sábado, 31 de marzo de 2012

LA FE EN LOS APÓCRIFOS

La fe en los apócrifos.

¿Y por qué no? Yo tengo algunos visitantes colombianos. Podría ser verdadero esto que me mandó Evelinda Jaramillo. Un hurto, un aprovechamiento indebido de un borrador que a lo mejor nunca llega a nada, aunque siempre es muy probable que la familia decida ir publicando los retales que, además se venden mucho mejor después de muertos, para ir haciendo caja. Quizá esta publicación espúrea que hago yo -si se llega a conocer- evite que publiquen el suyo, el auténtico, el corregido y terminado por él.

Pero de un hombre tan cuidadoso con todo lo que escribe, me imagino la solución final que quiso y no pudo Kafka: destruir su obra. Creo recordar que sale en el libro de Ian Gibson sobre Lorca, que alguien (para nuestra desgracia) cumple el encargo de destruir todos los papeles que Lorca tenía en un piso de Madrid.

Me imagino que García Márquez formateará su ordenador impidiendo el comercio de hijos disminuidos, masturbaciones y bastardos que pueda contener la memoria cibernética  de sus archivos.

Esto ya es un sueño: yo estoy tan agradecido que me escriban comentarios, que sueño lucubro y fantaseo con esas generosidades. ¿y si fuera él? El propio Gabriel García Márquez, que es amigo de Silvio, que pudo leerme entonces e interesarse. ¿Por qué no podría ser él Evelinda Jaramillo?



EL PUNTO FINAL



Una tarde, el  más famoso escritor del mundo decidió que ya estaba harto de que trataran de excitarle para que abriera la boca, recibiera un premio, escribiera unas líneas sobre un libro. Le espantaba la cortesía de rebatir a antiguos amigos que intentaban allegarse de amigables componedores para conseguir que el santo literato exudara  reliquias.

“Sólo me queda morirme.”

No se trataba de un paso hacia el abismo, sino de un arabesco. Pensó que setenta y ocho años eran una buena edad para morirse, y por qué él no podía  permitirse poner punto cabal a su biografía, del mismo modo que había rematado por su cuenta sus obras, -esas decenas de historias que eran un personaje más importante que él mismo- Quien pudo lo más,  debe poder hacer lo menos.

Durante media hora meditó sobre si su historia estaba perfectamente redondeada, o si aún debía hacerse un sitio más amplio para colgar su hamaca en el Olimpo. Concluyó que no era razonable estirar la arcilla. Además, con cabeza de agente literario: es un buen momento para lanzarlo a la imprenta; en los próximos días no parece que ningún acontecimiento pudiera eclipsar la traca de homenajes que me van a corresponder.

Esa noche volvió a fantasear con  la almohada de una manera que tenía olvidada desde que era escritor aspirante, y se sintió flotado por un benéfico vértigo de juventud.

A la mañana siguiente la idea le había resistido agarrada a su cabeza. Aún siguió decantando matices mientras esperaba a que su mujer se despertara. Mercedes era la  opinión que siempre había estimado y la única persona que le había conocido en su más mínima desnudez. Allí, en la horizontalidad del lecho matrimonial comenzó a contarlo. El argumentar en voz alta asentaba sus razones. Las palabras pronunciadas se quedaban talladas en el aire como evidencias y su eco en el techo las devolvía como resultandos. Al acabar su exposición estaba casi tercamente convencido de que era lo único que se podía hacer con la historia de García Márquez.

  “Será un lujo soberbio, mirar el cortejo desde el balcón” “Puedo llegar a situarme en el punto de vista de mesías resucitado”. “Además, será estupendo escuchar a los voceros  haciendo el paripé del respeto al ataúd, a la vez que atornillan peros biliosos a mi extinta biografía”.

“En el más desastroso de los casos, si se descubriera con el tiempo la farsa de García Márquez..., ya nadie creerá nunca en mi muerte real”. Conseguiré la inmortalidad. Es una vuelta de tuerca a la realidad mágica. Mi aliento se quedará flotando medio siglo más. Escojo ser fantasma, pasar al limbo de Elvis, Lady Di, Ben Laden...

“Además, si te murieras tú antes, Mercedes, yo daría demasiada pena. Sería una agonía que el mundo no me desea. Se me ha visto siempre tan enamorado... Puedo asegurarte que me parecería una traición escribir de algo tan triste como la viudez en que me dejaras. Yo no quiero componer tu obituario.”

“Por otra parte, a ti te corresponde el ser la viuda desconsolada por la gran pérdida cuya tristeza podrá entender el orbe. Será una manera de alumbrarte un poco. El mundo literario te lo debe”.

Hacía tiempo que ella no le oía ese revoloteo de paloma encerrada en habitación. Era una pena no abrirle la ventana. Como pareja, los dos se habían encomendado siempre a la intuición de Gabriel. Les había ido bien. Ella abrió de par en par:

“Te das cuenta, si te descubrieran resucitado, como sería un acto televisivo, sería irreal, nadie lo creería, habría millones de apóstoles Tomás”.

- Pero Cristo no hizo nada de mérito desde entonces.

- La verdad es que tampoco a nadie se le ha ocurrido nunca  como acabar esa historia.

- Y tiene un éxito más que contrastado.

Mercedes llamó a sus hijos para una reunión insoslayable: no nos han diagnosticado un cáncer, pero tenemos que decir algo que no se puede tratar por teléfono.

El domingo siguiente el patriarca tomó la palabra. Se sintió mal teniendo que hacer un primer exordio defensivo para cimentar que no era ninguna chochera lo que iba a exponer.

