Apagón.
Hoy lunes 28 a las 13,08 llevamos sufriendo en Béjar un apagón eléctrico ¡media hora ya! Es inaudito, como en Cuba, pero aquí no lo recuerdo tanto tiempo suponiendo que restablecieran el fluido ahora mismo. Iba a salir a comprar al Mercadona, pero tampoco puedo comprar en el Dia, ni en ningún otro supermercado. Las cafeteras eléctricas no pueden elaborar cafés, tampoco las peluquerías pueden secar el pelo recién lavado; las industrias ni te cuento, pero hoy afortunadamente aquí queda poco de eso.
Pero casi todo el mundo tiene vitrocerámica, ¿con qué cocinarán hoy?
Yo me he dado cuenta de que se iba la conexión a internet, pero hasta que fui a afeitarme, porque tenía pensado hacerme hoy unas fotos para el carnet de identidad, que tengo que renovar pasado mañana, no me di cuenta de que no había corriente.
Corriente, es algo cotidiano, imprescindible, que fluye, como decía Brucee Lee; tan básico como el agua, unos esclavos baratos que siempre han de estar ahí, pero ¿y si fallan? llevamos ya cuarenta minutos, y afortunadamente este cacharro tiene batería para mantenerme al teclado. La gente que haya subido en coche al Mercadona tendrán que esperar, porque las cajeras no saben los precios, ni aritmética de tendero con el lápiz en la oreja, a lo mejor ni siquiera se abrirían sus cajas para dar la vuelta; desde luego no se puede cobrar con tarjeta.
Vaya gracia, dicen que han desenchufado la central nuclear de Almaraz, esta primavera pródiga en lluvias y vientos ha conseguido que algunos días la electricidad costara cero euros, pero ahora ¿qué pasa?: una central nuclear no se arranca en un pis pas. Hay mucha soberbia ecologista por ahí suelta. A lo mejor alguien ha dicho ya “de este apagón saldremos mejores” como cuando el COVID.
Sigo sin oír el motor del frigorífico, ya llevamos tres cuartos de hora, los bancos tampoco funcionan. La corriente es incorriente, puedo salir a hacer algo al huerto, que hay mucha hierba que cavar por todas partes.
No quiero desperdiciar la batería que ahora tengo, así que voy a apagarte Hall.
YA SE HA RESTABLECIDO EL SUMINISTRO, AUNQUE AÚN NO HE PODIDO HABLAR POR TELÉFONO CON MI MADRE. Son las cinco de la tarde. Voy a lo que iba esta mañana. Hace un año que Sánchez se tomó cinco días para pensarlo, espero que en estas cinco horas lo haya pensado mejor y dimita esta vez. España no se merece esto.
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