Esta es una frase que recogía en el siglo XVII el paremiólogo español Gonzalo Correas.
Es prima de esta otra:
el vulgo ignorante, a todos reprehende
y habla más, de lo que menos entiende
Uno de los principales problemas del mundo está en la ignorancia y en la mala educación.
Yo he visto más de una vez educar mal de esta manera:
-Una madre encuentra que su hijo se ha caído al suelo y lloraba, como la madre no podía quitarle el dolor, ni tampoco explicarle que al intentar subirse a la silla había desplazado el centro de gravedad, cayendo con ella al suelo y haciéndose daño, la madre optó por decirle:
Silla mala, ¡pégala!
La madre dio un pequeño cachete a la silla y el niño le dio otro y parece que se calmó la llantina.
Esto funciona, esta simplicidad funcionó en ese momento, pero la solución verdadera nunca es tan fácil, siempre es más complicada que buscar a alguien a quien pegar.
Parece que en el mundo estamos muy informados de la realidad de los Estados Unidos por las películas y las series. Quizá por no haber visto las últimas yo no había llegado a percibir que el principal problema de Estados Unidos era la inmigración mejicana o de los centroamericanos que pasan por Méjico. Y es que no creo que lo sea, pero Trump ha convencido a sus votantes de que esos inmigrantes bajitos y con bigote violan a las niñas, envenenan las fuentes (perdón, esto es el clásico que se decía de los judíos) vienen todos a vender droga, y cuando caminan por el otro lado de la calle dan mucho miedo a los norteamericanos grandotes, rubios y de desarrolados bíceps.
Pues este era uno de los principales problema que Trump ha detectado y ha mostrado a la sociedad. Le ha dicho no llores silla mala, pégala. Y parece que ha acertado, pues es presidente de la nación más poderosa y todos los días firma un documento, que da que hablar en todo el mundo.
Aquí, en nuestra vieja España, para la mitad de las fuerzas políticas de Cataluña definitivamente el problema es que en esa región no son independientes, ya que si tuvieran su propio país, no tendrían listas de espera hospitalarias, ni paro, ni contaminación, ni delincuencia, y reabrirían las fábricas cerradas. España, los otros españoles tienen la culpa.
La vida es cada vez más compleja, intrincada, mestiza, hay demasiados ejemplos en la historia de desastres por querer aplicar soluciones simples. Sin embargo las soluciones simples son las que el vulgo quiere entender y además termina haciéndose daño al pegar a la silla mala.
martes, 31 de enero de 2017
jueves, 26 de enero de 2017
¿Indiferencia por racismo?
Estamos, con razón o sin razón, asustados de la soberbia determinación de Trump, pero algo infinitamente más brutal está sucediendo en un país, Filipinas, cuya antípoda geografía dio nombre a alguna estación de metro en Madrid (Callao es el nombre de un puerto filipino) y fue cuna de nacimiento de españoles tan importantes como Isabel Preysler o Luis Eduardo Aute.
Seguro que muchos de los siete mil muertos en siete meses de represión policial y paramilitar tienen apellidos españoles. El presidente desencadenante, sin ir más lejos, se apellida Duarte un hombre al parecer con abundante testosterona criminal: solo leí un titular en el que parece que se ufanaba de haber matado personalmente a tres personas.
Duarte es un depurado modelo tigre ultraderechista, me lo imagino machista, ocurrente, despótico y probablemente corrupto porque la corrupción también les suele brotar a los que desprecian la vida, a los que se sienten tan por encima de los demás.
Pero seamos sinceros: como a vosotros, no me importan demasiado esos siete mil pardos de ojos rasgados, no son españoles ni franceses, ni alemanes, ni italianos, ni estadounidenses. Nunca he visto una película filipina, ni he cantado una canción filipina.
Sin embargo es justo y necesario que alguien como yo escriba que es una intolerable barbaridad el planteamiento, y que, además, seguro que en esta supuesta guerra contra los narcotraficantes y consumidores de droga, están muriendo muchos inocentes de relacionarse con esa sustancia.