Entendieron las razones. Para ellos siempre ha sido dificil ser hijos de Gabriel García Márquez, y comprendieron que su padre tendría más razones para estar escocido del propio corsé.

Alguno bromeó: “también es un aliciente saber como se vive siendo  huérfano de García Márquez”.

Sobre la mesa de aquel salón se diseñó el teatro de operaciones. Había que ejecutarlo bien, primero llamar al abogado de la familia. En aquel momento Gabriel se le vino a la imaginación El Padrino, testigos falsos, contratos de silencio, encontrar algún maestro escultor de cera que hiciera su apócrifo. Habrá que hablar con el presidente de la Republica; debiera conocerlo.

Porque me harán funerales de estado. Imagínense una tregua de respeto entre las FARC y los paramilitares.

También puedo elegir mi enfermedad fatal, incluso puedo elegir la más conveniente para la conciencia sanitaria. Habrá que consultarlo con el ministro de sanidad.

¡Qué omnipotencia poder supervisar la imagen de mi cadáver!. Ahora me veo faraón.



 Está empezando a crecerle, el relato tomaba cuerpo de novela.

“Esta tarde me siento muy pagado de esta familia siciliana que hemos hecho, Mercedes.”





Creo que lo más placentero será tenderme en la hamaca escuchando los epitafios de los amigos y de los enemigos. Vargas Llosa ya no me podrá empatar el Nobel en vida. ¿Por qué no darle ese disgusto?

Considero que no  me apetece brindar al mundo otra agonía papal. Mejor una muerte repentina, dejar la idea de que estuve gozando hasta el penúltimo día. Si quiero escribir, mi ordenador podrá volcar en la impresora obra póstuma. Y si fuera decrépita los culpables serían los herederos espoleados por los editores ansiosos de hacer caja con los despojos literarios del genio.

Me voy a reír mucho. Los ditirambos finales me darán un subidón de ánimo. Debería tener un cardiólogo cerca esos días. Puede que me muera de éxito.

Papá tú eres el único en el mundo que puede permitirse protagonizar ese sentimiento.

Su mujer y sus hijos contemplaban la última obra del genio.



Démonos prisa, no vaya a sorprenderme la verdad.













P.D. Evelinda, manifiéstate.

jueves, 29 de marzo de 2012

Cardeñosa (España)



Hace poco más de un mes, en su pueblo y el mío, Jesús Velayos Mayo e Ismael Sanchidrián Velayos, han publicado un libro sobre las cruces de Cardeñosa. Aún no he leído todos los poemas, pero sí he visto las hermosas fotos de Ismael. Con el acicate de sentirme un poco empequeñecido al no haber hecho aquellas fotos, he repasado las mías para volver a mi tamaño.



Buscando autoestima me he encontrado con esta foto que expresa formas y colores muy esenciales en mi historia. El verde mate encina; mi árbol totémico, mediterráneo, con las casi siempre amargas bellotas, acogedor, fácil de abordar, de calorífica leña. El amarillo agosto subido generalizado, crujiente, asfixiante, lleno de caillos(1) y trufado de saltamontes. El gris granito berrocal que es la piedra de la que ha vivido mi familia, y que siempre me acompaña, también en mi amado Barranco y también aquí en Béjar. Por último, el gris tormenta ojalá lo viera hoy aquí, ¡qué ganas tengo de oler a tierra mojada!

El negro toro es España.



(1)Los caillos son las espigas secas de la hierba común, que se desmenuzan al paso de los mamíferos y se quedan prendidos en su piel o en nuestros ropajes, o calzados. Así se aseguran su reproducción expansiva,  abordando como polizones nuestro autobús para que llevemos sus semillas hasta otro sitio.

martes, 27 de marzo de 2012

Vargas Llosa "La fiesta del Chivo" Apología del tiranicidio (pero también qué inmisericorde con los dominicanos y dominicanas)

Hace casi diez años leí “Galíndez” de Vázquez Montalbán y me entusiasmó. (Lo tenía pendiente desde que en 1990 en una entrevista de radio le preguntaron a Vargas Llosa cuál había sido el libro de literatura que más le había gustado ese año y dijo dos: el Galíndez y “Juegos de la edad tardía” de Luis Landero.) Tuvo razón. Pero si Vargas Llosa osó seguir sacando piedra de aquella cantera es porque se sentía capaz, al menos de igualarla, cosa que ha conseguido.

En este caso he tenido la poca precaución de ver la película, que  hace un año cayó en mis manos. Tengo que decir que es muy buena y, aunque, con muy buen criterio, no recoge toda la historia, está muy bien llevada por un director llamado Luis Llosa. MarioVargas ha tenido suerte, por lo menos, con dos adaptaciones al cine, la primera que vi “La ciudad  y los perros” de Lombardi también parcial, pero maravillosa (seguramente habrá sido la película peruana más vista en España), hacia el año 85 y la otra es esta. Hay más que no recuerdo, pero creo que existe una adaptación que dirigió el propio escritor de “Pantaleón y las visitadoras” pero creo que se arrepintió de aquello más todavía que de presentarse a la presidencia del Perú. (La adaptación de “la guerra del fin del mundo” yo se la hubiera encargado por la estética a Pier Paolo Passolini, pero le mataron antes de que se gestara el libro).



La Fiesta del Chivo está a la altura de su autor en oficio, pulso narrativo, suspense y calidad literaria. Uno se siente conmovido y asqueado por el asfixiante abuso del pueblo dominicano, blanco de las correrías y de las corridas del dictador Trujillo sus hijos y sus secuaces, incluido el raso lumpen paramilitar llamado “caliés”.

