martes, 27 de febrero de 2024

La "dureza" de la política.

Me ha pillado comiendo una rueda de prensa de un exministro, hace un par de años muy poderoso del PSOE. No estaba mal expresado lo que iba diciendo pero no aguanto grandilocuencias postreras, no me interesan las historias de quien agarra el nabo por las hojas sin buscar la raíz, que es lo comestible. (Como soy hortelano y tengo nabos sé que es necesario para extraerlos una cierta preparación: o se agarra bien desde lo más abajo posible o se cava un poquito alrededor, pero eso lleva tiempo y requiere experiencia, no es tan fácil). Lo fácil es quedarse con las hojas de la mano, sobre todo si uno no quiere profundizar.

Si creemos a este hombre, que dice no haberse enriquecido con el asunto por lo que va a defenderse de que le tiren a la basura (esta era su tesis de hoy que no he aguantado y he cambiado el dial), su chófer de confianza, Koldo, con el que hizo durante y después viajes privados, que ha sido pillado flagrantemente con unos dineros bien repartidos entre este chofer-asesor y su familia producto del aprovechamiento de unas comisiones por la compraventa de mascarillas. El ministro no sabía nada y es inocente. No se puede ser inocente en política: hay que saber que los de al lado pueden aprovecharse de que no son tan visibles o tal llamativos como un ministro y que eso les da facilidad para recoger viandas o rebañar los platos a la sombra del ministro.

La palabra nepotismo que alude a los sobrinos viene del latín;"enchufar" a los hijos es muy descarado, por eso se hace con los sobrinos, luetgo hay que tener cuidado con que nadie de alrededor se aproveche de lo de todos como ha hecho este Koldo y su cuadrilla. El exministro se queja pero tiene culpa, como la han tenido otros antes a los que él habrá pedido su cabeza "inocente", y como la tendrán otros que vengan después. Hace menos de un mes otro exministro de apellido Garzón que quería entrar en un puesto muy bien pagado en una empresa relacionada con la política, para traficar con sus contactos privilegiados tuvo que abortar su entrada a ese pesebre económico, porque se había pasado gran parte de su carrera política criticando esas puertas giratorias cuyo umbral estaba a punto de cruzar. Su frase fue que la política es una "trituradora de personas".

El exministro de hoy se defiende de que le echen la mierda encima porque una vez que uno es un cadáver y ya no tiene defensa ni voz, todos los demás le señalan para quitarse de enmedio las salpicaduras que puedan haberles caído. Y ha dicho algo así como que no que él es perro viejo, y que mientras tenga poder podrá, y si lo abandona no va a poder nada.

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A mí me da mucha vergüenza que hace años me hayan tenido por socialista, porque lo era, viendo lo que hace este partido ahora: prometer que traería a Puigdemont a la cárcel pero, como necesitan sos votos, cumplir una ley a su medida para perdonarle todo, traición, violencia, malversaciones. Lo  combato. Me espanta que entre el centenar de socialistas que están en el congreso de los diputados ninguno sea fiel a la palabra que dieron y que dio en nombre de todos su líder Pedro Sánchez. Ahora y siempre se guían por "otra moral" marxista, la de los "otros" principios que se reía Groucho Marx.

Todo lo que sea descomposición y ridículo de estos socialistas me parece poca cosa para lo que merecen. La dureza de la política aparece solo cuando te pillan incumpliendo tus obligaciones de vigilar lo público y tus promesas. 

Parece que en política solo sea vergonzoso perder el poder.

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