Me habréis leído muchas veces aquí el ritual de los domingos, ¿cuarenta años me habrá durado? de comprar el periódico gordo, con sus páginas centrales, las páginas salmón y la revista... y la consiguiente obligación de leérmelo todo si podía ese día o arrastrarlo los siguientes. También, cuando iba a estudiar a las bibliotecas, o cuando pasaba por alguna con tiempo, leía todo lo que podía de periódico de días de diario. En mi caso fue El País, pero creo que cualquiera me habría formado e informado satisfactoriamente, mucho más de lo que estamos ahora.
Guardo muchos recortes y algunas revistas de El País. Lamento no haber guardado más revistas, (ahora me interesa mucho la publicidad que se insertaba, me pasa lo mismo con las películas que grabé en video sin quitar los anuncios, esos son lo más interesante que conservo, -todavía me funciona el videocasete-) es la nostalgia de lo vivido y aquellos anuncios eran excitaciones al deseo, coches ropa colonias, bebidas...
Pero lo que quiero decir en este artículo es que ahora la información trafica con titulares, titulares arrojadizos, eso es lo que me dejan leer gratuitamente los periódicos y yo no compro más, me niego a subvencionar a El País, ya que es (quizá lo fue siempre y yo no me enteraba) un órgano de propaganda del PSOE que proporciona munición contra sus enemigos.
Nunca me gustó, ni tampoco me gusta, El Mundo, pero sus titulares es lo que apetezco leer: siempre a favor del PP, atacando con furia al PSOE y a VOX, aparte de Podemos, Sumar y los nacionalistas.
Volviendo al pasado reflexivo, adoctrinado, o formado, aquellas largas lecturas me conformaron, no puedo tener idea de cuánto, también las entrevistas del País Semanal, los viajes, la fotografía, incluso la visión del deporte: Santiago Segurola, Julio César Iglesias... Lo agradezco, creo que era didáctico, científico, buscador de la verdad, silogístico.
Ahora no. Oigo la radio, las emisoras que más me gusta oír información, a veces escucho en ratos publicitarios de las preferidas, a las que odio, para enrabietarme, y para saber el menú con que se alimenta el enemigo. Oigo unas y otras un poco elevado sobre el mensaje; atento para capturar los subrayados, las breves alteraciones, las interpretaciones sesgadas. Pero recibo muy poca realidad, todo es repetitivo y machacón, no me forma. Si fuera joven esto me perjudicaría, me haría mirar la realidad por un tubo. Afortunadamente, aparte de mi experiencia, tengo y leo muchos libros. Veo y escucho en Youtube entrevistas sosegadas con grandes entrevistadores Joaquín Soler Serrano, El Loco de la Colina, José María Íñigo, Mercedes Milá.., y entrevistados que se despachaban a gusto en el tiempo, razonando. ¡Qué tiempos! Qué televisión aquella, tan criticada en su día, pero con cuantísima calidad cultural.
Todo esto me ha venido por haber visto muchas plantaciones de eucaliptos en Galicia. Con esa madera se hacía aquel papel. Sí, supongo que sigue haciéndose porque continúa habiendo muchas cajas de cartón de Amazón, pero no sé por qué me da, que la mayor parte de celulosa que se consume ahora en España es papel higiénico.
Con eso último quizá esté dicho bastante de la realidad.
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