viernes, 17 de noviembre de 2023

ESPAÑA, PAÍS DE ABOGADOS

 


Cuando aún no había terminado la carrera estuve varios meses de pasante en un despacho de abogado. (Por cierto, tenía un ordenador Amstrad con un sistema operativo del mismo nombre en que había que poner extraños comandos para actuar, fue un eslabón perdido de la informática) Debieron gustarle mis primeros razonamientos jurídicos porque me enseñaba todos sus casos para que le argumentara.

Una vez, nosotros íbamos con el empresario, me dejó uno de un accidente de trabajo mortal: un obrero se había electrocutado un sábado por la tarde en la finca de nuestro cliente, manejando una radial o amoladora. Yo me puse a argumentar sobre la imprudencia del obrero que no revisó, que lo hizo en un terreno húmedo y que eso contribuyó… bla bla no sé si me habían puesto sobre la mesa hasta las instrucciones de la máquina; tenía ya bastante escrito cuando me di cuenta de que mi padre manejaba en su trabajo una radial y una pulidora que pulía lanzando además agua, mi padre usaba un mandil de plástico y botas de goma, pero muchas veces había agua en el suelo. Me detuve.

Cuando vino el abogado le dije la razón de no haber escrito más, y él me argumentó que el muerto ni siquiera estaba trabajando para su cliente, que como era un obrero de confianza nuestro cliente le dejaba entrar y utilizar las herramientas para hacer sus chapucillas, por eso era un sábado por la tarde, estaba trabajando para otros, ¡mira qué mala suerte!

No estoy seguro, pero creo que no me convenció mucho. Tampoco sé si se inventó esta información adicional (ahora pienso que sí). De lo que estoy más cierto es que se guardó el caso porque no volví a saber de aquello.

A pesar de lo que me costó acabar la carrera de derecho, nunca he sido abogado. Vi que era ser como un perro de presa: muerde a ese que es malo, defiéndeme de estas obligaciones, ataca estas otras.

Acabo de escuchar en Radio Clásica, que es la única emisora que me dejo sintonizar desde hace unos días, un programa sobre ciencia y música llamado “Longitud de Onda”. Hoy está dedicado a la mentira (Ayer invistieron a Sánchez, no sé si les costará cara esta coincidencia)

He oído que los humanos no buscamos la verdad, sino justificar nuestros pensamientos, o incluso nuestros errores. Sabemos lo que queremos y nos “bajamos” del ordenador de nuestro cerebro argumentos para defender qué es lo que hemos decidido o lo que hemos hecho sin pensar. Nos cuesta mucho reconocerlo pero es así: tenemos un abogado en el cerebro que nos defiende de nuestros errores ante los demás y ante nosotros mismos también. Es más, parece ser que la mayor parte de nuestros raciocinios se dedican a eso, a apuntalar lo que nos interesa, a anatemizar lo que está al otro lado.

Por cierto mi impresión es que los jueces de paz y de guerra que he tenido a mi lado eran bastante prejuiciosos, ya sabían con quién iban en el partido de fútbol que iba a juzgarse en la sala de vistas, es decir antes de ver las pruebas y escuchar a los testigos.

España tiene muy pocos premios nobel de ciencia. Dos. Muy pocos científicos y muchos abogados, por eso admiramos a los países que tienen científicos, tenemos mala conciencia, incluso complejos tercermundistas.

No nos enseñaron a buscar la verdad sino a defenderla.

Así me pasó al llegar a Mombeltrán que miré el registro civil de después del 18 de Julio del 36 y solamente encontré asesinados por los republicanos. Entonces decidí que no me valía la pena estudiar la guerra civil. Afortunadamente cambié de opinión, me abrieron los ojos, porque efectivamente los nacionales mataron más gente que los republicanos. Comencé a buscarlos, aunque la única quema de cultura en una plaza pública la hicieron republicanos que sacaron los libros de la casa de un cura para prenderlos fuego, yo seguí estudiando científicamente, buscando antecedentes y testimonios de ambos lados. Fue fundamental en mi vida esta experiencia, no dudo de que seguiré teniendo prejuicios, todos los tenemos, pero desde entonces he contratado a otro abogado para que me defienda de  ellos.

Me quedo con esta frase del programa.

“Usamos nuestro raciocinio fundamentalmente para ganar en las discusiones”

 

 

 

Y ya escribo bastante sobre la amnistía en la página de Facebook “Españoles contra la amnistía”

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