Pasado el túnel de Piqueras entre Soria y Logroño, llegamos a la tierra de Cameros.
¿Cómo no parar a comer en un merendero tan hermoso y con tan buena vista?
Después se nos aparecieron moles areniscas o calizas que nos hicieron volver a parar, y eso que ya empezábamos a estar pegados en el tiempo que precisábamos para aparcar comprar vituallas y encontrar alojamiento en Logroño.
Esta mole parece que está pidiendo un castillo encima, pero tampoco hace falta mucha imaginación para encontrarlo en ella misma
suficiente pretexto para echarse a una salida de la carretera, a mi juicio, pero durante todo el viaje hemos visto muchas fotografías que no hemos podido realizar, por no parar el ritmo o por no encontrar un lugar adecuado. No nos queda más remedio que saborear con los ojos sin aprehenderlo con la cámara.
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