Como historiador contemporáneo que quiero ser, me atrevo a criticar a Vargas Llosa la indelicadeza en el tratamiento hacia las mujeres dominicanas que sufrieron tan exasperante abuso por parte de aquella gentuza. En  el Barranco de las Cinco Villas en 1936 hubo violaciones por parte de los nacionales, algunas seguida de asesinato, pero, por lo que me han contado, no estimo que sean más de cinco en Cuevas y otra en Santa Cruz del Valle (aunque la violación es el delito con más cifra negra, por muchas razones, pero, sobre todo, por  lo vergonzante que es para la víctima) . Afortunadamente en el Valle no fueron indiscriminadas porque recordar eso es más doloroso que la misma muerte.

No creo que en la República Dominicana las heridas estén cerradas, en cualquier caso un libro como éste hace que mucha gente le dé vueltas a la cabeza sobre si sus madres, tías o abuelas, fueron tumbadas por la vileza de la caterva trujillista.

El dominicano es un pueblo pobre, indefenso hasta para que le recuerden este sucio pasado. No creo que otros pueblos hispanoamericanos hubiesen dejado de rebelarse ante esta redundancia de semen irrespetuoso, indiscriminado, extendido como mancha sospechosa sobre sus mujeres de los 40, 50 y 60. (A lo mejor lo hicieron y yo no me enteré, es lo que tiene no leer las novelas cuando salen y están de moda)

He hecho memoria y sólo recuerdo a tres dominicanos ricos, el baloncestista Chicho Sibilio, y los músicos Michel Camilo y Juan Luís Guerra. Sin embargo, he conocido personalmente –profesionalmente-  bastantes pobres mujeres y pobres hijos inmigrantes, gente vulnerable dispuesta a casarse con un viejo agricultor de pueblo con tal de salir de aquella pobreza. Y ya aquí, se meten en problemas, no diré más que he visto llorar a dominicanas cuando me contaban sus peripecias o las de su familia.

La segunda parte del libro el suspense se vuelca cuesta abajo en el mejor sentido y uno, a pesar de haber visto la película está deseando que los asesinos, los “ajusticiadores” triunfen y se salven y el libro se devora a trancos. Luego está la figura de Balaguer un hombrecillo viejo y ciego que en las cumbres iberoamericanas se pasaba el rato haciendo panegíricos trasnochados de Colón y de la raza. Admito que me lo pongan en duda, pero me ha parecido que el libro le salva y que gracias a su inteligencia y sangre fría (he borrado todo lo que seguía, no destripo sino que invito a leer el libro)

P. D. Gracias Silvio, por echarme en los brazos de Mario.








lunes, 26 de marzo de 2012

Una necrológica urgente.

El pasado sábado, en Ávila, vimos una estupenda exposición de escultura de Nacho Martín, natural de San Esteban del Valle y taurófilo, de los que se arriman.
http://deltoroalinfinito.blogspot.com.es/2012/03/escultura-exposicion-nacho-martin-en.html
La exposición "transmite" como dicen los taurinos. Le felicitamos y le pregunté mostrándole una grabación de un poema recitado por Valentín González Blázquez y me dio la noticia: Murió hace mes y medio, habiendo cumplido o a punto de cumplir 99 años, nació el día de San Valentín.
Me dejó de un aire la noticia. Me siento importante, por haberle conocido y aprendido de él.

sábado, 24 de marzo de 2012

DRAZEN PETROVIC

No he comunicado a mi respetable audiencia el hecho de que desde hace 2 semanas formo parte de la Coral de Béjar. Soy tenor. Como carezco de experiencia y tampoco sé leer una partitura en condiciones, tardaré en debutar un par de meses, por lo menos. La directora  para los ensayos me ha asignado como una especie de tutora: una señora muy amable, con un acento extranjero, que no terminaba yo de identificar; es muy alta y canta en inglés con mucho fundamento. Me corrige y me ayuda. Ayer, me preguntó de dónde era yo, y al repreguntarle, ella  me dijo: “soy croata”. Le dije que hace más de veinte años admiré mucho a un croata: Drazen Petrovic. Me preguntó ¿le conosciste?



Fue parte de mi vida. Después del desastre del mundial de fútbol España 82, hubo una depresión de ese deporte-rey, y por alguna teoría de Arquímedes  vino el baloncesto a ocupar el espacio desalojado, sobre todo, a partir de las olimpiadas de Los Ángeles. Allí trasnochando, vi por primera vez a Petrovic, un muchacho a quien mis amigos y yo bautizamos como “el cínico” por su gestualidad, ¿quién es ese enano (medía 1,96) que se las da de líder en Yugoslavia? Pero perdió –quizás lloró- contra España, frente a Corbalán, Iturriaga, Arecega, Romay, Epi, Martin, Solozábal...

Bien caro lo haría pagar: al año siguiente con su equipo, la Cibona de Zagreb, humilló al Real Madrid en las dos eliminatorias. Decían los madridistas: nos sorprendió, fue suerte, los árbitros, las provocaciones, nos pilló desprevenidos, se confiaron... un equipo de la solera del Real Madrid... con tantos campeones olímpicos, y Brad Branson, y Wayne Robinson con esa solvencia y buen hacer. En la final de Atenas sería la revancha.

