del río y su vega vistas desde su castillo, que es de origen árabe.


Quiero suponer que el personaje que está sobre el puente del escudo no es el fundador de la villa romana que se llamó Cecilio Metelo, (de Metelo viene Medellín) sino el hombre de más importancia histórica de los que nacieron por aquí: Hernán Cortés, conquistador de lo que luego sería México, cuya gallarda estatua preside la plaza mayor.


Medellín es un lugar asentado en esa feraz vega que viene rindiendo frutos agrícolas a sus habitantes desde antes de los romanos que ya se asentaron alrededor de ese alcor donde vemos esa fortaleza musulmana a la que volvemos a subir. 

A los pies de esta fortaleza había hasta 2006 un barrio musulmán. (hay fotos cenitales del barrio) En esta fecha se excavó y se destruyó por completo. La razón es que debajo del barrio se encontraba un teatro romano en el cual desde 2014 se han vuelto a representar en verano obras teatrales y actuaciones musicales. (Nocturnas por supuesto)

¡Espectacular! verdad. Los árboles que se ven alineados abajo son olivos. Me llama la atención que en 2006 esto estuviera cubierto por falta de dinero para descubrirlo. La guía que nos explicó, nos comentó que cuando haya dinero quieren comenzar a excavar en el lado izquierdo de esta foto para buscar un anfiteatro. España todavía es una caja de sorpresas, Aunque yo pienso que es posible que falten muchas piedras, que reutilizarían los árabes para construir el castillo o los cristianos para construir las iglesias. Aquí tenemos una al lado del teatro y en la siguiente foto veremos, enmarcadas por unos hermosos cardos, otras dos que hay en esta población. En la que ocupa el centro de la fotografía fue bautizado Hernán Cortés.



Para despedirme vuelvo al castillo árabe, el teatro romano y (a la derecha, aunque no sale en esta foto) una iglesia cristiana. 
Por cierto, coincidimos en la visita al castillo y después merodeando por las calles de la localidad, con un mexicano de rasgos hispanoamericanos, al que no pedimos perdón por nada. Se puede comprender fácilmente que en un lugar tan solicitado para vivir, y que todos conquistaron por la fuerza, somos, como él mestizos de la historia.  


viernes, 10 de mayo de 2019

Resistir o dejarse vencer.

No tengo más que un teléfono tonto, de los que se hacen para los viejos y dura, hasta ahora, 6 años. En este tiempo mi hija ha gastado tres teléfonos inteligentes. ¿Dónde está la inteligencia?

Claro, que para ser socio de muchas de las ventajas de los cupones de la cadena DIA, donde he hecho la mayor parte de mis compras estos años, hace falta un cacharro inteligente para "bajarse la AAPP" pues la cadena ahora está en liquidación y a lo mejor es que los viejos nos resistimos y no hemos caído en sus últimas apuestas de modernidad.

No tengo televisión de pago, no pirateo por Internet, no he visto Juego de tronos, no apuesto on line, ni tampoco en los establecimientos que ahora están tan de moda en las ciudades y pueblos grandes como en el que vivo. A no ser que llueva mucho, vengo andando al trabajo. Mi coche es sencillo, tanto que las ventanillas se bajan con manivela y todavía se puede arrancar "a tirón". No tengo voluntariamente tarjeta de crédito (el banco nos "obligó" a tomar una y a hacer un número de gastos anuales. Nos limitamos a cumplir con ese compromiso para ahorrar comisiones).
Claro que me he dejado vencer en esto de la tarjeta, igual que en tener teléfono móvil: me conformaría con el teléfono fijo de mi casa para hablar con mi madre una vez al día, esa costumbre que practicamos gracias a los móviles y que ya parece imprescindible, aunque muchos días, si no preparamos algo la conversación se reduce a "hablar por hablar".
Huí del Facebook, ahora soy un cliente pasivo que, como mucho, contesta o pone un "me gusta" de vez en cuando; pero ya no creo, ni manejo, ni me preocupo por nada.
Trato de ser libre, por eso tampoco me voy a abonar a una televisión de pago, aunque no hagan más que anunciarlas como noticia en los periódicos digitales que leo.
Trato de sentirme inteligente y "vivir fuera del rebaño" como dice la canción de Brassens traducida por Paco Ibáñez. Aunque ellos son muy fuertes, y las administraciones públicas colaboran. Es muy difícil hacer la declaración de la renta si no se tienen estas cosas.
Todo te lo facilitan, al principio muchas cosas son gratis, pero al final terminan cobrándote. Nos han inventado distracciones para un tiempo libre que ya no teníamos. Nos están robando algo esencial que es el tiempo de vivir. Gracias a ello los que triunfan ahora son riquísimos y dejan montones de cadáveres por el camino.
No sé si los que os dejáis vencer sois más felices que yo, o incluso más listos.
Pero yo soy más un poco más libre que la mayoría, de eso estoy seguro.

