Una pequeña ciudad (aunque sea un pueblo, me ha salido ciudad por "medina") con importantes restos romanos que no encontramos abiertos ni a la ida ni a la vuelta de nuestro viaje a Alcalá la Real. La surca un arroyo torrencial que puede dar un buen bocado a las edificaciones que se hicieron demasiado cerca de él.
Pero a nosotros nos llamó desde fuera la atención un peñasco que parecía una torre albarrana.
aparcamos el coche en un extraño lugar de leños de olivo, pero también con una fuente de yeso que había salido por unas recientes lluvias. El paisano; que no era geólogo, nos lo explicó así.
Pero lo que más nos había llamado la atención desde fuera fue su gran plaza de toros
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