Nada de eso, todas las defensas individuales y mixtas que intentaron contra él, las burló, además sacaba la lengua, tenía unos cambios de ritmo prodigiosos, unos frenazos, unas fintas, ese segundo de más de suspensión en el aire que tienen los superdotados, y un disparo maravilloso, y si le cubrían tres del Madrid se sacaba una asistencia y canasta de Andro Knego o de Nakic, o de Cutura, o de Cveticanin, o de su hermano Alexander. Yo disfruté. Me acabo de dar cuenta de que si ahora puedo decir estos nombres de memoria es porque desde entonces mi equipo de baloncesto fue la Cibona de Zagreb. ¿Para qué iba a sufrir yo por el Real Madrid,  un equipo cuya forma de ser y prepotentes seguidores siempre me han sido antipáticos?.

El año siguiente el Madrid se había reforzado más, y vino otra vez el Cibona a jugar al Palacio de Deportes del Real Madrid. Recuerdo haberlo visto en el piso alquilado de mi amigo Luis, en la calle Palominos de Salamanca. En aquella habitación, con una preciada televisión de 14 pulgadas, todos contra mí, todos contra él..., y volvimos a arrasar. La misma proporción de miradas asesinas que recibió Petrovic en aquel pabellón, recibí yo en aquella habitación. Me compré esa semana la revista de Gigantes del Basket para tener su poster; todavía lo conservo. Ese año creo que la Cibona y el Zalguiris de Kaunas jugaron la final.

Recuerdo los años de Salamanca como muy baloncestísticos para España y para mí, que sin fundamentos (nunca había jugado), y ya con más de veinte años. aprendí a hacer entradas a canasta, a ganar la posición bajo el aro y a tirar “de tres”. Mi novia también jugaba al baloncesto.

Al año siguiente, el Real Madrid, apeándose definitivamente de su señorío, decidió comprar a Drazen para que no los humillara más. Fue uno de los primeros deportistas importantes del Este, aunque Yugoslavia no era muy del Este, que vino a un equipo occidental, capitalista. Recuerdo que Petrovic aquí ya reivindicaba su nación croata, y también que se compró un Porsche amarillo.

Ya la cosa no tuvo tanto encanto, yo seguí jugando al baloncesto, luego él se fue a la NBA, (dio otra espantada y dejó tirado al Real Madrid). En la NBA le seguí mucho menos. Un mal día de los años noventa, ya  estábamos en la guerra de Bosnia, Drazen Petrovic alquiló un coche para ir de Alemania a Croacia y otro que conducía, o un vehículo en sentido contrario, chocaron y murió. Me viene a la mente su pelo rizado, su delgadez, (luego en la NBA le hicieron coger más músculo) su instinto ganador, su perfeccionismo, lo que yo nunca he tenido.



-Pues claro que le conocí. Era del 64, como yo; fue como mi negativo fotográfico en triunfador, en malvado, en constante..; aunque no me le imagino con 47 años.

Eso es porque su tragedia fue para él, como para Marylin Monroe, la cristalización en mito definitivo. Me gustaría volver a ver aquellos partidos.

jueves, 22 de marzo de 2012

RESEÑA SOBRE "HISTORIA DE MAYTA"

Reseña sobre “Historia de Mayta”

Se trata de una novela no apta para ser leída por la noche al irse a la cama. A no ser que pretendamos exclusivamente la derrota que lleva a dormirse por cansancio. Pero entonces, se lleva uno también la confusión.

La razón para que se necesite estar bien despierto es que la historia tiene múltiples narradores que van revelando datos, los cuales se intercalan a veces sin cambiar siquiera de párrafo. En principio, está narrada en segunda persona por un compañero del colegio salesiano. Este hombre, a quien el lector identifica con el propio Vargas Llosa, trata de averiguar toda la peripecia vital un personaje misterioso que protagonizó un hecho importante veinte años atrás. Pero también está narrado en primera persona, porque se entrevera la propia peripecia del narrador para llegar a los entrevistados, junto a hechos actuales, (que entran en la conversación como si vinieran por la radio o la televisión que estuviera encendida mientras se escucha el relato del testigo), de una realidad, que además resulta paralela (aunque más real y más cruenta) a la que se pretende historiar. Sin solución de continuidad, la narración se hace onmisciente  contándonos pensamientos de los entrevistados, que no son parte de la entrevista. A veces, la declaración de los testigos de la vida de Mayta cruza otro umbral; el de revivir directamente como una intercalación cinematográfica los diálogos del testigo con el protagonista.

Me es inevitable relacionarlo con muchas películas: me parece la búsqueda del personaje de Marlon Brando en Apocalipse Now (aún no he acabado el libro, no sé si lo encuentra) recuerda también a Zellig de Woody Allen y a “Alfie” que protagonizó Michael Caine. También me recuerda al libro “El largo adiós” de Raymond Chandler.

Aún no he acabado el libro, pero persigo la cara de Alejandro Mayta, y hallo la de un Abimael Guzmán (líder máximo de la guerrilla de Sendero Luminoso) joven, porque esta historia, que es quijotesca, paródica, incruenta, parece como un ensayo germinal de la otra realidad más dura y sangrienta que se vivía en los años 80 en el Perú.

Y ahora se me viene la imagen de aquel líder tan temible encerrado por Fujimori en una auténtica jaula de fieras, que creo recordar que vino personalmente a descorrer el lienzo. Allí apareció un sujeto con un paradigmático traje a rayas horizontales que vociferaba sus alegatos que parecían rugidos, (al menos eso a mí me  quedó) la jaula estaba muy lejos de los periodistas llamados en rueda de prensa, no sé si alguien sacó algo inteligible.

PD. Supongo que si lo buscara en Youtube, (no voy a hacerlo) me parecería que no fue como yo lo estoy imaginando. Pero no me importa tanto la realidad como una lectura creativa de la novela, que relleno con mis imágenes almacenadas entre la distorsión y el relleno y el olvido.

