Salgamos un poco del relato de nuestro viaje a Andalucía para comentar nuestros paseos cotidianos por la vía verde de Béjar. Mi alma me reclama renacer, me pide "nieto", que es lo que yo le di a mi madre a los 60 años; aunque ya me conformaría con recibirlo a los 63 como hizo mi padre. Mientras tanto me estremece el balido de un corderillo recién nacido, esa debilidad cristalina que me hubiera gustado grabar para vosotros (supongo que los habrá grabados en Internet porque está todo, aunque no el que yo escuché).
Hay prados en nuestro camino, en ellos pastan ovejas que están preñadas o recién paridas.
Como tienen casi rapado el prado las alimentamos con hierbas que crecen fuera y se acercan a comerlas con ansia. Sus tiernos corderillos las siguen.Estos corderillos han nacido ahora, simultáneamente, y no debe ser casual.
En España hay abundantísima migración marroquí, o magrebí. Ya están instalados económicamente por lo que pueden permitirse el lujo de pagarse sus tradiciones y una de ellas es la celebración del cordero, que según he consultado será a primeros de junio. Para entonces los marroquís matan un cordero, imagino que mirando a la Meca, y hacen un banquete familiar. Los pastores les crían corderillos que madurarán como corderos para esa fecha. Estos emisores de estremecedores balidos que veis son lechales; apreciad, en el del primer plano de la última foto, que aún tiene colgado el cordón umbilical.
Le queda mes y medio de vida.
PD. No me patrocina ninguna secta vegetariana, palabra. Sigo siendo carnívoro.
Por cierto, hoy es domingo de Pascua que viene de la pascua judía que también es -o fue- muy cordericida.

.jpg)
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario