martes, 21 de noviembre de 2023

"y en el coro de Babel desafina un español"

Utilizo estos versos de una de las más hermosas canciones de Joaquín Sabina para pararme a reflexionar sobre este blog que viene a ser representativo de lo que ha pasado por mí en estos trece años. Hay detalles familiares que por pudor y por intimidad, por supuesto, no he vertido aquí; considero que no era pertinente hacerlo.

Todo cambia, como dice otra hermosísima canción de Julio Numhauser. Y yo he cambiado, pero no tanto. Sigo defendiendo la sanidad y la educación pública, sigo siendo contrario al choque que supuso la Guerra Civil, aunque también soy más liberal: quiero menos intervención del estado viendo lo mal que gastan el dinero.

¿Soy más español desde que escuché esa canción de Sabina, o soy igual de español que he sido siempre? Si me hubiesen preguntado hace veinte o veinticinco años habría dicho esa vacía frase de que soy "ciudadano del mundo" que español es algo como muy restrictivo, y un poco cutre. Mal podía decir ciudadano del mundo cuando solo conocía un poco de vista a nuestro país hermano: Portugal.

En este tiempo volé, conocí la Roma turística  y a los italianos  que también consideré hermanos, como hermanos mayores por su gran historia y su magnífico arte. A los franceses los considero superiores, quizá como tíos o algo así, más seguro y distante: aman su país y lo tienen bordado de jardines y de carreteras cuidadísimas, y exhiben un amor a su agricultura y a sus productos digno de encomio. (Aunque un jubilado de Candelario que cobra pensión de Francia y de Suiza me dijo. "Los franceses nos tienen envidia porque nuestra fruta es mucho más dulce. La suya no sabe a nada; por la falta de sol")

Siempre me disperso escribiendo. Hoy tenía la idea motriz de escribir que, aunque en estos años dejé de votar al PSOE, y he llegado a aborrecer las manipulaciones de El País,  no he cambiado tanto. Han sido ellos, o la sociedad, aunque la sociedad española no vota a Pedro Sánchez como votaba a Felipe González, así que una parte de los antiguos españoles se han quedado estáticos, o nos hemos quedado atrás en la evolución, si es que es evolución y no coacción esto de ser una nación de naciones, que perdona sin que le pidan perdón y regala a diestro y siniestro.

Veo la cara de Pedro Sánchez y me parece que él debió de decir a sus negociadores: 

Tengo que ser presidente CUESTE LO QUE CUESTE.


Y así estamos, lo pagaremos. Yo camino leyendo y comentando los libros y espectáculos que me gustan, viviendo intensamente el placer de descubrir viajando y aliviando con palabras escritas aquí mis pensamientos políticos y sociales. Me siento muy identificado con estos 13 años de blog, no he borrado más que alguna escasísima historia y lo hice por precaución (me llegó que en Mombeltrán alquien (de derechas) había dicho en un bar que se iba a querellar conmigo, no lo creí, pero prefiero dormir tranquilo, -total, pa cuatro gatos que me leéis-) No he cambiado de pensamiento en lo sustancial, aunque no escribiría nada igual (tampoco mañana  escribiría este artículo igual que hoy) suscribo este blog, es digno hijo de mi pensamiento, soy yo.

POSDATA Y cuando me aprietan también soy más español. Vale y suscribo todo lo que escribí sobre las banderas, pero este era el crítico momento de exhibirla: el domingo 12 de noviembre de 2023 fui a comprar una y mi primo Victor Manuel me la regaló. Después de exhibirla orgulloso por las calles de Ávila, la até a la barandilla de la terraza de mi casay como quedó tan bien puesta me compré otra para ir a la concentración del día 14 en Béjar y la puse en otra terraza. Es la circunstancia histórica, (aunque esta noche hacía mucho viento y he tenido que quitar la que tenía atada, pero ahora que amanece la repondré) Voy a reponerla no sea que haya alguien que la eche en falta.

una bandera como esta cuesta 2,50€ el palo es de mi huerto, "mi patria chica"

                            Esta es la bandera que me preocupó anoche por el viento. Voy a colocarla de nuevo.


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