la parte de la izquierda de la catapulta, que está sembrada de lavanda, fue durante algún tiempo, no demasiado lejano, cementerio de Alcalá la Real.
No cuesta imaginar, o menos que en otros lugares, la vida que debió haber aquí.
En este pueblo existen, además de muchos olivos donde se ahorca alguna gente y nos proporcionan a todos aceite para untar las tostadas del desayuno, una gran fábrica que se dedica a elaborar plásticos para la agricultura y los invernaderos, tan importantes en el sur de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario