Pampaneira, donde empezamos a comprender la fama.

 Las Alpujarras son famosas y no dan el pimentón de la Vera, ni el arroz de Calasparras, ni el vino de Rioja. La gente no va a comer allí sino a empaparse de paisaje, si bien es célebre el jamón de Trévelez, que es el pueblo a más altura de España, pero produce tan poco jamón (no sé si habrá cerdos vivos en Trévelez, como tampoco los hay en Guijuelo) que no llega al pueblo llano.

El paisaje en junio está tostado, aunque no falta agua, que lo va soltando Sierra Nevada. Lo hermoso es el urbanismo que se improvisó y el que se haya añadido, o reformado, porque no advertí nada inarmónico. Todo es encantador para pasearlo como turista.

Al fondo colgado de la ladera se vislumbra el maravilloso pueblo donde iremos pronto.

Además tiene refugios de aire fresco contra los calores.

Todo muy bien preparado, sospechosamente puesto a punto. Pero esto es un mérito.

Buen gusto, con invitaciones a ver talleres artesanales de mantas "jarapeñas". Comimos allí y nos dieron muy bien de comer.