sábado, 24 de febrero de 2024

Bolonia y Baelo Claudia

Era un lugar que teníamos pendiente porque una amiga que estudió arqueología había excavado con sus compañeros de licenciatura alguna parte de esta ciudad romana y nos lo contaba el siglo pasado. Pero la playa por si sola es hermosa y merecedora de un paseo, y





además se prolonga en una duna que es la más importante de la península donde vivimos.

El litoral está protegido y no apreciamos construcciones agresivas. Una playa semidesierta es lo mejor de atreverse a viajar en enero, hollar arena virgen con nuestros piés descalzos y llenarse de paisaje. Aparte de que en verano habrá que aparcar a kilómetros de una playa como esta. Oír el mar y la crepitación de nuestras pisadas en la tierra. Intentaremos toda nuestra vida bajar en invierno al Sur.





Dicen que esta ciudad que está detrás de la playa anterior tuvo más de 20.000 habitantes. Vivía entre otras cosas del pescado que pasaba por aquí antes de que casi se extinguieran los atunes rojos y las almadrabas a comienzos del siglo XXI.

En tiempos de los romanos en esta  Baelo Claudia elaboraban "garum" una conserva de pescado, con la abundancia que había entonces. Me la imagino como un escabeche con sal y vinagre, aunque sobre gustos no haya nada definitivo. (escrito hay mucho)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario