Antes de nada tengo que manifestar que en el último lustro he tenido poco éxito con las cuerdas de tender la ropa. Me gusta la palabra tendal y por eso la escribo ahora sin ser necesaria, quizá sea un aparato portátil de varillas por tanto sin cuerdas, pero yo me refiero a "espacio para tender ropa". Las he comprado en bazares chinos eligiendo las que mejor me parecían, pero mi tendal recibe mucho sol y parece que los rayos ultravioleta y los desgastes de rozamiento han hecho que duraran muy poco, se deshilacharan o se hicieran literalmente "polvo" por dentro de la funda textil que arropaba a aquel material tan perecedero.
No sé si os pasará a todos, pero yo cuando entro en un "chino" no consigo entenderme con ellos. Sí, son serviciales siempre, pero es muy difícil muchas veces explicar lo que uno busca o la solución que pretende con algún producto que pudiera encontrar en su tienda. Lo que muchas veces termina uno haciendo es comprar un par de cosas parecidas a lo que cree que le servirá, porque cuestan menos que el tiempo que se emplearía en explicarse con los propietarios del establecimiento.
A veces, en otros lugares, he visto como los hijos chinos, que ya aprenden español en la escuela, ayudan como intérpretes en los bazares, pero en Béjar últimamente ya contratan españoles nativos para que hagan este y otros cometidos.
Esta mañana he ido a comprar otra cuerda distinta para el tendal. Eran las diez y el chico español que han contratado en el "chino" estaba fumando chulamente su cigarro de después de llegar y abrir las puertas y todas las historias que tengan que hacer para poner en funcionamiento la tienda; no me dio la cara así que no pude preguntarle. Me introduje en los largos y apretados pasillos de la tienda y traté de seguir la intuición para encontrar lo que buscaba, empecé por el primero mirando de derecha a izquierda, asombrándome como siempre que entro de qué, quién o para qué comprará muchas de las cosas que allí se exponen. Después de recorrer todos los pasillos volví hacia la caja con intención de que me orientaran, de hacerme entender; entonces el muchacho ya había acabado su cigarro y después de preguntarle si trabajaba allí y comentarle sobre las cuerdas me dijo un poco airado:
-¡En el primer pasillo!
Por supuesto, él debe creer que toda la gente tiene que saber que en esta tienda las cuerdas de tender, están en el primer pasillo. A lo mejor -interpreto- está algo cabreado porque siendo los chinos tan serviciales, a él le toca trabajar para gente así, y además tiene que dar la cara en un trabajo tan "subservil". (Está al servicio de los serviciales).
Hay un montón de clases de cuerdas de muchas clases tejidos y texturas, de muy diferentes precios y yo venía avisado contra mí mismo "Juanito, no compres la más barata porque siempre te pasa lo que te pasa, no solo pero siempre con las cuerdas de tendal"
Y esa intención tenía, pero me dediqué a escrutar las características y a mirar los papeles que algunas tienen bajo la funda de plástico que las embala. Algunas que presentaban pinta solvente eran precisamente cuerdas para embalar, las cuales descarté. Lo que yo más pretendo es que no las atraviese el sol. También había cuerdas pensadas para atar a las mascotas, ¡claro! con tanto perro en España... al final escogí una cuerda con el dibujo de un tendal, y sospechosamente ¡era la más barata! 1,50 €.
-como siempre, Juanito, nunca fallas
se trata de una alambre, durísima y dificilísima de desmadejar porque tiene una composición acerada que busca expandirse y se retuerce. Cortar la parte acerada ha sido muy difícil.
Pasé a la caja y me cobró el chino jefe.
Ya está en el tendal. A ver lo que me dura.
Pero lo que quería escribir hoy es que al día siguiente me encontré al mentado chino en el Mercadona, (antes todos los negros eran para mí iguales, después lo fueron todos los chinos, pero ya no, se ve que amplio mi espectro étnico y ético) nos sonreímos y nos saludamos. Supongo que el día que yo fui entraría un centenar de personas en su establecimiento, pero se fijó en mí y quiso reconocerme. Me gustó el detalle. Si me hubiera encontrado a su dependiente español, -que a lo mejor me lo encontré sin darme cuenta-, no creo que hubiera pasado eso.
Nunca he hablado de nada más que de objetos con ningún chino, por eso no puedo saber si su sonrisa era meramente profesional, "te reconozco como cliente y agradezco la confianza depositada en mis cuerdas de tender", o simplemente por pura simpatía humana, que es la opción comunicativa que yo prefiero.
Juan, intenté ver en la foto de que material está fabricada la cuerda. Pero no lo muestra, quizás en otro lado del pergamino lo diga. Ese es un problema serio aquí en la Florida, el Sol es abrasador. Las cuerdas para atar embarcaciones las fabrican de polyester 100%, pero es un polyester muy resistente a los rayos solares. Pero si por 20 metros de cuerda pagaste €1.50 te recomiendo que sigas comprando esa.
ResponderEliminarMiguel Grillo Morales.
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