Porque según llegábamos habíamos visto un derruido castillo moro. Y las luces se tostaban en sus coloridas piedras, y también queríamos atrapar panorámicas.
Un sagrado corazón de Jesús dominador de otros tiempos es ese monolito blanco, y las necesarias telecomunicaciones de hoy, también aprovechando el cerro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario