martes, 19 de agosto de 2025

Estrabón

 Dicen que el geógrafo romano Estrabón afirmó que en Hispania podía cruzar una ardilla de punta a punta saltando de árbol en árbol sin pisar nunca el suelo. Cualquier lugar no ordenado por la agricultura ni devastado por la erosión crea maleza. Hasta las ciudades, si no fueran domesticadas por los jardineros y otros empleados municipales, se llenarían de maleza, de arbustos y de árboles. No hay más que ver la ciudad de Ankor o las ciudades mayas que se tragó la selva. La naturaleza sigue siendo tan natural como para reproducirse ferazmente en cualquier parte. A pesar de los devastadores incendios de los últimos años, la superficie forestal española sigue creciendo; no estoy tan seguro si la portuguesa o la griega también crece, pero estoy por afirmar que también.

Los hombres, que antes competíamos con nuestra naturaleza inmediata para que nos diera sus frutos a la mano (de proximidad se dice ahora), hemos abandonado el medio rural a los jabalíes y a los vegetales que quieran  crecer. Seguirá habiendo veranos secos y cálidos en los que se conviertan en excelente combustible para accidentes o pirómanos y eso, hasta que no eliminemos el combustible con los mismos medios que se ha venido haciendo en los pasados siglos o con otros nuevos que se inventen, no va a cambiar. Seguiremos padeciendo incendios: tragedias estéticas y ecológicas, asfixias como la que yo sentía ayer por la mañana. Vivimos en el norte del Mediterráneo; si en el sur no tienen tantos problemas es porque hay mucho desierto.

Parecido les pasa en California, el estado más rico de Estados Unidos, que también tiene un clima mediterráneo aproximadamente. Pero se ha oído hablar recientemente de grandisimos incendios en Rusia y en Canadá que son los dos países más extensos del mundo, y en Australia también son periódicamente pavorosos.

El presidente del gobierno español arrima el ascua a su sardina: ya que el partido VOX niega el cambio climático, ha propuesto esta mañana un pacto contra la "emergencia climática". Si quitamos los incendios del mundo arreglamos bastante el efecto invernadero. Por el contrario, si llenamos Europa de coches eléctricos chinos, como Pedro Sánchez se atrevió a sugerir, y siguen los incendios como ahora el efecto invernadero seguirá agravándose.

Es un cambio cultural el necesario: que sea rentable, y no para cuatro "desgraciaos" que se quedan en los pueblos, seguir pastando con ovejas (seis o siete rebaños había en mi pueblo hace cincuenta años), y vacas, y agricultura, y gasto de madera aunque sea en pellets, porque la madera que no se compra se quema. Y también ¿por qué no? bomberos que en invierno limpien el monte y hagan cortafuegos. Pero para esto hay que sacar recursos de las comunidades ricas y subvencionar el medio ambiente de las comunidades pobres, justo lo contrario que está propugnando el PSOE.


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