Nunca hubiera leído a esta autora y su exitazo Miedo a volar si no llega a encontrárselo mi padre en una bolsa de libros a finales del siglo XX. Era un libro de los 70 que quizá no me escandalizó por leerlo veintitantos años después, ya con más de treinta yo. Recuerdo que me gustó, y me abrió las entendederas rígidas de los clásicos, también sobre lo que era digno o indigno de formar parte de mi biblioteca.
El pasado jueves 1 de febrero cayó en mis manos este otro, que no dudé en comprar por el interesante recuerdo difuso que guardo del primero. Es, el que veis, un libro de más de quinientas páginas, por lo tanto fácil de leer, escrito para llegar con ideas sencillas y sinceras, tan dífíciles de escribir y de tocar como un facilón concierto de Vivaldi, que, como Vivaldi, llega y hace disfrutar a todo el mundo, aunque nadie que se considere degustador de la música le nombrará como su favorito. Hay, para ser respetable en cualquier declaración cultural, que ser un poco más rebuscado, pero algo tendrá el agua cuando lo bendicen y últimamente (los más finos) pagan por ello envasado.
Este libro es una autobiografía de quien se sabe una diva, un personaje ya histórico e influyente, una líder feminista. No obstante es natural, sincera, creíble. Son incontables los hombres que se folla, yo hubiera debido tomar nota teniendo papel y bolígrafo al lado. Mi experiencia en mujeres es tan corta, que no sabría como manejar en mi cerebro tantos recuerdos intensos, porque entiendo que acostarse con alguien no es cualquier cosa, y tampoco sucede ese acontecimiento sin un juego previo de seducción, empleando además, muchos torpedos que dan en "agua" como decíamos en el juego de los barquitos. Erica Jong es una mujer atractiva y decidida, que abrió la lata a edad temprana; quizá lo haya tenido más fácil que yo, de todos modos es tan exagerada su cantidad que ha de haber sido una facilona, por no subir el calificativo con términos más soeces.
El libro es interesante, amén que alardea de citas y de trato con intelectuales mejor considerados por la sociedad fetén, porque ella pretende y reivindica ser una buena escritora y poetisa; sabe hacerlo, a veces se lanza a una divagación literaria clásica y también sentimental, pero las más maneja argumentos y conceptos de los libros de autoayuda, puramente descriptivos, como quien conoce muy bien a los hombres y, sobre todo, a las mujeres de su generación, que son la mayoría de sus lectoras, de quienes sabe donde está el centro del interés, la vibración simpática, o el codazo cómplice. Ella se desnuda naturalmente y eso hace unas décadas era un acto muy valiente que el público ha recompensado.
Por supuesto que teniendo una hija única como yo, me motiva más a querer leer su experiencia. Pero tiene que haber habido muchos problemas materno-filiales con esa chica cuya madre se desnuda íntegramente ante el universo entero y sobre todo, ante los compañeros del instituto.
Son 550 páginas pero se podría haber comprimido editorialmente en 400, al estar las letras poco apretadas y dejar muchas hojas limpias entre capítulos uno se llena de moral pasando hojas, por ello la satisfacción lectora es grande, aunque yo ya estoy deseando elegir otro libro.
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