lunes, 12 de febrero de 2024

Catedral de Cádiz

 Desde el ático de nuestro hotel, que estaba a nuestra disposición además de una piscina con jacuzzi (lujazo de alojamiento que encontramos a 70 euros por dos noches en pleno centro, y con el aperitivo de carnaval incluido que ya sabéis) se vé la catedral de Cádiz, monumento cuyo interior no habíamos visitado en 2009.



Es una obra neoclásica y orientalizante que  nos trajo a la memoria a la catedral de Perigord en la Dordoña francesa, que visitamos hace cinco años. Mercece muchísimo la pena pagar los siete euros que cuesta porque en la visita se incluye la torre que vemos a la izquierda desde la cual se pueden observar las siguientes panorámicas:

Las campanas suenan cada cuarto y cada hora. Hay que abrir la boca. Hay letreros que advierten sobre la frecuencia. Lo de abrir la boca lo sé porque una vez estuve tocando las campanas de la catedral de Ávila con un amiguete que vivía en esa catedral, que finalmente no llegó a ser amigo y nunca me volví a acordar de él hasta hoy.

Al fondo se ven los astilleros, que ya no tienen astillas, porque construyen los barcos con metal, y el puente de la Constitución: una obra soberbia que no tendrá más de cinco años y que utilizamos el día anterior para entrar en la ciudad. Hace unos años vi la magna obra en un documental norteamericano o canadiense sobre grandes construcciones contemporáneas; detalles épicos de esta "megaestructura" española. 

 Esta foto me recuerda a otra que hice de las gárgolas de Notre Dame, pero no estaba el pajarito encima de la estatua que he sacado aquí.

La plaza a nuestros pies, llena de animación, y en la misma plaza, la empequeñecida parroquia de Santiago.


Esta playa urbana que ya vimos en esta pantalla hace unos días del revés con los fabulosos brillos de los oleajes. Quien no entienda mi amor por el mar, que se mire en este espejo. 
En primer término tenemos unas cúpulas de la catedral vieja, a la que no conseguimos entrar pues solo se abre para las misas y no coincidimos con la apertura.

                        El zum de mi cámara nos acerca a los astilleros y al colosal puente

Una panorámica más abierta para comprender más mar y trazado ciudadano 

       termino con esta colorida cúpula y el Atlántico pero ya os contaré el interior otro día.



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