sábado, 23 de diciembre de 2023

Pero sigue el estúpido dolor

Un médico puede tranquilizarte: no le dé usted vueltas, no es algo grave, olvídese del funcionamiento de los órganos internos, no piense en cánceres, es algo superficial... No quiera saber más que yo.

Y sin embargo mi cuerpo, la naturaleza, es persistente: insiste en dolerme, en avisarme de que algo no está bien, o que no va bien. El dolor inteligente es eso: te avisa para que no sigas haciéndolo mal, para que te saques una espina, un cuerpo extraño que llevas dentro de tu piel, para que no insistas en un esfuerzo físico repetitivo que está sobrecargando tendones músculos o articulaciones..., no quiero evocar el dolor de muelas, que desconozco hace décadas.

Mi espalda me sigue gritando. Yo sé que los médicos de la seguridad social no pueden ordenar una prueba carísima a las primeras de cambio. Pero mis alrededores, empezando por mi padre, estuvieron dando vueltas y más vueltas, con varios fisioterapeutas, (también era muscular) durante años, hasta que alguien se aburrió de la insistencia del enfermo y solicitó una prueba: entonces apareció la palabra, "cáncer" o mejor, otra que la enmascaraba "linfoma". Después hubo que pasar por quimioterapias, pérdidas de vello, la primera máscarilla para evitar infecciones por lo bajas que andaban las defensas, radioterapias, y retirada del primer plano de la actualidad, con mermas de fuerza y salud y un bastón compañero.



"No dan con lo que tengo" 

La gente recomienda insistir, insistir, hace poco le ha pasado a alguien cercano: tampoco le hacían caso y en febrero le operan de un riñón. Antes de la operación le presentarán un papel para que firme que si se encuentran más de lo que le han contado puedan cortar todo lo que estimen necesario, porque, abierto en la mesa de operaciones, se pueden encontrar más de lo que ahora han revelado las ecografías.

Yo he tenido, además de los dolores de muelas, dolores de rodilla que no maldigo porque una malformación cartilaginosa me libró en su día del año de servicio militar, y dos tendinitis del codo muy dolorosas, que pensé invencibles, por las que me pasé muchos meses haciendo los contramovimientos de los dedos para que se restableciera el equilibrio de los tendones y, afortunadamente, un día desaparecieron.

También estoy pasando una gripe y esta enfermedad los últimos años, me ha traído dolores musculares. (a lo mejor el médico tiene razón)

Quiero justificar el dolor, aplacarlo racionalmente; pero el muy bobo sigue haciéndome daño.


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