En un país gobernado por sinvergüenzas de la mentira yo desnudo todos los días aquí sin vergüenza mi verdad. Quiero llamar la atención, seguir llamándola, no me da vergüenza decirlo. Mi hija, que tiene 23 años y que nunca ha leído mi blog, puede que algún día lo busque o alguien se lo haga encontrar. Creo que escribo, en gran parte, para ella. Son edades, en la veintena, en las que los hijos no escuchan a los padres, y como no me dio nietos (es un poco joven, aunque a su edad mi madre ya me tenía en la barriga)... me explayo aquí, luchando por vivir unos minutos en vuestras neuronas, que resuenen mis pensamientos y experiencias.
De joven escribía diarios, ¡qué pretencioso! Son infumables, aunque algo costumbrista se puede encontrar en sus palabras. Hoy escribo con la responsabilidad de poder ver que me lee gente con fidelidad y además sé escribir y organizar mis pensamientos mucho mejor que entonces.
Otros cuando encuentran una pared blanca escriben a spray, con letras "urbanas", su mensaje o su firma. Puede que este blog no sea mucho más. Agradezco a la empresa blogger que me proporcione este lienzo folio o pared para expresarme, para mí es importante expresarme públicamente y me ilusiona que en el presente y quizá también en el futuro siga viviendo en alguien. Es un estímulo que alimenta mi existencia actual.
Ojalá mi hija me encuentre un día aquí. Aunque la dé vergüenza lo que contaba su padre.
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