Hoy mismo, Trump acaba de justificar la tortura dice que le han dicho los del servicio de inteligencia que funciona. Vaya inteligencia. Parece que no está tan mal torturar a culpables, pero la tortura trata de que una persona delate o se declare culpable y, si no sabe nada, delatará a cualquiera con tal de que cesen de machacarle, o se declarará culpable, por la misma razón. O sea, que funciona. La tortura no es un método científico, ¿cuántos inocentes habrán muerto porque no sabían qué decir? pero sí un desahogo para quien la patrocina. También sirve para machacar, hudir a la gente y atemorizarla de por vida. En todos los estados del mundo se ha torturado alguna vez pero nunca el jefe de un país tan grande como Estados Unidos se ha permitido abogar públicamente por este método.
Hay que combatir y no alentar la tortura. Por ahí debe ir la razón y el progreso.
Parece que estamos en el "regreso" la brutalidad inhumana que se extiende por el mundo, los malos ejemplos se imitan (no sé qué nos tocará ver en este siglo).
Cuidado: que el fascismo se extendió por imitación. Y no hace tanto tiempo.
Es inevitable quitarse de la actualidad a Trump. Un hombre maleducado que, naturalmente, desprecia a los que no son como él: es racista. El Ku Klux Klan le apoyó: otro regreso.
Trump es millonario de nacimiento, seguramente siempre habrá tenido criados, a los criados machos se les humilla y se les castiga, y a los criados hembra, además de todo esto, se las toca el culo. A que no nos cuesta ningún trabajo imaginar a Trump comportándose así. Siempre. Es posible que haya tenido criados morenitos cuya lengua materna fuera el español.
Hoy ha tratado de humillar una vez más a los mejicanos. Parece que tienen las de perder, pero yo he visto a pequeños gatos hacer frente y rechazar, a enormes perros, que se fueron además con la cara señalada. Seguramente esos perros despreciaban a los gatos, que también tenían uñas y dientes. Deseo que los mejicanos así lo hagan y el gigantón de arriba se de un buen trompazo contra la realidad de abajo (me ha salido el sustantivo trompazo)
Pero lo peor que está arriba del poder en el mundo es Duarte (y los filipinos también son humanos, aunque no hablen español) debo dejar escrito esto claramente.
Seguro que muchos de los siete mil muertos en siete meses de represión policial y paramilitar tienen apellidos españoles. El presidente desencadenante, sin ir más lejos, se apellida Duarte un hombre al parecer con abundante testosterona criminal: solo leí un titular en el que parece que se ufanaba de haber matado personalmente a tres personas.
Duarte es un depurado modelo tigre ultraderechista, me lo imagino machista, ocurrente, despótico y probablemente corrupto porque la corrupción también les suele brotar a los que desprecian la vida, a los que se sienten tan por encima de los demás.
Pero seamos sinceros: como a vosotros, no me importan demasiado esos siete mil pardos de ojos rasgados, no son españoles ni franceses, ni alemanes, ni italianos, ni estadounidenses. Nunca he visto una película filipina, ni he cantado una canción filipina.
Sin embargo es justo y necesario que alguien como yo escriba que es una intolerable barbaridad el planteamiento, y que, además, seguro que en esta supuesta guerra contra los narcotraficantes y consumidores de droga, están muriendo muchos inocentes de relacionarse con esa sustancia.
Hoy mismo, Trump acaba de justificar la tortura dice que le han dicho los del servicio de inteligencia que funciona. Vaya inteligencia. Parece que no está tan mal torturar a culpables, pero la tortura trata de que una persona delate o se declare culpable y, si no sabe nada, delatará a cualquiera con tal de que cesen de machacarle, o se declarará culpable, por la misma razón. O sea, que funciona. La tortura no es un método científico, ¿cuántos inocentes habrán muerto porque no sabían qué decir? pero sí un desahogo para quien la patrocina. También sirve para machacar, hudir a la gente y atemorizarla de por vida. En todos los estados del mundo se ha torturado alguna vez pero nunca el jefe de un país tan grande como Estados Unidos se ha permitido abogar públicamente por este método.
Hay que combatir y no alentar la tortura. Por ahí debe ir la razón y el progreso.
Parece que estamos en el "regreso" la brutalidad inhumana que se extiende por el mundo, los malos ejemplos se imitan (no sé qué nos tocará ver en este siglo).
Cuidado: que el fascismo se extendió por imitación. Y no hace tanto tiempo.
Es inevitable quitarse de la actualidad a Trump. Un hombre maleducado que, naturalmente, desprecia a los que no son como él: es racista. El Ku Klux Klan le apoyó: otro regreso.
