miércoles, 7 de febrero de 2024

El perfume de la comparsa

Enamoradizo que soy que a veces se me engancha de tal manera el enamoramiento que no parece que vaya a cumplir sesenta años. Además, mi especial relación con la música es peligrosa, porque cualquier melodía un poco repetida se me comporta como una garrapata en el cerebro y resuena casi todas las veinticuatro horas de mis días. Esto me ha sucedido otra vez con las de aquel ensayo carnavalero, y después con las imágenes y las letras de aquella actuación posterior que he visto completa dos veces ya por internet.

Quisiera poder ser parte de aquello. Soy chirigostista de corazón estos días postreros, aunque sé que se me pasará. Supongo que la mayoría de los niños gaditanos sueñan con actuar en el Gran Teatro Falla y que les rían y jaleen sus vecinos, lo mismo o parecido como los niños de Bilbao sueñan con jugar al fútbol en San Mamés para su público. Los vascos son muy de "cuadrilla" y de "sociedades gastronómicas" de juntarse en torno a la amistad con un pretexto válido, loos que coincidieron con nosotros tenían una pasión adolescente y seguro que pasaban de cuarenta años. Los gaditanos carnavaleros también. Dos pasiones enfrentadas en el buen sentido, y nosotros de testigos.

Los Plácidos Domingos pasaron a semifinales y actúan hoy otra vez en el Gran Teatro Falla. España, mientras tanto, está bloqueada por tractoristas porque siempre somos seguidistas de los franceses, en lo bueno y en lo malo. 

Existe un sentimiento de rabia por parte del campo, de todos los campos del mundo, que consideran que desde la ciudad les mandan incompetentes que no miran al cielo ni pisan la tierra, mientras ellos no paran de trabajar y de consumir fertilizantes o gasoil en su trabajo. Me alegro de no tener que usar la carretera en estos días y también pienso en los carnavales que verán mermada su fiesta por estas movilizaciones. Sobre sus peticiones de poder usar pesticidas como sus competidores extracomunitarios no estoy muy de acuerdo. Lo malo para la vida no puede ser bueno para la salud.

A la vez estoy recavando mi barbecho, para esta temporada. Fijaos qué bonito y prometedor es el color de mi tierra; huele de modo especial, también estoy enamorado de ella  y me corresponde desde hace más de diez años.





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