Otra Posdata: en la narración de las violencias actuales, Vargas Llosa me resulta surrealista o del realismo mágico.

Hoy, 15 de marzo de 2012, desde mi casa, en ese mi recuerdo tergiversado, aquello de Sendero Luminoso parece talmente realismo mágico.



La última: al final se aclara todo, es un final raro. No lo destripo. La sensación que he tenido es ponerme con mucho placer otra vez al principio.

martes, 20 de marzo de 2012

Vivir la poesía.

El pueblo salmantino de Juzbado tiene el dudoso patrimonio de albergar una instalación nuclear en su término municipal, pero también la contrapartida de que el alcalde que hoy administra sus réditos sea sensible, trabajador y culto. Se llama Fernando Rubio de la Iglesia y tiene una tiorba, lo cual nos viene a indicar que estudió guitarra con aprovechamiento y predilección por el repertorio renacentista y barroco;  y que decidió especializarse e invertir en un instrumento que se hace de encargo (lleva cuerdas de tripa, y muchos  bordones arriba, que actúan como resonantes). Tiene que costar un pastón comprarlo y mantenerlo, por lo que, cualquiera que se compre una tiorba, como quien se compra una viola da gamba o un clavecín, lo hace con criterios de cuasi profesionalidad, y se comprende que ya domina la guitarra, el violonchelo o el piano y que quiere acercarse al repertorio de la época con criterios de máxima fidelidad.



 El pueblo donde ha repetido con mayoría absoluta este alcalde, está situado en un promontorio que se asoma a la rica vega del Tormes y el Ayuntamiento ha decidido organizar unas rutas de senderismo y crear un mirador en un berrocal granítico. Para deleite y reflexión de los visitantes, han emprendido una antología poética grabada en placas de bronce que emplazan en rincones significativos, y como es un pueblo rico, se traen a los autores, (vi también placas con versos de Gamoneda) para que lean en aquellas piedras su obra y aprovechan para auto agasajarse, y agasajarnos con una fiesta.



Fue el pasado sábado 17 que traían al matrimonio  Félix Grande y Paquita Aguirre, y ya sabéis mis lectores la devoción que tengo por el autor de la Balada del Abuelo Palancas. Hasta Juzbado fuimos. La tarde nos recibió con lluvia, que en este invierno ya es empezar a regalar. Después, en poética procesión, escuchamos a los animosos recitadores, aunque estén ambos entrados en años; él tiene 75 y ella, más delicados, 81. Coincidió salir al mirador en un atardecer luminoso, recién lavado por la lluvia, y nos sentimos en buen sitio y en buena compañía; es decir, disfrutamos.



Hubo un momento dramático: alguna aviesa corriente rozó la salud de Paquita Aguirre y pudo haberse venido abajo el colofón que era un recital más cómodo en el salón de actos. El matrimonio homenajeado nos regaló el arte de sus voces en poemas de amor y posguerra. Supe allí que el padre de Paquita fue pintor republicano y que, habiendo salido para Francia tras la toma de Cataluña, volvió creyendo en la promesa de que nada les pasaría a quienes no tuvieran delitos de sangre: la injusticia franquista le adjudicó garrote vil en 1942. El pintor, que por su arte tenía entrada en la enciclopedia Espasa, fue desalojado en la siguiente edición en represalia por aquel republicanismo ¡qué triste!

Entreverando el recital, el alcalde tiorbista y la que supongo su mujer, nos regalaron un aria de John Dowland que cantó ella y música de Bach para fondo en los recitados, que, por momentos, paralizaba a Félix.

Después (mitómano que es uno) me acerqué a que Félix Grande me firmara en el libro de cuentos “Té con pastas” y  nos trató con mucha simpatía.



El final fue una comilona alegre para todos, más que en los tebeos de Asterix. (aquí el bardo toca muy bien y no hay que amordazarlo)


sábado, 17 de marzo de 2012

El Senado sigue existiendo. Lo pagamos caro.

Otra vez el SENADO

En España andamos a vueltas con qué cosas hay que suprimir para ahorrar, si la defensa, la sanidad, la educación, las diputaciones, los gastos sociales, las prestaciones por desempleo... Todo irá cayendo, ¿pero por qué no vamos suprimiendo el Senado, que no sirve para nada más que de comedero a políticos de segunda fila, en nombre de una segunda lectura de las leyes?

Creo que la atleta Marta Domínguez es tan inútil como cualquier otro senador o senadora; el Partido Popular presentó la canditaura de esta señora en desagravio por su sufrimiento al ser acusada de dopaje, y ganó su escaño. Me parece que –ahora también pagada por el presupuesto del Senado- se está preparando para las olimpiadas de Londres: un despilfarro, una desviación de recursos.

Pero por lo menos ella hace algo ¿qué hacen el resto de los senadores de España?



PD.Creo que ya dije lo que pienso: ser senador es una recompensa para esos políticos a los que sus partidos tienen que agradecer algo. Pero nosotros –el pueblo- no tenemos por qué pagarlo.

jueves, 15 de marzo de 2012

MALOS TIEMPOS PARA ESPAÑA (Y PEORES PARA PORTUGAL)




Acabo de ver que la gasolina más barata supera ya (en Castilla y León nos pusieron un recargo de 4,8 céntimos para ayudar a la Sanidad) un euro con cincuenta y un céntimos por litro.

