En día y medio se podrá votar en Extremadura. El PSOE aguarda un golpazo en una autonomía que normalmente le votaba masivamente. La causa es que a la corrupción económica que circunda al presidente del gobierno Pedro Sánchez, se le han sumado recientemente un puñado de casos de consumo de prostitución de destacados hombres socialistas además de agresiones sexuales a trabajadoras y militantes del propio partido socialista. Resulta, que no hace mucho tiempo, habían habilitado un canal para denunciar dentro del partido que era un sumidero de comisiones, encargadas de contrastada visibilidad en las luchas de las mujeres cuyo destino era la nada, o mejor dicho la omertá. El autodenominado "partido feminista" había ideado un túnel como otro que existía en Madrid en el 1936 que comunicaba directamente con la zona de Franco, pero aquello como otra supuesta embajada de un país asiático, fue una trampa promovida por quienes querían eliminar a los que tuvieran intención de pasarse al llamado Bando Nacional y cayeron unos cuantos que creyeron la publicidad susurrada.
Las mujeres socialistas que denunciaron acoso comprobaron que no pasaba nada. Indefensas y engañadas, cuando esto se ha sabido, han saltado suficientes casos a los tribunales ordinarios para desvelar que las aguerridas feministas encargadas seguían escrupulosamente la disciplina de partido cuyo primer mandamiento es no tirar piedras contra el propio tejado.
Es un golpe fuerte porque se supone (o se sabía) que la mayoría de las mujeres prefieren al alto y guapo Pedro Sánchez, antes que al feo, bajo y viejo Alberto Núñez Feijoo que por ser de derechas se le supone más machista.
(No me imagino a ninguno de los dos agachado en el water de su casa dándole al estropajo, la verdad.)
Con el torpedo en la línea de flotación de la credibilidad socialista, y habiendo sido incapaces de equilibrar con abusos en el campo ajeno, el PSOE ha pulsado estos días cruciales el botón nuclear que viene a decir como ya expresó en el Congreso de los Diputados el presidente Sánchez que en todas partes pasa eso que él llamó "acoso laboral" por no ensuciar su boca con la realidad que se está denunciando. Resulta que ahora han sacado un caso que afecta al político más "santo" e indiscutible que se conoce en los tiempos presentes. Se llamó Adolfo Suárez González y hace como 10 años que está enterrado en el claustro de la Catedral de Ávila al lado de su única mujer.
Otra supuesta mujer de 17 años, sin dar la cara, bajo un nombre supuesto que le ha dado TVE, acusa desde ayer a Suárez de haber abusado sexualmente de ella cosa que solo pudo suceder en el siglo pasado. Como la acusación no va probarse nunca, porque no se puede instruir un procedimiento penal contra un muerto, y actualmente en España las mujeres son creídas por solo el hecho de denunciarlo. La televisión pública ha aventado esta mierda prefabricada. Le preguntaba a la enmascarada mujer ¿por qué lo ha denunciado ahora? y ha dicho algo así como porque he vivido todos estos años con el dolor de aquellos abusos no he reunido fuerzas hasta este momento.
No, no es cierto. Lo hace ahora porque encharca el campo de combate electoral.
Lo ha hecho a tres días de las elecciones extremeñas porque le hace falta al PSOE.
Yo no me creo esta bola. Hace poco tiempo me enganché con esta entrevista. Os la recomiendo si tenéis tiempo.
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