jueves, 3 de abril de 2025

Es inevitable escribir hoy

 Sobre el anciano resentido que estremece desde ayer la economía mundial. He venido de la compra mirando que no hay ningún coche, ni furgoneta, ni camión por las calles que sea hecho en Estados Unidos de Norteamérica. Los Ford que andan por aquí se hacen en Europa, los Opel también, y los Chevrolet creo que se fabrican en Corea.

Pobrecitos los que tengan un Tesla, lo han pagado caro y ahora circulan con el miedo en el cuerpo. El arrogante personalismo alineado tan estrechamente con Trump de su dueño provoca sentimientos vandálicos.

La mayor parte de la cara maquinaria de las clínicas dentales se fabrica en Suiza. La ropa y el calzado en Asia. Europa nos vende mucho también.

Creo que sí: las lentejas se cultivan en Estados Unidos.

Está, por supuesto, el software, y las redes sociales, esta misma donde escribo, y el modo de vida: eso nos lo han vendido bien y no nos escaparemos fácilmente de ello, aunque no lo han conseguido con el beisbol, ni con el fútbol americano, ni con el hockey sobre hielo. Pero sí el deporte y su marca Nike, aunque probablemente manofacturada en Asia, el diseño es estadounidense.

Es curioso nos vendieron los cigarrillos en la boca de Bogart, y después nos vendieron el antitabaquismo y también se lo hemos comprado.

La verdad es que no tenemos donde vengarnos; yo no pienso cultivar lentejas en mi huerto. Ni tampoco dejaré de encender la calefacción cuando haga frío, aunque también importamos gas ruso, y sobre todo, argelino. 

Por otro lado vivo el Béjar, una ciudad antaño industrial, donde existen muchos restos de fábricas, otros locales reconvertidos, pero donde no volverá a renacer una industria textil. Todo obsoleto. Exportamos lana a China, de las pocas ovejas que quedan por aquí.

En China tienen las fábricas nuevas, los obreros dóciles, el ansia de competir. No será menos de una generación la necesaria para que esta ciudad textil volviera a ser lo que fue en producción, lo mismo ocurrirá en muchos lugares de Estados Unidos que antes fabricaban, pero hace falta mucho empeño voluntad y dinero. Puede que los americanos lo tengan y consigan el dinero con el pastón que paguen sus consumidores por los aranceles.

La economía funciona por la voluntad de la gente que libremente elige, los consumidores siempre han emigrado donde creían que más les convenía y los productores emigran donde la mano de obra es más barata y cualificada, es el sino de los tiempos multiplicado por mucho desde la globalización, en economía nos explicaban la teoría de las ventajas comparativas, y yo vengo de un pueblo donde la mayor parte de la proteína la criábamos en la pocilga. Pero no veo que eso vaya a volver a suceder los cerdos huelen y dan mucho trabajo, tendrían que ponerse los filetes a cien euros el kilo para que la gente volviera a lo de antes.

En los años 80 llegó la regonomía, la economía de Reagan, pero se apoyaba en una escuela económica los "Chicago Boys" y en Milton Friedmann, no sé de ningún economista que crea en el entorpecimiento del comercio y en los aranceles. Me da la impresión de que hay un viejo loco al volante, el mismo que mandó asaltar el parlamento de los Estados Unidos porque no quería reconocer su derrota. Probablemente no escuche a nadie como el piloto alemán que estrelló un avión en los Alpes. Creo que no se ha dado cuenta de que el mundo es mucho más grande de lo que ha calculado, si es que se ha molestado en calcular.

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