Ayer pagué un euro por cada lechuga iceberg. Los tomates andan por 1,50. La barra de pan subió cinco céntimos hace dos semanas y veo en las tiendas de Béjar muchas barras a última hora. Sobra pan: la gente se está quitando de comer pan. Significativo. (El alimento bíblico por antonomasia).

Lo de la gasolina tiene su explicación por la próxima crisis nuclear que habrá con Irán. Me parece que España ya no les va a comprar petróleo, pero, al restringir la oferta, lo pagmos y pagaremos más caro. Lo de las lechugas y tomates, que se producen mayoritariamente en Murcia y Almería, tiene la lógica causa de la repercusión del coste del carburante del transporte.

Yo soy muy ensaladero. Cuando vivía en mi pueblo, mi padre sembraba un huerto y nos surtíamos de él. A mi hija también le encanta la lechuga. Pero aquí no tenemos huerto; comemos lechugas y tomates viajeros: habrá que pagarlas el pasaje.

Este año hay una gran sequía y los huertos de la zona, (normalmente para el autoconsumo y regalar a la familia), están tan vacíos como el cielo azul que los enmarca.

Lo vamos a pagar los consumidores de hortalizas viajeras. Este verano y otoño, si el cielo no lo remedia -que empieza a ser tarde-, los que se abastecían de las huertas locales van a tener que hacerlo, compitiendo con nosotros, de las grandes explotaciones mediterráneas. Y la  misma demanda, con menor oferta, trae consigo subida de precios. A ella se añadirá el incrementado coste del transporte.

Pero peor le va a Portugal, donde también hay gran sequía; a ellos como a nosotros, les están fallando el surtido de temporales del Atlántico. En Portugal siempre es más cara la gasolina: soporta más impuestos. No tienen Centrales Nucleares ni carbón, que yo sepa. Además producen poco, luego importan mucho. Pero ahora a los camiones que vienen de Europa, que atraviesan en diagonal Castilla y León, les ordeñamos 4,8 céntimos sanitarios, que tendrán que repercutir en sus precios. Si a ello le sumamos todos los ingresos por turismo que está perdiendo el país luso por cobrar peaje en las autovías y lo caro que es ahora moverse en coche, sólo les faltaba que también coman lechugas de Almería.

Esa banda marrón que sobrevuela el horizonte no son nubes, ni niebla; es humo de un fuego que se produjo ayer. 
Pero lo peor para España y Portugal está llegando ya en forma de incendios. Vaya verano que nos espera.



Posdata: la sociedad debió haberlo pensado mejor: no haber construido tantos chalet encima de las huertas. Deberíamos calentarnos en invierno con la poda y limpieza de los bosques, para menor peligro de incendio y ahorro de divisas. (Ya sé que es más cómodo y limpio quemar gas-oil que tener una leñera)

lunes, 12 de marzo de 2012

¡Qué verde era mi valle!

Tenemos una gran sequía en España. Hace casi un año que no veo el Barranco de las Cinco Villas. Os invito:
PD. en el olivar de la segunda foto fusilaron y estuvieron enterrados cinco hombres de Santa Cruz Del Valle.

sábado, 10 de marzo de 2012

Un proyecto de epílogo

En este año y medio, por pasarme lo que me pasó con Silvio Rodríguez, llevo leídos tres libros de Vargas Llosa. Encontré esta cita que me concernió hasta el punto de que me lancé a escribir este epílogo para mi libro, que tiene muchos y diversos testimonios, de los dos bandos, algunos son muy distintos aunque las personas sean del mismo bando. Pero yo los reivindico a todos.
Os informo que al libro le faltan todavía muchos retoques. Me conformaría con acabarlo en un par de meses.



Epílogo

Algo que se aprende, tratando de reconstruir un suceso a base de testimonios, es, justamente, que todas las historias son cuentos, que están hechas de verdades y mentiras.

Mario Vargas Llosa “Historia de Mayta”



Sí, pero de verdades también. La historia, cualquier historia, no es más que una aproximación a la realidad. Cuantos más testimonios y cuanto más objetivos sean, mejor será la aproximación; pero la realidad de lo que pasó siempre será un inalcanzable ideal platónico.

Creo en la supremacía de las fuentes escritas, aunque no siempre: un acta no es más que el reflejo de un testigo cualificado o profesional en levantar actas. Pero todos los que hemos hecho actas, (piense cualquiera en lo que sucede en las actas de una comunidad de vecinos), sabemos que nunca se refleja todo lo que hay, a lo sumo se anota un compromiso admisible para los firmantes en el que se desprecian unos argumentos y se realzan otros. Muchas veces un acta no es más que un papel para “salir al paso” de una situación. Y en algunas hasta se miente deliberadamente.

Con una confesión o un testimonio escrito, especialmente si es recogido por alguien que tiene poder sancionador sobre el acusado o testigo, sucede lo mismo: el declarante dirá la verdad o mentira que le convenga y el escribano recogerá la verdad o mentira que le interese.

Los testimonios son como dibujos pintados y copiados por varias personas que quieren sacar bien en el retrato a los que aman y mal a los que odian. Y luego está la torpeza del dibujante. Aún así he disfrutado del arte de escuchar y creo que vosotros mis lectores también habréis disfrutado, aunque sólo de un pálido reflejo de lo que ante mí se representó.

