sábado, 8 de junio de 2024

Brujerías 2024

 


En una tienda de cosas variadas encontré este cartel emitido por, y dirigido para, gente inculta. Faltan los signos de interrogación, pero a los receptores poco les importa: apuntarán el teléfono salvador para que algún "espabilao" les haga un exorcismo o quede con ellos para hacérselo previo pago de una cantidad. He conocido fidedignamente, aunque de lejos, a gente que se ha gastado sus buenos dineros en semejantes patrañas, embelecos, timos. 

Supongo que es para hacérselo mirar; se trata de personas con brotes espirituales, aunque suelen ser eclécticos o alternativos, -me refiero a los clientes- se creen especiales, iluminados por una sabiduría que a la gente normal no le llega. 

Desde que la filosofía griega emancipó a la  razón de las religiones y yo lo descubrí, creo firmemente en la ciencia como en el agua clara. Intento interpretar la psicología de las personas, en cualquier caso encontrar una causa para cualquier cosa que sucede. Y aunque haya fenómenos que sean incomprensibles no por eso metería un dios, sino que lo dejaría como que no lo entiendo. Tampoco comprendo los teléfonos móviles, ni por qué la luna siempre nos da la misma cara.

Nunca desde entonces he sido abducido por la menor flaqueza teísta. Ni siquiera cuando íbamos a tener a nuestra hija, que es lo más importante que no debía salirnos "mal", -y eso que albergaba miedo de que sucediera-, llegué a rezar ni a pedir al dios que me enseñaron de niño. Me parecía abdicar de la razón con mayúsculas, que es esencial en mi persona desde que me fue revelada.

Me siento muy lejos de esa parte del género humano que se traga estas cosas.

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