Da miedo morir en un accidente, yo soy muy prudente conduciendo, pero alguien podría, imprudentemente, adelantar invadiendo mi carril de frente, también podría dormirme al volante y que mi mujer estuviera dormida en ese momento.
Ninguna de las cosas es fácil que se produzcan, soy bastante cauto con lo del sueño y paro cuando me siento cansado, incluso nos echamos a dormir en alguna sombra cerca de la carretera. En el último viaje hicimos una siesta en Bujalance y otra en Aguilar de la Frontera. Es una gratificante sensación darse una cabezada, por mínima que pueda ser.
Claro que, en esos momentos, somos vulnerables. Pero tampoco me da miedo de que nos asalten, vivimos en un país seguro, y también lo son Portugal y Francia, lugares donde hemos echado siesta.
Luego están los problemas de alojamiento, que ya en septiembre serán menores. Por eso pronto volveremos a la carretera, al conocimiento, y a la fotografía.
El último lugar donde dormimos fue Montoro, en el noreste de la provincia de Córdoba.
su hermosa plaza con su magnífica iglesia
Y una plaza de toros de lienzos poligonales, más de diez, aunque no nos molestamos en contarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario