Quisimos darle una oportunidad a esta ciudad decadente, dimos otra vuelta mañanera. Nuestra hotelera nos había dado un teléfono para concertar una visita guiada a las minas, decidimos que, ya que no es fácil que volvamos por esta ciudad apurarlo. Llamamos pero fue imposible: tendríamos que ser bastantes personas y además haberlo concertado con antelación. Cuando al irnos del hotel se lo comentamos a nuestra hotelera se cogió un rebote: "¡Claro! así cómo quieren que se quede la gente."
Esta es la antigua escuela de ingenieros de minas, donde se descubrieron el Wolframio y algún otro metal más.


No hay comentarios:
Publicar un comentario