sábado, 18 de noviembre de 2023

Últimas postales de Écija, la más bella sartén que vieran mis ojos.




Agoté todos los electrones de mi cámara, no es excepcional: me pasa tantas veces que me paso de amor y avaricia por recogerlo y mostrarlo. Ya he escrito que volveremos y que no puedo decír ¡qué bonita es Écija!, o ¡qué bonita es Andalucía! grandes verdades, pero sobre todas las cosas ¡Qué bonito es viajar! Tener un coche donde meter cosas necesarias donde oír música o noticias, que te permita parar cuando un lugar te gusta. Hasta dormir, porque nosotros, cronopios que somos, a veces no encontramos hotel y nos toca dormir en el coche la noche entera, que también nos echamos algunas siestas después de comer. El coche es la libertad. Estoy seguro de que si los paises comunistas hubieran sido capaces de proporcionar coches buenos a sus súbditos, no se habrían estrellado tan estrepitosamente, porque las otras libertades no valen tanto. La prueba la tenemos con los chinos que parece que no se quejan de nada. Habiendo libertad de movimientos y medios para hacerlo se consigue gran parte de la felicidad a la que aspiramos la gente corriente.

Andalucía creó y ha sabido conservar mucha belleza.

Y además es una belleza que se percibe como viva, porque la tienen viva.
Esta cúpula es de un lugar así como una mezcla cofradía y de "club" británico solo para socios, que un amable portero nos mostró gratis y agradecido por nuestro interés "lo que le permitían mostrar"



Sí estos palacios fueron de nobles, y los financiaron con la explotación de jornaleros, y además seguro que pagaron poco a los albañiles y canteros. Pero nos alegramos de que ahora existan, y también se alegran los hijos de los explotados, (el 98% porque siempre habrá gente pa tó)











 Plateresco. Me queda aún un buen puñado de fotos sin mostrar, no sé si incumpliré el título de este artículo.

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