"Bajar es la parte más difícil de cualquier ascenso"

Esta frase pertenece a la novela de Carson McCullers, una escritora de asombrosa madurez a sus 24 años cuando publicó El corazón es un cazador solitario en 1941 que es su primera novela y una obra muy lúcida, citada e interesante. Un éxito tan temprano que luego no refrendó con lucidez el resto de su vida pues terminó depresiva y alcoholizada; muriendo en el año 68, tras pasar sus últimos 10 años con una parálisis progresiva.

La frase me gusta y la había subrayado antes de saber que ella misma no supo aplicársela cayendo en el alcoholismo. Yo no he caído en ninguna adición grave salvo el pan, que me hace ser diabético de pastillas desde los cincuenta años. El pan es el acompañante ideal del chocolate, que he dejado, y del chorizo, que también he dejado, pero no he dejado los tomates, ni el pisto, que también me piden pan de compañero.

Por no olvidar la frase, es conveniente para todos los triunfadores prematuros, decenas de deportistas o cantantes que se convierten en juguetes rotos por no saber bajar de un súbito ascenso social o económico, pero las personas corrientes también debemos aplicárnoslo en cualquier periodo de euforia sostenida.

                                                                      

Uno de los personajes del libro bautizó a su hijo con el nombre de Karl Marx, y otro era ferviente comunista y repetía ese lugar común de que Jesucristo era el primer comunista y a pesar de eso mira lo que ha hecho la iglesia en estos 2.000 años. Y yo me paré, pues ahora mismo todavía no se han cumplido 2.000 años, y supongo que pronto alguien celebrará que en 2033 (se dice que la edad de Cristo eran 33 años) se produjeron los milagros, el sermón de la montaña y la pasión, muerte y resurrección etc. etc. de la persona de la santísima Trinidad llamada El Hijo. Por tanto, cuando Carson McCullers escribió este libro hacía solo1.912 años desde la fundación de la iglesia, si tenemos por tal evento el día de Pentecostés cuando bajó el Espíritu Santo en forma de llama sobre las cabezas de los apóstoles y les inculcó el compromiso de dar testimonio  (montar una religión) con la vida y milagros del Maestro.

Entretanto he buscado en internet desde cuándo se viene trabajando con la era cristiana y os copio algo de una publicación religiosa llamada ACI PRENSA

A comienzos del siglo VI DC, Dionysius Exiguus -Dionisio el Pequeño-, un monje y astrónomo de Scythia (actual Suroeste de Rusia), recopiló una tabla de fechas para la Pascua en términos del calendario Dioclesiano. Dionisio decidió reanudar el sistema de cuenta de los años para honrar el nacimiento de Cristo, por ser el Señor y el centro de la historia.

De modo que el año 248, Año Dioclesiano, se convirtió en el año 532 Anni Domini Nostri Jesu Christi, (532DC o después de Cristo). Pero este calendario tardó mucho en ser aceptado ampliamente. El nombrar los años según la Era Cristiana entró en uso común en los círculos eclesiásticos durante la edad media, pero no fue adoptado para uso civil hasta más tarde.

Dionisio no sabía exactamente cuando nació Jesucristo por lo que aproximó en cuanto pudo. Las investigaciones posteriores indican que Cristo probablemente nació en el 6AC, y con seguridad antes del 4AC ya que en esa fecha murió el rey Herodes quien estaba vivo cuando visitaron los Reyes Magos.

Son las ventajas de estos tiempos de internet, que cuando desde una lectura te aborda una duda o una sugerencia de investigación, no tienes más que teclear un poco y terminas ilustrado ampliamente de tu curiosidad. Incluso removido en la constancia de que realmente vivamos en el año 2025 y no 2031 si tenemos por cierta la bíblica matanza de los inocentes y el que fuera ordenada por este Herodes que murió cuatro años antes del cálculo de Dionisius Exiguuos por el que regimos nuestros años.

De todos modos yo voy a continuar leyendo este libro que sospecho me proporcionará más estímulos para parar a escribir aquí.