Después de entretenernos más de lo que calculábamos en Sabiote, pusimos dirección a Cazorla, que como suena mucho nos ofrecería alojamiento sin problemas. Llegamos atardeciendo. Hay un gran aparcamiento disuasorio a la entrada y estaba casi lleno y eso que era domingo. Medio kilómetro cuesta arriba no te lo quita nadie. Lo otro, intentar aparcar en una ciudad así es muy difícil porque hay muy estrechas calles solo de entrada y solo de salida, y los lugareños tienen sus sitios reservados en los escasísimos huecos para hacerlo.
También es poco recomendable andar por las calles largas "de subida". Los coches suben en primera o segunda, contaminando un montón, mientras los peatones apretamos nuestros músculos y inspiramos todo el aire disponible: esto agobia bastante.
La plaza del Ayuntamiento está en un pequeño llano, tenían poco para elegir. Allí encontramos el hotel también.Hay unas cuantas torres altas que sirven mucho para orientarse en el entramado urbano donde es poco conveniente perderse y "dar pasos de más". Además están iluminadas de noche. A esta del ayuntamiento teníamos que volver.
Extraña imaginería, la fotografiamos de día también.
La del ayuntamiento es la señalada "Torre del reloj" una más en este viaje
Otra torre iluminada es la del castillo, que debe estar habitado. Ignoramos cómo pueda llegarse en coche a su puerta, cosa que intentamos por la noche y por la mañana, infructuosamente.
hay muchísimas calles forzosamente peatonales
El agua es abundante y bueno, creo que hay alguna envasadora grande de este bien líquido.
Estas últimas fotos son el resultado de nuestro infructuoso asedio nocturno al castillo, llegamos a una puerta trasera, que estaba cerrada.















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