martes, 14 de noviembre de 2023

Écija, la de los campanarios.

 Lo ponía hasta en nuestro mapa de carreteras y con este estímulo nos forzamos a incluirla en este viaje de vuelta. Está en el camino de Sevilla a Córdoba, por el que pasa mucha gente, no descarto que nosotros hayamos pasado alguna vez sin entrar; me alegro de haberlo hecho por fin el pasado domingo 15 de octubre

día en el que nos colamos en esta misa y nos estuvimos muy quietecitos, mis pantalones cortos y sandalias eran mal mirados por hombres sevillanos muy elegantes ( bien endomingados) pero la misa llegaba a su fin y no quise hacer el movimiento de salida. Así pudimos escuchar que antes del "podéis ir en paz" el cura felicitó a todas las Teresas que en la parroquia hubiera. ¡Anda! pero si aquel era el día de "La Santa" en la Ávila de nuestro noviazgo.


a la salida de esa misa debía haber una celebración especial porque se veía a la gente muy peripuesta (todavía más).





Esta torre han debido reconstruírla hace no mucho tiempo, porque creo recordar haberlo leído, y que cayó parte de ella junto con parte de la iglesia en el terremoto de Lisboa de 1755


Dos escaleras para subir al madero y quitarle los clavos a Jesús, el Nazareno.
me agrada el detalle de que los vecinos se molesten en pintar los negros cables de la luz. Deberían fabricarlos blancos para evitar el trabajo que dan a los que encalan las fachadas cada año. Andalucía y Extremadura son un mercado suficiente para hacer esta opción industrial rentable.


normalmente las torres de las iglesias sirven para orientarte, si hay una o un par de ellas. Si hay un montón, como en Écija, te desorientas y vuelves a ella. Nos dijeron que había trece. Creo que las vimos todas pero no me molesté en corroborarlo.


Las hay altísimas, y altas.


Ésta que fue de las primeras torres que vimos: es la de San Pablo. Un verano que fui camarero en el bar Pepillo de Ávila, otro camarero me enseñó a recitar a toda velocidad los pinchos que teníamos para ofrecer. Si interesaba vender alguno se le colocaba en primer lugar en el rosario y como el cliente perdía la memoria al haber tantos por el camino, se quedaba con el nombre del primero, como hice yo en Écija, y ese era el que vendíamos.
Esta historia es para aclarar por qué me acuerdo de la primera iglesia.

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