Trump es millonario de nacimiento, seguramente siempre habrá tenido criados, a los criados machos se les humilla y se les castiga, y a los criados hembra, además de todo esto, se las toca el culo. A que no nos cuesta ningún trabajo imaginar a Trump comportándose así. Siempre. Es posible que haya tenido criados morenitos cuya lengua materna fuera el español.
Hoy ha tratado de humillar una vez más a los mejicanos. Parece que tienen las de perder, pero yo he visto a pequeños gatos hacer frente y rechazar, a enormes perros, que se fueron además con la cara señalada. Seguramente esos perros despreciaban a los gatos, que también tenían uñas y dientes. Deseo que los mejicanos así lo hagan y el gigantón de arriba se de un buen trompazo contra la realidad de abajo (me ha salido el sustantivo trompazo)
Pero lo peor que está arriba del poder en el mundo es Duarte (y los filipinos también son humanos, aunque no hablen español) debo dejar escrito esto claramente.
martes, 24 de enero de 2017
Dentro de pocos días saldrá un nuevo Sabina
Mi hija le adora, se sabe todas sus letras, con frecuencia las cita y nos amonesta por no saber de qué está hablando o qué viene después en la canción. Yo necesito más de cuatro años para embeberme como ella lo ha hecho en este tiempo; y, bueno, me falta el entusiasmo y la devoción. Hasta la memoria me falta ya.
Hay mucha gente como mi hija. Creo que los devotos y los simples admiradores coincidimos en que su mejor disco es "19 días y 500 noches". Ahí alcanzó el bardo ubetense la madurez de voz, su depuración de estilo musical, con más ritmos castizos y menos roqueros, y profundizó en esa misma chispa suya de siempre que consiste en descoyuntar artísticamente los tópicos construyendo esas imágenes poderosas que han devenido en clásicos.
Pero ahora quiero pensar como sería si yo fuera Sabina y tuviera, como él tiene, una obra a punto de salir. Una obra que no va a dejar indiferente a nadie porque todos la esperan. Lo más normal es que decepcione, porque se repita, o porque cambie, porque su voz haya perdido el empuje, el pellizco o porque artificiosamente se lo mantengan.
¿Cómo se dormirá la última noche antes de que salga?
Habrá quien le mienta una buena crítica por respeto, y habrá también quien le esté esperando para machacarle; estos seguramente están la caverna de los medios de derechas aunque puede haber envidiosos y gente que le tenga una cuenta pendiente.
Esto Joaquín Sabina lo sabe y sin embargo, y a pesar de ser multimillonario, se lanza, se juega su prestigio, que también puede decepcionar al nuevo público que tendría que conquistar. Ha de tener mucha confianza en sí mismo o mucha sed de dinero, porque -eso sí es seguro- lo va a ganar. Su público es mayor y con poder adquisitivo, así que casi todos van a comprar el clásico, quizá por decir "yo soy contemporáneo del genio" máxime cuando es tan esperado. Y la superventa va a pasar inmediatamente en España, en Méjico, en Argentina, en Miami...
Yo espero que en pocos días la gente vaya sacando las canciones de oído y se lance a cantarlas por YouTube. Se admiten apuestas, voy a decir que antes de dos días ya habrá alguien que habrá descifrado los acordes y la letra y se habrá lanzado a imitar públicamente al mito hasta poderlo grabar. El primero que saque una versión tendrá muchas visitas, y el segundo y el tercero y los inmediatamente siguientes. Luego ya la gente tendrá que hacerlo muy bien o aportar algo diferente en su vídeo porque habrá tantos que ya será imposible verlos.
Si yo fuera Sabina también esperaría que, en poco tiempo, algún político o alguien en un medio de comunicación citara algún verso de los que van a salir.
Hay decenas de cantautores muy buenos, con mucha preparación musical y literaria. Todos admiran a Sabina. Alguno puede que hasta esté haciendo mejores letras.
Pero millones de personas nos vamos a aprender las del nuevo disco y no las de los otros. No imagino mayor acontecimiento en toda españatinoamérica.
Es una sensación descomunal.
Hay mucha gente como mi hija. Creo que los devotos y los simples admiradores coincidimos en que su mejor disco es "19 días y 500 noches". Ahí alcanzó el bardo ubetense la madurez de voz, su depuración de estilo musical, con más ritmos castizos y menos roqueros, y profundizó en esa misma chispa suya de siempre que consiste en descoyuntar artísticamente los tópicos construyendo esas imágenes poderosas que han devenido en clásicos.
