Un día mi hija respondió a la pregunta de mi madre sobre qué quería ser de mayor diciendo: TURISTA. Ciertamente para nosotros es un afán laborioso, lo queremos ver todo y a todas las horas posibles. Es como un trabajo, no paramos, y tampoco nunca nos dormimos a pata suelta por mal que durmamos algunos días. Las románticas promesas de la noche han de ser refrendadas con las luces oblicuas del amanecer. Una vuelta mañanera, un desayuno y luego volver a la habitación, sobre las diez para quizá darnos una nueva ducha, quizá cargar otro poco la batería de los dispositivos, y luego con nuestro ligero equipaje al coche a por nuevos horizontes.
Andalucía
Geranio y espadaña color almagre.
Cuestas. Los pueblos, bien asentados en lugares defensivos, trazaron o improvisaron un urbanismo encantador, quizá sea musulmán. Esa ventaja tenemos en España. Un amor andaluz, la dedicación orgullosa a las macetas
Otra vez el monumento al toro enmaromado, al fondo
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