martes, 17 de septiembre de 2024

Niebla, un pueblo amurallado














 Ribereña del río Tinto, a ella entramos cruzando por el puente romano del pasado artículo. Es un pueblo sorprendente por las murallas. Como Ávila, en el momento de los ensanches de las ciudades, fue demasiado pobre su economía para que se hiciera necesario o interesante abrir sus puertas y derribar sus muros a fin de aprovechar ese terreno. 

Las murallas son musulmanas, y dentro de ellas, se reedificó un castillo, el de los condes de Niebla, donde ahora se celebran festivales de teatro clásico como en Mérida, Olmedo, Almagro, Alcántara...

Niebla no tiene hoteles (sí algunas casas rurales) y aquel viernes por la tarde no identificamos más turistas que nosotros. Los habrá, pero somos pocos y de paso. Al otro lado del río hay una fábrica de cemento, cuyo polvo se ve en las calles y sobre los coches. El río, una vez visto y fotografiados sus raros colores, tampoco es lo más saludable y apetecible.



                                                          El puente romano

                                La marca de cemento es Cosmos


Estaban en fiestas, así que había música, un grupo que cantaba canciones de los 80. No sé si hay muchas canciones del presente siglo que la gente recuerde colectivamente o vaya a recordar. En estos tiempos toda la música es infinitamente accesible pero se disfruta por cascos individuales.

Por cierto recuerdo que para atacar estas murallas se utilizó por primera vez la pólvora en España. Eso puede explicar el que haya unas cuantas piezas de artillería en sus alrededores.

Aunque no son del siglo XII o XIII que es cuando sucedió aquello.


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