Pero ahora quiero pensar como sería si yo fuera Sabina y tuviera, como él tiene, una obra a punto de salir. Una obra que no va a dejar indiferente a nadie porque todos la esperan. Lo más normal es que decepcione, porque se repita, o porque cambie, porque su voz haya perdido el empuje, el pellizco o porque artificiosamente se lo mantengan.
¿Cómo se dormirá la última noche antes de que salga?
Habrá quien le mienta una buena crítica por respeto, y habrá también quien le esté esperando para machacarle; estos seguramente están la caverna de los medios de derechas aunque puede haber envidiosos y gente que le tenga una cuenta pendiente.
Esto Joaquín Sabina lo sabe y sin embargo, y a pesar de ser multimillonario, se lanza, se juega su prestigio, que también puede decepcionar al nuevo público que tendría que conquistar. Ha de tener mucha confianza en sí mismo o mucha sed de dinero, porque -eso sí es seguro- lo va a ganar. Su público es mayor y con poder adquisitivo, así que casi todos van a comprar el clásico, quizá por decir "yo soy contemporáneo del genio" máxime cuando es tan esperado. Y la superventa va a pasar inmediatamente en España, en Méjico, en Argentina, en Miami...
Yo espero que en pocos días la gente vaya sacando las canciones de oído y se lance a cantarlas por YouTube. Se admiten apuestas, voy a decir que antes de dos días ya habrá alguien que habrá descifrado los acordes y la letra y se habrá lanzado a imitar públicamente al mito hasta poderlo grabar. El primero que saque una versión tendrá muchas visitas, y el segundo y el tercero y los inmediatamente siguientes. Luego ya la gente tendrá que hacerlo muy bien o aportar algo diferente en su vídeo porque habrá tantos que ya será imposible verlos.
Si yo fuera Sabina también esperaría que, en poco tiempo, algún político o alguien en un medio de comunicación citara algún verso de los que van a salir.
Hay decenas de cantautores muy buenos, con mucha preparación musical y literaria. Todos admiran a Sabina. Alguno puede que hasta esté haciendo mejores letras.
Pero millones de personas nos vamos a aprender las del nuevo disco y no las de los otros. No imagino mayor acontecimiento en toda españatinoamérica.
Es una sensación descomunal.
lunes, 16 de enero de 2017
Como la vida misma.
Ayer pusieron en la tele la película
documental “Spain a Day” que es una creación colectiva hecha a base de videos
que la gente decidió enviar mostrando lo que era su vida en un día que se había
elegido previamente: el 24 de octubre de 2014. Un equipo que dirigía Isabel
Coixet se ocupó de seleccionar y armonizar lo recibido en una película que ha
resultado de 81 minutos.
Acertaron; y lo hicieron con gran
sensibilidad social hacia las minorías sexuales, hacia los inmigrantes, hacia
los ancianos, y hacia los españoles que hay en el extranjero. A mí el momento
que más me gustó es cuando dijo un niño obeso que el baile es su pasión aunque
sabe que seguramente no le aceptarán.
Es un documental que recomiendo porque siendo
teóricamente trivial, amplía la mente, y lo hace sin retórica, sin miedo, sin
prejuicios. La gente se autorretrató para nosotros y lo hizo con toda la verdad
que fue capaz de ofrecer; yo así lo percibí. Es una gran obra fértil; se siente
uno un español más nutrido, mejor regado. Gente como esta son mi patria.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/spain-in-a-day/spaininaday-trailer/3720383/
http://www.rtve.es/alacarta/videos/spain-in-a-day/spaininaday-trailer/3720383/
PD. Aunque la palabrota patria resulta un
poco violenta para los suspicaces, por cierto ahora acabo de pensar que pusieron la
palabra Spain porque la palabra España hubiera suscitado algún rechazo y la
película trataba -y lo consiguió- ser de lo más inclusiva.
miércoles, 11 de enero de 2017
Precuela
Los que me conocéis debéis saber que, varias veces al mes, compro libros, películas, discos de segunda mano por un euro, a una ONG. Seguro que había pasado muchas veces ante este viejo libro publicado en 1978, con muchas fotos y esta -hoy para mí- tan poco sugestiva portada.
