sábado, 28 de marzo de 2020

Doy gracias.


Por no estar en el paro en estos momentos tan chungos, porque vería las cosas todavía peor.
Por ser ahorrador, incluso porque tengamos la costumbre de acumular papel higiénico en casa.
Porque el cable de la fuente de alimentación de este ordenador todavía sirve, aunque hay que hacer contorsionismos con él para que enganche la energía a la batería.
Por no haber tenido ninguna avería de agua, de gas o de salud.

Demos gracias a que el bicho no llegó entre nosotros hasta finales de febrero o primeros de marzo. Si hubiera llegado en Navidad y Fin de Año con esa costumbre de besarse indiscriminadamente nos habría pasado el bicho por la piedra al 95% sin posibilidad de remisión ni cuarentenas.

Demos gracias, sobre todo en España, porque no afecta a los niños, porque de ésta nos extinguiríamos como nación.
Doy gracias (lo siento Argentina) porque la mayoría vamos para verano y no para invierno como vosotros.

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