Moguer es un pueblo blanco que no parece de algodón, vive de las fresas de los alrededores. Supongo que también será una ciudad dormitorio de Huelva, y, aunque la vi en domingo, sé que tiene su propio polígono industrial.
Me enteré que una de las carabelas, la Niña, era de Moguer, y también unas monjas de aquí ayudaron a Colón: la victoria tiene cien padres, sino mil, y ¿quién no va a apuntarse a aquella paternidad?. Pero Moguer tiene un poeta grande que no consiguió que escribiéramos con j las cosas que él escribió. Y cuando lo leemos, porque los editores respetan sus ideas, nos vuelve un poco dubitativortográficos a la salida de la lectura.
Leí Platero y yo hace poco más de quince años y me acuerdo de que me gustó mucho, aunque no recuerdo mucho más: su perfume quizás.
¡Cómo no fotografiar este rinconcito votivo!En la plaza Mayor. El pueblo entero está trufado de citas juanramonianas.
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