Alcalá la Real fue cuna de este famoso escultor, pero también del más famoso todavía, Arcipreste de Hita, el autor del "Libro del Buen Amor" Aunque al pasar por su estatua por la noche, no me quedaban electrones en la batería para capturarlo.
Edificio Consistorial
La lluvia embellece los pavimentos y hace que se repose la vista.
Sucedió un extraño y humanísimo incidente. Una monja adolescente, seguramente novicia, se giró hacia nosotros y nos saludó cándidamente desde detrás de las rejas. Entre los rezos se coló la naturalidad de una chica que veía gente diferente a las monjas veteranas que la gobiernan con sus reglas, disciplinas y comidas. Esa niña, traída de un país sudamericano pobre para asegurar la continuidad de las pastelerías y los rezos, quería a través de su gesto, o de su cándida debilidad, agarrarse a la libertad del siglo XXI en el que va a vivir una vida anacrónica, quién sabe si feliz o infeliz en su aislamiento. Hice esta primera foto sin pensar, como reacción a su llamamiento.
Después me asenté y. evitando la estridente luz mediante este elemento arquitectónico que separa las dos rejas, hice esta foto de un lugar tan irreal de Alcalá la Real.
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