Yo votaba al PSOE. En su día voté a José Luis Rodríguez Zapatero, que no era tan trapacero como Pedro Sánchez. De Zapatero es la frase "España está en la Champions Ligue de la economía", la burbuja económica propiciada por la construcción estalló y bajó tanto su popularidad que no se atrevió a presentarse a las elecciones.
De Pedro Sánchez quedarán muchas mentiras, una de ellas es "España va como un cohete", aunque cierren fábricas, aunque cierren comercios, aunque cierren bares. Probablemente la gallina de los huevos de oro que es el turismo es lo que mejora los números macroeconómicos, gran parte de los pisos de las ciudades y pueblos turísticos se han transformado en alojamientos públicos, nosotros hemos dormido en varios. Los hoteles no darían a basto con toda la demanda que hay de venir a hacer turismo a España.
También han aflorado muchos trabajos que antes se hacían "en negro". Hoy España está llena de viejos asistidos de cuidadoras fundamentalmente hispanoamericanas. Antes no estaban dadas de alta, hoy ya sí, así tendrán ellas derechos y pensiones, que no se sabe quién pagará, ni tampoco quién vendrá a cuidarlas a ellas.
Pero nunca ningún presidente de gobierno había tenido a su esposa procesada por chanchullera y a su hermano ya con auto de procesamiento por enchufado, igual que a su fiscal general del estado, a su amigo Ávalos, a su amigo Koldo, y a su menos amigo (pero a quien más caso hace) Puigdemont.
Mucha gente odia a Pedro Sánchez: los hosteleros, los hoteleros, los gasolineros, y lo espetan a quienes nos acercamos. La situación que yo contemplo es insostenible, no sé si se atreverá a presentarse porque su cara no va a soportar el batacazo electoral que se avecina.
Yo volví a poner la bandera en la terraza, pero hay gente menos cívica que yo. Anteayer paseando por la ribera del río Huécar en Cuenca me paré a fotografiar esta pintada.
Me recordó que hace un mes en la antigua carretera nacional de Despeñaperros también fotografié esto
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