Dudo si es catedral, porque es altísima, enorme.
Llaman la atención las sillas individuales frente a los bancos corridos de las iglesias españolas. Están atadas o unidas por tablas para evitar que nadie se las pueda llevar individualmente.
Hace poco prometí abundar en lo competitiva que es la iglesia católica de Francia. Aquí tienen sillitas y pequeños pupitres para que los pequeños católicos dibujen y se entretengan mientras sus padres cumplen con el tercer mandamiento, la permisividad y la acogida hacia estos nuevos católicos llega a consentirles que pinten las mesas. Si no les entra la letra, al menos les permeará la música. Supongo que a mí de niño me llevaron siempre, y después que supe andar ya me ponía con el resto de los niños a la izquierda en primera fila; a la derecha del pasillo principal se sentaban las niñas.
Las mujeres delante y los hombres detrás era también lo típico, aunque en mi época ya empezaban algunos grupos familiares de marido y mujer a romper las costumbres sentándose juntos.
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