Resultó que el pasado sábado no había mucho que me interesara, y que además alguien había dejado abierto el libro. Entonces descubrí que las fotos eran maravillosas, y después que los textos eran breves y rotundos, parecidos a los que luego (a partir de los años 80) escucharía a mi actual amigo cibernético (Luis Pancorbo). Lo tomé para mí. Son todos antropólogos alemanes coordinados por un tal Henrich Harrer.
Ha sido un placer devorar este libro, (sus fotos, sus textos, su filosofía) que seguro debió estar en la biblioteca de mi amigo Luis al poco de salir.
A lo mejor llevaba años aguardándome entre los libros que suelo comprar: es un aprendizaje saber que muchas cosas están ahí, como el arpa de Bécquer, esperando que un día nos demos cuenta.
Hace poco descubrí que Cuenca también estaba ahí para enamorarme.
Hubo otros antes de Luis Pancorbo, que encontraron a estos hombres más vírgenes, quizá muchos no sabían que con estos aparatos les podían retratar. Pero lo fueron sabiendo, se fueron vendiendo y los fuimos comprando, ahora quizá cobren por decir a su hijo que se quite la camiseta de Messi para que las fotos no tengan esa rúbrica de globalización y podemos fantasear con otras vidas anteriores.
Para los grandes viajeros será horroroso volver y ver como se estropearon las costumbres.
Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver (Joaquín Sabina)
Resultó que el pasado sábado no había mucho que me interesara, y que además alguien había dejado abierto el libro. Entonces descubrí que las fotos eran maravillosas, y después que los textos eran breves y rotundos, parecidos a los que luego (a partir de los años 80) escucharía a mi actual amigo cibernético (Luis Pancorbo). Lo tomé para mí. Son todos antropólogos alemanes coordinados por un tal Henrich Harrer.
Ha sido un placer devorar este libro, (sus fotos, sus textos, su filosofía) que seguro debió estar en la biblioteca de mi amigo Luis al poco de salir.
A lo mejor llevaba años aguardándome entre los libros que suelo comprar: es un aprendizaje saber que muchas cosas están ahí, como el arpa de Bécquer, esperando que un día nos demos cuenta.
Hace poco descubrí que Cuenca también estaba ahí para enamorarme.
Hubo otros antes de Luis Pancorbo, que encontraron a estos hombres más vírgenes, quizá muchos no sabían que con estos aparatos les podían retratar. Pero lo fueron sabiendo, se fueron vendiendo y los fuimos comprando, ahora quizá cobren por decir a su hijo que se quite la camiseta de Messi para que las fotos no tengan esa rúbrica de globalización y podemos fantasear con otras vidas anteriores.
Para los grandes viajeros será horroroso volver y ver como se estropearon las costumbres.
Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver (Joaquín Sabina)
domingo, 8 de enero de 2017
La emoción de un cuadro.
Me gusta cumplir las normas. Al entrar en la Catedral de Toledo vi el cuadro de una serie de prohibiciones, entre otras una cámara tachada: la seguí, pero veía que la gente hacía fotos, incluso delante un vigilante, -que, por cierto, miraba sus guasas en el teléfono móvil-.
Vaya cachondeo, ¡qué pensarán los turistas de nosotros! Pero entonces volví a mirar el panel de prohibiciones: ¡ah! era una cámara con flash.
Entonces me lancé a hacer fotos. Alegrémonos.
Vaya cachondeo, ¡qué pensarán los turistas de nosotros! Pero entonces volví a mirar el panel de prohibiciones: ¡ah! era una cámara con flash.
Entonces me lancé a hacer fotos. Alegrémonos.
hay un Tiziano, Goya, Velázquez, incluso un Caravaggio; pero quien justamente preside la sacristía es el Expolio de El Greco.
a un ateo le dan ganas de postrarse
tratas de hacerte con él de llevártelo desde cualquier ángulo
como está permitido, me llevo detalles
siento que abuso, que idolatro
pero no es así: el capturado, aunque me aleje, soy yo
jueves, 5 de enero de 2017
Habrá que poner fin
A la tontería. Hoy es el día en que muchos ayuntamientos se van a gastar lo que no tienen, porque la mayoría están endeudados, en pagar cabalgatas de Reyes Magos.
En Béjar donde vivo, hace pocos años trajeron un elefante, camellos, también ocas (no sé con qué pretexto), quizá un globo aerostático.