 

lunes, 6 de mayo de 2019

Gambito de reina

Creo que Albert Rivera no lee mi blog, no obstante quiero escribir esto que, a mi juicio, debería hacer.
Mi análisis previo es que su partido "Ciutadans" nació hace pocos años para proteger a los que en Cataluña se sienten españoles, y a quienes la presión de los nacionalistas arrinconan, ningunean, con el beneplácito o al menos el olvido interesado de los grandes partidos, el PP que tantas concesiones hizo a Pujol en los primeros cuatro años de Aznar y, sobre todo, el PSOE, que ni siquiera existe en Cataluña sino que se llama PSC, y hace siempre de nosotros no somos tan malos como los nacionalistas españoles ni como los nacionalistas catalanes, lo que se llama estar de perfil.
Yo creo que el movimiento de Ciudadans triunfó y se expandió por España porque había y hay  catalanes que prefieren la amplia cultura española a la estrecha cultura catalana.
Ahora que estamos en abril, se pueden bailar sevillanas en Santander o en La Coruña; pues claro que sí, y la gente que lo mire se pone contenta, y se acopla a las palmas. Pues yo supongo que en Cataluña alguien lo afeará comentando que ya están estos españolistas.
Afirmo que en el último cuarto del siglo XX y en lo que llevamos del XXI hay más y mejor cultura catalana en español que en catalán, a pesar de la inmersión lingüistica y otros pesares.


La cuestión es que el próximo gobierno de España lo presidirá alguien del PSOE, que ha ganado las elecciones, secundado por Unidas Podemos y los nacionalistas.  Pablo Iglesias ha dicho es que hay que tener en cuenta la realidad plurinacional del Estado, esto para Cataluña es malo porque en los próximos cuatro años barrerán a favor del 40% de los catalanes independentistas introduciendo más desamparo al resto, incluidos los visitantes y vecinos, que somos muchos.

Entiendo a Rivera que puede pensarse que su partido, que nació de muy poco, dentro de tres semanas será el segundo partido de España. Porque tiene la ocasión de sobrepasar al PP y hacer que en las siguientes elecciones el voto útil empiece a ser para ellos. Es mucho. Además, está eso que ha repetido tanto de que no pactará con el PSOE. Hay que cumplir lo prometido con lo que, de pactar, debería  dimitir él, sacrificar la reina en ajedrez.

Mi propuesta es que podría sacrificar su reina por la reina del Psoe que es Pedro Sánchez, para que la partida quede en tablas. Los dos se quitan de enmedio y llegan a un acuerdo para construir un gobierno estable con algunos políticos y muchos tecnócratas  con la seria misión de reconstruir una convivencia nacional que vele porque los derechos de todos se respeten en toda España.

No cabe duda de que desde el punto de vista del partido Ciudadanos eso es cortoplacista y muy peligroso a medio plazo para su organización. Además, este abrazo revitalizaría totalmente al moribundo Partido Popular que ocuparía el vacío del centro: probablemente vendería esos cuatro años a cambio de desaparecer después, aunque puede que también este gesto sea valorado por los votantes.

Cuatro años son pájaro en mano, pero son muy importantes para España, que eso es lo que dicen defender.
Tampoco es descartable que en estos cuatro años a la sombra, Ciudadanos tampoco consiga hacerse con el centro derecha español. En ese tiempo pueden surgir corrupciones en sus filas, problemas del líder o reactivaciones a su derecha.

Por España se debería hacer siempre lo mejor para los españoles, pero mucho me temo que Albert calculará que lo que más le conviene personalmente es desoír esta posibilidad y conservar la reina en la partida para seguir jugando a ganador.

