Sobrevivo en Béjar (Salamanca) a las 5:45 de la mañana del 18 de agosto de 2025. Mi casa está rodeada del humo procedente de varios incendios forestales en la provincia salmantina y en la vecina de Cáceres. En estos precisos momentos tengo dificultades para respirar porque ayer por la noche después de salir a dar un paseo y encontrar que de nuevo teníamos aire fresco en nuestro entorno decidí ventilar toda la casa y aprovechar así el frío de la noche. Serían las 22: 30 cuando en una habitación cerrada me puse a ver una película en la televisión con mi mujer mientras el resto de la casa permanecía abierta por los cuatro costados. Cuando sobre las 00. 05 horas de hoy volví al resto de las habitaciones el humo había llenado todas ellas y el exterior estaba y está rodeado, con lo que cerré inmediatamente todas las ventanas y puertas.
En estos precisos momentos respiro mal, y retroalimento mi hipocondría con la mezcla de oxigeno y anhídrido carbónico que no tengo duda de que está matando a mucha gente en estos momentos en España.
Resulta que ayer por la mañana salimos mi mujer y yo a andar hacia el santuario del Castañar, que está a unos 1000 metros sobre el nivel del mar, desde nuestra casa en el casco urbano de Béjar se encuentra a unos 900 metros. A un cuarto de subida decidimos dar la vuelta porque el humo dominaba las alturas y se hacía costoso respirar. Paseamos tranquilamente por el parque disfrutando de una sana brisa por debajo del humo. Durante todo el día nuestra casa, rodeada de calor, permaneció cerrada por la alta temperatura. Descubrimos sobre las ocho de la tarde que podríamos dar un paseo y subir hasta el Santuario pues el aire había vuelto a ser fresco. Gozamos egañosamente de ese bienestar que es el primero y más inmediato de los derechos humanos. Entonces me confié, el viento había cambiado y teníamos por fin un aire puro y sano.
Ahora no, mi casa está llena del humo que la invadió anoche por mi avaricia y mi torpeza. Afuera solo se ve más humo. No me atrevo ni a abrir una ventana no vaya a entrar una mezcla más ahumada todavía. Me conformaré con lo que hay dentro de la casa y me encomendaré al viento o a la capacidad de extinción que pueda haber de los incendios.
Oigo toser, no sé si será mi vecino de abajo de 94 años, o será mi mujer, o serán otros vecinos.
Sería estúpido morir por esta imprudencia, hay mucha más gente que ventila por las noches y acapara el fresco que habrán cometido el mismo error que yo. Espero que sobrevivamos a ésta.
A pesar de ser lunes a las 6: 11 a penas si se oyen motores de coches. La combustión (respiración) debe ser difícil también para ellos.
Sabed que si muero por insuficiencia respiratoria no dejará de publicarse este blog porque tenía programadas dos entradas más sobre Iznájar.
Tengo que tener fe en mi salud, en mi fortaleza física; tengo que tener fe en que el aire se airee de nuevo como siempre. Pero sigo respirando dificultosamente, con angustia. De verdad es así como lo siento.
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a las 6:39 me he atrevido a salir a la terraza. Ha bajado la temperatura con lo que el aire aparenta ser más fresco, pero sigue oliendo mucho a humo, y los contornos también están enrarecidos a la vista por el humo. He decidido ventilar con esta mezcla de menos temperatura una parte de la casa; respiro mejor, más confiado. No se vé casi ninguna estrella, aunque sí la luna. La casa se refresca y parece que el aire que corre es mejor que el que había. Creo que sobreviviré a ésta. 6:41
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