Toda una ciudad pagando, y media ciudad de 13.000 habitantes volcada, para alimentar la ilusión de cien o doscientos niños en edad de creer.
Yo viví mi "creencia" en un pueblo donde no se hacía nada oficial; recuerdo que una familia que ya no tenía niños en esa edad, solía echar paja a la puerta de su casa para que que a los otros niños nos comentaran, "mira, los camellos han parado en casa de Tío Isaías".
Lo de las cabalgatas de Reyes Magos en 2017 es un despropósito que roza la prevaricación.
Vivimos en un país laico, que no puede detenerse, ni empeñarse, en fomentar ninguna creencia, en poner semillas de sobrenaturalidad en las mentes de los más pequeños, solo porque durante diez años nos gustaba mecernos y levantarnos con esa idea a ver lo que había sobre los zapatos y a llevárselo sorprendidos a la cama de nuestros padres, que disimulaban su sorpresa y disfrutaban con nuestra candidez.
Esto es hacer proselitismo de una creencia religiosa, de una religión que no practica ni el 5% de los padres que tienen hijos.
Yo recuerdo que cuando había mili, había novatadas, que fueron permitidas por los militares de carrera. Eran muy útiles, enseñaban a los nuevos lo que era la jerarquía. Así los mandos no tenían que molestarse en enseñarlo:
Yo soy más que tú, así que vas a hacer lo que yo mande, por irracional que parezca, porque si no te va a ir peor.
La iglesia católica española abona esta creencia, que no tiene nada de teológica, pero viene muy bien, como les venían (o les vienen) muy bien las novatadas a los militares.
Lo que no tiene sentido es que ahora se gaste dinero público en ello. Alguien debería romper la cadena. Los niños pueden vivir la ilusión que sus padres les quieran transmitir, como hice yo, sin gasto público. Los nuevos ayuntamientos de Madrid y Barcelona, gobernados más o menos por Podemos, podían haber cortado el gasto. Sin embargo se dedican a mantenerlo, con alguna extravagancia en el vestido, en el sexo de los reyes o en cualquier ocurrencia en la que no he profundizado mi atención.
Mírenlo bien esta tarde si participan en esta farsa, es estúpido, toda una ciudad haciendo un costoso paripé para engañar a sus más inocentes. Hace años murió algún niño aplastado por una carroza por querer recoger más caramelos. Este año está latente el temor de que un yijadista secuestre un camión y trate de causar una masacre (otro gasto más).
De esta farsa solo se benefician los carameleros y, a medio plazo, los dentistas; porque, al final, la iglesia tampoco gana: los niños se quedan más descreídos que si no les hubieran engañado nunca.
En Béjar donde vivo, hace pocos años trajeron un elefante, camellos, también ocas (no sé con qué pretexto), quizá un globo aerostático.
Toda una ciudad pagando, y media ciudad de 13.000 habitantes volcada, para alimentar la ilusión de cien o doscientos niños en edad de creer.
Yo viví mi "creencia" en un pueblo donde no se hacía nada oficial; recuerdo que una familia que ya no tenía niños en esa edad, solía echar paja a la puerta de su casa para que que a los otros niños nos comentaran, "mira, los camellos han parado en casa de Tío Isaías".
Lo de las cabalgatas de Reyes Magos en 2017 es un despropósito que roza la prevaricación.
Vivimos en un país laico, que no puede detenerse, ni empeñarse, en fomentar ninguna creencia, en poner semillas de sobrenaturalidad en las mentes de los más pequeños, solo porque durante diez años nos gustaba mecernos y levantarnos con esa idea a ver lo que había sobre los zapatos y a llevárselo sorprendidos a la cama de nuestros padres, que disimulaban su sorpresa y disfrutaban con nuestra candidez.
Esto es hacer proselitismo de una creencia religiosa, de una religión que no practica ni el 5% de los padres que tienen hijos.
Yo recuerdo que cuando había mili, había novatadas, que fueron permitidas por los militares de carrera. Eran muy útiles, enseñaban a los nuevos lo que era la jerarquía. Así los mandos no tenían que molestarse en enseñarlo:
Yo soy más que tú, así que vas a hacer lo que yo mande, por irracional que parezca, porque si no te va a ir peor.
La iglesia católica española abona esta creencia, que no tiene nada de teológica, pero viene muy bien, como les venían (o les vienen) muy bien las novatadas a los militares.
