Termino de leer este libro agradecido porque me ha permitido hacerlo en dos días. Es una novela de aventuras de un hombre de acción, cuyo final no hubiera escogido yo pero me ha tenido en vilo y eso es estimulante.
Por otro lado, está muy bien escrito, mejor de lo que yo esperaba; con mucha agilidad barojiana, aunque repite algunas descripciones que serían brillantes si no se repitieran, por ejemplo, atardeceres; porque uno compara y se dice "esto me lo ha dicho igual, pero mejor antes". Me da la impresión, como pequeño escritor que soy, que este gran escritor no releía suficientemente sus novelas. Al tener éxito o al pensar que sus lectores le demandan le pasa un poco como a mí, que no releo lo suficiente lo que publico en este blog, últimamente estoy ansioso por "cumplir" todos los días, (ayer me fui a dormir con un cierto disgusto por no haber dado al "PUBLICAR" y hoy quizá me esté precipitando en hacerlo). El hecho de motivarse para el público tiene la parte buena de que uno escribe más, piensa más qué escribir, entonces se lanza a la piscina blanca de la pantalla del ordenador con una idea motriz que se queda divagante, o colgada, porque le atrapa otra y sigue soltándose en la siguiente y termina por no rematar, diciendo "de todos modos ahí queda eso" Y el ahíquedaeso no debemos hacerlo ni los buenos ni los malos, es mejor dar otra vuelta y que tenga un buen sentido lo que os ofrecemos.
Tomé esta novela que había iniciado en algún momento (lo he sabido porque había corregido alguna errata) aunque no me acordaba de nada de ella (esto empieza a ser grave, pero no me voy a distraer ahora con esta carencia de memoria) . Ha sido muy oportuno leerla porque sigo enamorado, por los dos últimos viajes, de Andalucía, y esta novela es una aventura que se desarrolla en Córdoba, con bastante prolijidad. He dormido en diferentes años en la ciudad califal, cuatro o cinco noches en total y conozco bien la plaza de la Corredera, la del Gran Capitán, el puente y la Mezquita, muchos patios y la plaza del Potro, y caminar por ese terreno con la emoción de la acción es más sencillo porque ya está en mi cabeza un esquema de calles y de colores por el que viajé en sus días y noches pateándolo y luego volví a reviajar al ver las fotos en el ordenador, y quizá también (además) al evocarlo cuando haya escrito sobre mis últimos viajes a Córdoba aquí.
Aunque desde esta novela, que fue escrita en 1904, han pasado más de cien años, la ciudad histórica no ha cambiado como para que yo no acompañe a su protagonista por un lugar que reconozco.
Agradezco salir con Baroja de los ambientes norteños, marineros y madrileños, y también agradezco el esfuerzo de Don Pío en empaparse de expresiones andaluzas y hasta gitanas, he buscado la palabra "jindama" que es miedo o cobardía, y "terne" que es aquel que se jacta de valiente o de guapo, y hubiera debido buscar otras cuantas más, pero me ha servido el contexto y el que esté aún rebotándome en la cabeza el rico vocabulario del carnaval de Cádiz. https://www.youtube.com/watch?v=qxCKQWtRItI
El hecho de que no sea una novela del norte sino del sur hace que resulte más novela picaresca, aunque no reuna todas las características de ese género, pero algo hay. Recomiendo su lectura.
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