No me cae nada bien ese señor, su forma de ser no se parece nada a mí, y sus pensamientos sobre el COVID, sobre el cambio climático, sobre las mujeres y sobre la democracia no me parecen verdaderos.
Pero la gente de Estados Unidos le ha votado mayoritariamente, y será el justo presidente. Las elecciones antepasadas obtuvo tres millones menos de votos que Hilary Clinton pero las normas que tienen allí, de que cada estado tiene su número de votos que se lleva el ganador lo permiten y le permitieron ser presidente.
El COVID fue lo que le tumbó, ahora lo sabemos bien.
Esta vez ha ganado en todo. Y no es porque sus compatriotas no le conozcan, porque han de conocer cómo gobernó cuatro años, y conocen sus juicios penales y el resto de las historias. Y con estos conocimientos le han preferido.
Hay en España gente que afirma conocerle mejor que sus propios votantes. Personas que se creen mejor que la gente corriente americana, personas que saben desde España lo que les conviene a los estadounidenses, que acaso son como niños, o como idiotas ¿no?
Pues tenemos los próximos cuatro años que ver como este hombre maneja el país más poderoso y rico de momento, obsesionado con su ascendente competidor que es China, contra quien luchará poniendo aranceles del 20% según ha prometido.
China no es, ni de lejos, una democracia, por cierto.
A España le va a tocar espabilar y gastar más dinero en defensa, porque este hombre ha dicho que sus contribuyentes no van a pagar lo que nosotros los europeos nos ahorramos por ser sus aliados.
El mundo siempre estuvo complicado, deberíamos como género humano gastar menos en armas, pero la guerra de Ucrania demuestra que hay que tener más drones, misiles, misiles antimisiles, y drones antidrones, aparte de lo que había antes, si queremos estar seguros.
Y, probablemente, después de Trump, si las leyes no lo impiden, porque creo que es sudafricano de nacimiento, vendrá Elon Munsk, que es su delfín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario