Esta piedra blanca parece que tiene todas las edades de la historia.
Ladrillos en espiga también antiquísimos.
El imprescindible monumento a los caídos de la primera guerra mundial. Creo que mientras Alemania se rearmaba para la segunda los franceses emplearon gran parte de lo que hubieran necesitado para no perder con los nazis en hacer gloriosas piezas artísticas a sus "enfants" inmolados en el 14-18. Pero como turistas del siglo XXI, nosotros se lo agradecemos. Y ellos también lo aprecian como se ve por doquier. Por cierto, la falsa fotografía de Robert Capa, muerte de un miliciano español, tiene esta misma postura instantánea.














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