POR ERROR DE PROGRAMACIÓN ESTE ARTÍCULO NO SE PUBLICÓ ANTES DE EL DE AYER, (pero es anterior y lo explica)
Llegamos al atardecer. Prudentemente dejé el coche cuando empezaban a escasear los aparcamientos gratuitos. Todavía existían habitaciones libres en el buscador de internet, aunque pocas.
Tardamos en llegar a los lugares de hoteles, que suelen ser el centro y alrededor de las estaciones de trenes. Entramos en el primero y no había; el segundo -un NH costaba 120 euros- pero tampoco había. Nos señalaron en un mapa el hotel Senator, (que suena "carillo") pero tampoco había así que no supimos cuánto costaba, aunque estuvimos en la cola escuchando la tramitación, que incluía cena y desayuno, de una señora pija que tenía reserva: 128 euros para ella sola. Después la vimos metiendo el Porsche en el garaje del hotel. Tampoco había habitación en el Tartessos.
Al final mi mujer mercó telefónicamente una habitación en el Marriott, que está en las chimbambas, en la zona de los grandes complejos hospitalarios: 121 euros, cantidad tan alta que no hemos pagado nunca pagado (ni cuando íbamos tres) y que a mí me duele especialmente. Fuimos andando desde el centro: tres cuartos de hora largos por una ancha avenida de edificios altos y anodinos. (otra gente tomaría un taxi, pero nosotros salvo urgencia o cojera severa, no nos lo permitimos) En el mostrador nos tomaron la matrícula de la tarjeta de crédito aunque pagué en dinero. Eso está de moda en los hoteles de alto estanding, otra razón para preferir los de bajo. Además el Marriott nos dijo que no disponía habitaciones para el día siguiente.
Curiosamente en estos hoteles cuando les pides la factura tienen siempre un problema con la impresora, y te dicen que "para el día siguiente" con la esperanza de que se nos olvide pedirla. A mi mujer en estos casos no se le olvida nunca.
Por eso no hicimos fotos nocturnas la primera noche, el centro estaba demasiado lejos y era demasiado tarde. Además, al día siguiente, nos teníamos que mover pronto para encontrar habitación por la mañana porque si no hubiéramos debido abandonar la ciudad.
Nos dijo el del mostrador del Marriott, que sí, que eran fiestas, pero suelen estar llenos todos los fines de semana, así que al día siguiente bajamos y encontramos sobre las diez de la mañana una habitación de 80, nos gustó: era sencilla y céntrica, pero más nos gustó a la noche siguiente que costó 55 euros, y eso que de domingo a lunes también era festivo, el martes seguro que bajaba a menos de cincuenta.
Por el camino hacia el Marriott nos volvimos a plantear eso de si empezar a reservar como famas: yo no, aún no; me tienen que escarmentar durmiendo en el coche varias veces, incluso teniendo problemas por dormir en el coche (que nunca nos ha sucedido nada). No sabemos si por el camino no habrá algo que nos anime mucho a quedarnos y profundizar; podría haber sucedido en Niebla.
Lo mejor es que haciendo la media de los días ya no quedó tan mal. Es mi consuelo de cronopio. https://www.youtube.com/watch?v=qyZ92ozxtZ0
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