A pesar de todo ¿merece la pena la Historia? Sí, porque es cien veces mejor que el olvido. La historia, aunque tenga su maquila de cuento, atesora experiencias sobre errores que cometimos los hombres. Hay que guardar las experiencias como un patrimonio. Personalmente alcanzamos la madurez  a base de escarmentar en nuestros errores, y si somos muy inteligentes, en los errores ajenos. La historia (la de la Guerra Civil más que otras) está plagada de errores de los que escarmentar. Su conocimiento apasiona y no sólo en España. Es, después de la Segunda Guerra Mundial, el acontecimiento histórico sobre el que hay más escrito. Pero la guerra española no llegó a producir medio millón de muertos, mientras que la segunda guerra mundial quizá se aproximará a los cien millones de muertos.

La vida que contamos, incluso nuestra propia vida que nos contamos a nosotros mismos, está llena de cuentos. Para preservarlos, inventamos el dibujo y después la escritura, para llenar nuestra la vida de reflejos de recuerdos; después las fotografías, las grabaciones, el cine... son luchas contra la ignorancia  y el olvido; por la identidad también..

Me voy haciendo viejo y aunque mi historia, como la de mi país, no siempre es pobre y afortunada, (ni siquiera es absolutamente verdadera). Quiero preservarla del mal de Alzeimer, que es el estrangulador de  todos los cuentos que no se contaron.

Gracias por llegar hasta el final conmigo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

CONVENIENCIA, COMODIDAD, HIPOCRESÍA

Yo siempre he sido contrario al aborto. Contrario moralmente, porque desde hace mucho tiempo comprendo que el Estado no puede ser dueño del cuerpo de las mujeres hasta el punto de mandarlas encarcelar si deciden liberarse, matando o mandando matar, quirúrgica o químicamente, a su feto.

Soy contrario moralmente porque también defiendo el valor de la paternidad. Eso que los padres “ponemos” para edificar físicamente a nuestros hijos se termina nueve meses antes de su nacimiento. Yo defiendo su importancia, aunque es mucho menor que la de una madre, que además, para mí, -voy a repetirlo- es soberana absoluta en su cuerpo.



Por algunas personas se ha dicho que el aborto es una cuestión de conveniencia de la mujer y que a la sociedad española (desde hace mucho tiempo tan deficitaria en niños) no le importaría incluso subvencionar el embarazo, el parto y sus semanas de convalecencia, para que haya más niños que puedan adoptar quienes no pueden tenerlos. Y que las abortistas son excesivamente cómodas no queriendo llevar a término su embarazo. Prefieren matar al feto, en lugar de entregar al niño en adopción.



Los socialistas en 1984 despenalizaron el aborto en tres supuestos “defensivos”: violación de la madre, taras del feto, y peligro para la salud física o psíquica de la madre. Esto último fue un “coladero”: ahí se apuntó toda la que quiso abortar. Por cierto, el Partido Popular, a pesar de haberse opuesto tenazmente en su día, con  un recurso previo de inconstitucionalidad que retrasó su aplicación, no se molestó en reformarlo en los ocho años que estuvo gobernando.



Ante el la realidad del “coladero” y para dar seguridad jurídica a mujeres y médicos hace unos años los socialistas de Zapatero aprobaron una “ley de plazo” que permite abortar libremente si se hace dentro de un determinado número de semanas. El aborto ya no era una intervención defensiva, ahora era ofensiva. La iglesia se opuso y el Partido Popular lo secundó – a mi juicio- sin mucho énfasis.

Entiendo a quienes quieren proteger la vida del feto. Hoy 5 de marzo, el ministro de justicia (hijo del diputado Ruiz- Gallardón que tomó en el 84 la bandera de oponerse al aborto de los tres supuestos) ha anunciado que a final de año se pondrá en marcha la reforma  que volverá a los tres supuestos. Volveremos, pues,  a la hipocresía y a los dictámenes de  “esta mujer está un poco desequilibrada psíquicamente y el nacimiento de un hijo no deseado va a acercarla a la locura”.



Lo que no entiendo, hoy cinco de marzo, son los plazos de conveniencia para iniciar la reforma de la ley. Si se considera -por quien lo promueve- que se están asesinando impunemente vidas humanas y hay que volver a protegerlas usando el derecho penal ¿por qué esperar casi un año para salvarlos? Todos estos crímenes consentidos ¿no deberían caer sobre la conciencia del ministro, del gobierno, de los diputados y de los votantes del partido popular?

Esto demuestra que el aborto,  más que una cuestión de conciencia, es una cuestión de hipocresía, conveniencia y comodidad.

lunes, 5 de marzo de 2012

EL TONTISMO


Hace casi un año, en las vacaciones de Semana Santa, un grupo (supongo) de leoneses vino a Béjar a marcar “su territorio”: como los perros. Para mis lectores extranjeros diré que en la Edad Media existió un Reino con capital en la ciudad de León y que en la Reconquista se extendió hacia el Sur, por territorios de las actuales provincias de Zamora y Salamanca. Poco más tarde se unió, creo que por política matrimonial, y fue subsumido por Castilla.

Yo nací en los años 60 en la provincia de Ávila, dentro de la región que entonces se llamaba (sólo a efectos descriptivos porque no existía ninguna institución) Castilla la Vieja, y comprendía Santander, Burgos, Logroño, Segovia, Soria, Ávila, Valladolid y Palencia. Al lado estaba la región de León, que se componía de León, Zamora y Salamanca.

Cuando murió Franco y se diseñaba parcelar toda España en un “Estado de las Autonomías”, que fue un invento para no dejar solas a Cataluña y País Vasco (que, efectivamente, tienen un verdadero sentimiento nacional, a menudo centrífugo), se impuso algo que se llamó “café para todos”. A partir de entonces todos seríamos igual de españoles, pero todos con nuestra autonomía. (Que sólo querían esas dos regiones).


Se han creado nuevas burocracias y nuevos centralismos. Capitales ficticias como Vitoria (la más española de las ciudades vascas) y comunidades como en la provincia de Logroño La Rioja, que es una denominación de origen vinícola, (pero  también existen la Rioja alavesa, -en la provincia de Vitoria- y la Rioja navarra) y Cantabria, para Santander, que tiene mar.

Como Salamanca es una ciudad casi tan grande como León, no iba a ser bien tolerado que nos pusieran una capital a 250 km teniendo Valladolid a 100 y tampoco se iba a crear un reino de León con capital en Zamora, que estaría en el centro. (He vivido dos años en Zamora y, como en Salamanca, nunca encontré a nadie ningún sentimiento leonesista). Creo que como consecuencia de esto crearon la comunidad de Castilla y León, en principio sin determinar la capital -por eso de evitar suspicacias-, pero de hecho está en Valladolid, la ciudad central y más importante.

Pues esto a algunos de León les hiere y quieren reivindicarse pintándolo en  las paredes.

A mí me molesta que cualquier persona que pase por esta carretera y la vea, piense que aquí hay un gran conflicto identitario y un rechazo de lo castellano.



Pues nada más lejos de la realidad: resulta que Béjar nunca fue leonesa, siempre perteneció al reino de Castilla. El reino de León llegaba al Oeste de la Vía de la Plata, que queda unos 15 kilómetros al Oeste de Béjar. Ni siquiera somos limítrofes.



Es lo que tiene el tontismo, que no voy a definir, pero cuyo ejemplo son las intrigas de Fridonia y Silvania en la película Sopa de Ganso de los hermanos Marx.



P. D. Lo que más fastidia es que lo tienen que venir a tachar unos ultraderechistas: tontismo al cuadrado.

viernes, 2 de marzo de 2012

Recuerdos iniciáticos (3) el mus, la vida, y Salamanca.


El mus es un juego en el que una pareja trata de impresionar a otra sobre su poderío para llevarse el tesoro que hay sobre la mesa. Se puede y se debe mentir en esos momentos. El poder real se comprueba cuando se vuelven las cartas y se confrontan inequívocamente. En ese momento de la verdad quienes se apuntan los tantos disfrutan del rédito de haber asustado a quien tenía mejores cartas, o de haberles hecho empeñarse en un envite importante, cuando se tiene una jugada ganadora.



El mus es una buena enseñanza para la vida: un jugador tiene que  ser responsable de cortar el juego, de sus apuestas, de sus mentiras, de sus querencias, empecinamientos y locuras. No es sólo aprender un cálculo de probabilidades; cuando se muestran las cartas, uno aprende a respetar al contrario, aprende actitudes y mañas de los compañeros y de los adversarios, aprende a no ser impaciente, a ceder una pequeña batalla para emboscarse y ganar la guerra... Y el jugador acentúa su responsabilidad también de poder hundir al compañero que depende de él. En la vida real dependemos de muchos, y muchos dependen de nosotros; eso hay que aprenderlo.



No concibo momento mejor para descubrir el mus que tener 18 años y compartir un piso de estudiantes en la Salamanca de 1982. Porque no poseíamos televisión, y sí tiempo libre, necesidad de expresarnos y afirmarnos como hombres. A través de nuestros envites ejercitábamos nuestra sagacidad e inteligencia, pero también nuestra hombría y testosterona: podíamos dar voces en casa, decir tacos, fumar y beber, apostando la honra de ganar o unos cafés o copas en el bar de la esquina.



El mejor momento del mus era, después de vencer una partida reñida, ver como los contrarios tenían que pedir la cuenta o levantarse a pagar al camarero. En esos instantes los hombres mayores que jugaban la partida en aquel bar veían de reojo quienes éramos los ganadores, sentados exultantemente como señores.



Dudo que ahora se juegue al mus tanto como en aquellos tiempos. Existen múltiples -y  asequibles- elementos para distraerse, sin necesidad de esa confrontación de cuatro personas. Quien no lo conoció no sabe lo que se perdió.

Yo estudiaba Derecho,  y en esa facultad, la más masificada de Salamanca, el mus florecía de un modo especial. Los abogados parece que gozan engañando e impresionando; es más propio el mus para un picapleitos que para un filólogo, un médico, un químico... En mi sexto año en Salamanca, (debería haber hecho la carrera en cinco) tuve un gran compañero de mus, Rafael Galán Velayos, y conseguimos el triunfo de nuestra vida universitaria: ganar el campeonato de mus de la fiesta de la Facultad de Derecho. Aquello fue verdaderamente importante: comenzamos 48 parejas y nosotros quedamos por encima de todas. Nos hacíamos llamar "Jalisco y Molina" en homenaje a dos personajes de nuestro pueblo: Cardeñosa.

¿Mereció la pena repetir curso por conseguir aquella gloria? Niego la mayor, porque yo nunca repetí curso. Salamanca me enseñó mucho en todos los años que estuve: primero la libertad, la administración de mi dinero, la convivencia con personas (que no eran la familia a quien había que aguantar siempre y siempre te tenían que aguantar), el jazz, el cine, el cine clásico, la cocina, la higiene, el baloncesto, el tabaco, el alcohol, mi novia y el noviazgo, el sexo y los sustos, la soledad, el esfuerzo final para acabar, y muchas vidas que vi vivir -y algunas morir- allí en aquel marco incomparable que muchas veces visito y respiro sus recuerdos en el comedor universitario, en las calles, en el río y sus puentes y en la vida que renace cada octubre con nuevos estudiantes que encuentran la libertad para aprender esa hermosa ciudad.