Lo que no tiene sentido es que ahora se gaste dinero público en ello. Alguien debería romper la cadena. Los niños pueden vivir la ilusión que sus padres les quieran transmitir, como hice yo, sin gasto público. Los nuevos ayuntamientos de Madrid y Barcelona, gobernados más o menos por Podemos, podían haber cortado el gasto. Sin embargo se dedican a mantenerlo, con alguna extravagancia en el vestido, en el sexo de los reyes o en cualquier ocurrencia en la que no he profundizado mi atención.
Mírenlo bien esta tarde si participan en esta farsa, es estúpido, toda una ciudad haciendo un costoso paripé para engañar a sus más inocentes. Hace años murió algún niño aplastado por una carroza por querer recoger más caramelos. Este año está latente el temor de que un yijadista secuestre un camión y trate de causar una masacre (otro gasto más).
De esta farsa solo se benefician los carameleros y, a medio plazo, los dentistas; porque, al final, la iglesia tampoco gana: los niños se quedan más descreídos que si no les hubieran engañado nunca.
domingo, 1 de enero de 2017
Viajar
De vuelta de un sorprendente viaje me siento obligado a verter aquí mis aprendizajes, que viajar da para mucho.
Un viaje instructivo debe ser un tránsito de contrariedades y algún accidente; cuando uno traspasa el territorio que le es propio, tropieza con la otredad: encontrar aparcamiento y alojamiento, higiene, lugares donde, a otros ritmos, depositar los fluidos que no deben alojarse mucho tiempo en nuestro cuerpo, buscar comida, seguridad..., todo son elecciones que tienen su alternativa y su fricción, (especialmente cuando somos tres, el tiempo es limitado y cada uno tiene sus exigencias y prioridades).
En el viaje todo se hace urgente porque surgen muchas cosas que querer ver y no puede perderse demasiado tiempo en deliberaciones y en discusiones. Si se superan (que hasta ahora nunca hemos interrumpido un viaje) se crea un callo de contrariedades viajero, que permite escuchar descalificaciones que no terminan de herir, porque están en el paréntesis de lo viajero; también importan menos, pues no las escuchan vecinos que tomen nota de nuestras debilidades: ese callo nos fortalece y es una satisfacción comprobarlo.
Un viaje instructivo debe ser un tránsito de confusiones; viajar debe ser percibir que hay otros, que son distintos aunque tan iguales a nosotros en aspectos que desconocíamos: los acentos y las querencias. Viajar ensancha el alma, que es permeable a la geología, a la arquitectura (del trabajo de la gente) y a la gastronomía.
Cuenca o Valencia ya no serán meros nombres asociados a informaciones; a partir de este viaje son un poco más nuestras, somos un poco más de ellas.
Un viaje instructivo debe ser un tránsito de contrariedades y algún accidente; cuando uno traspasa el territorio que le es propio, tropieza con la otredad: encontrar aparcamiento y alojamiento, higiene, lugares donde, a otros ritmos, depositar los fluidos que no deben alojarse mucho tiempo en nuestro cuerpo, buscar comida, seguridad..., todo son elecciones que tienen su alternativa y su fricción, (especialmente cuando somos tres, el tiempo es limitado y cada uno tiene sus exigencias y prioridades).
En el viaje todo se hace urgente porque surgen muchas cosas que querer ver y no puede perderse demasiado tiempo en deliberaciones y en discusiones. Si se superan (que hasta ahora nunca hemos interrumpido un viaje) se crea un callo de contrariedades viajero, que permite escuchar descalificaciones que no terminan de herir, porque están en el paréntesis de lo viajero; también importan menos, pues no las escuchan vecinos que tomen nota de nuestras debilidades: ese callo nos fortalece y es una satisfacción comprobarlo.
Un viaje instructivo debe ser un tránsito de confusiones; viajar debe ser percibir que hay otros, que son distintos aunque tan iguales a nosotros en aspectos que desconocíamos: los acentos y las querencias. Viajar ensancha el alma, que es permeable a la geología, a la arquitectura (del trabajo de la gente) y a la gastronomía.
Cuenca o Valencia ya no serán meros nombres asociados a informaciones; a partir de este viaje son un poco más nuestras, somos un poco más de ellas.
Catedral de Cuenca con escorzo de iluminación navideña
un poco menos espectacular la Hoz del Júcar (las anteriores vistas eran de la Hoz del Huécar)
Valencia
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