Yo escribí esto porque quiero lo mejor para mi país.


domingo, 5 de mayo de 2019

Hall

Hall es el ordenador de la nave espacial de la película 2001 Una odisea en el espacio, que decide pensar por sí mismo y se rebela matando a los astronautas de su nave. Creo que la cinta es de los años 60 o 70, aunque esta la idea ya salió en Frankenstein, quizá antes.

La inteligencia artificial está aquí mismo, en este blog. Todavía no es autónoma (creemos) pero ahora mismo se pueden crear y se crean esclavos con muchas capacidades de hacer y de amoldarse como los propios humanos. Se llaman "boot" y por lo visto los utilizan los manipuladores de conciencias y de votos haciéndolos pasar por humanos. Existen desde hace mucho, por eso para entrar en algunos sitios nos piden que demostremos que no somos un robot, pero las demostraciones son  tan fáciles que me imagino que el siguiente robot ya supo como saltarse esas preguntas. En este blog entran cada dos o tres días 78 robots que dice la estadística que vienen de Italia para "ver y volver a ver como beben los peces en el río", mis últimos artículos. No lo entiendo. Hay quien me dice que lo hacen para animarme a seguir escribiendo, al comprobar yo,  por los números que ellos me aportan, que tengo más lectores; pero lo que sucede es que ya pienso que muchísima parte de mis 140.000 visitas eran robots que me aplaudían para que me animara y eso, al final, es más triste.
No sé si será posible la inteligencia artificial verdadera y malévola como en las distopías que se han creado, pero sí son posibles comportamientos pseudo inteligentes que se pueden programar para que un solo malo que así lo decida, nos haga daño a muchos o a todos. Los virus informáticos eran algo parecido.
Todo esto da miedo: mi banco, todas las relaciones que tenemos montadas alrededor de los ordenadores, espero que lo sepan defender, pero no me fío.
Esta mañana planté tomates y pimientos en mi huerto, tengo árboles frutales, acelgas, calabazas calabacines, patatas... soy capaz de hacer música sin electricidad, y poseo muchos libros de papel.. Trato con gente real todos los días.
No es mucho para sobrevivir a un cataclismo informático, pero a mí me bastará.

jueves, 2 de mayo de 2019

Solo cuatro días después


He pasado esta mañana delante del panel municipal de Candelario para pegar carteles y me he encontrado esta arqueología. Nada hay más anacrónico que un cartel electoral después del día de las elecciones.
Aunque el del ganador, tiene un pase: éste, como pedía, pasó. Porque si no hubiera pasado le diríamos ¡estúpido pedigüeño, jódete, que no has pasao!

He visto muchos caretos ridículos que después de perder, dimitir, (porque algunos lo hacen la misma noche del fracaso electoral) permanecen, y siguen, algunos en gigantescos paneles de carretera, porque nadie tiene la misericordia de quitar ese rostro difunto de ahí. Cuesta dinero hacerlo y el dueño del soporte que lo alquila no lo va a quitar hasta que no encuentre a otro que pague el dinero que cuesta ocupar ese lugar.

Menudo castigo ha de suponer a un político que vuelve a ser persona de a pie, desengañado, abofeteado moralmente por tantos millones de votos que depreciaron su mensaje, pose y dineral que invirtió su partido en promocionarla. Ver en uno de esos paneles de carretera tu cara de tres metros cuando mides uno setenta y cinco es como para hacerse cartujo, marcharse lejos o intentar un cambio de cara, y, desde luego,  no volver abrir la boca en público.


Parece que Pedro Sánchez está menos incómodo que estaría ahí Pablo Casado. Supongo que a los que le han votado les parecerá que ya está empezando a desdecirse de sus esperanzadoras palabras; además, se sentirán algo responsables de haber caído en el engaño. Yo, sin embargo, estoy lucubrando cómo sacará el dinero para pagar todos los gastos que aprobó en estos meses anteriores.
Acabo de leer un artículo en el que lo fían casi todo al "aumento de la actividad económica".
Esperemos que tenga suerte con ese aumento, la tendremos todos si vienen más turistas a gastar más, porque con sus medidas de gasto improductivo o social  no nos van a poner nada fácil que alguien instale en nuestro país nuevas industrias para ganar dinero.

Ahora, volved a mirarle fijamente.